Amigos de Israel en línea
Los discursos de Obama, Netanyahu y Ahmadinejad en la ONU mostraron que los tres se mantienen firmes en sus posturas.
Ahmadinejad afirmó que Irán seguirá avanzando en su programa nuclear. La República Islámica continuará ocultando información a la AIEA y amenazando a Israel con alusiones a la necesidad de que el Estado judío sea borrado del mapa.
Netanyahu seguirá jugando con anuncios de un posible ataque preventivo, con lo cual no sólo incrementará el nerviosismo y los debates acalorados dentro de Israel, sino que también continuará generando una enorme tensión con Obama un mes antes de las elecciones en EE.UU.
A Obama lo último que le falta es tener que vérselas en medio de su campaña electoral con el escenario de una nueva guerra en Oriente Medio y con las decisiones dramáticas que estaría obligado a tomar.
En ese contexto, voces moderadas tanto dentro de esferas políticas, militares y de inteligencia en Occidente e Israel insisten en que si bien los altos riesgos relacionados con la postura iraní son reales, un ataque militar no serviría para solucionar el problema, porque más allá de las consecuencias catastróficas que podría acarrear, en el mejor de los casos, sólo retrasaría la carrera nuclear de Teherán, la cual tendría de ahí en adelante mucha mayor legitimidad internacional, al haber sido atacada, para insistir en hacerse de un arsenal atómico.
Lo que está en juego es demasiado importante no sólo para Obama y Netanyahu, sino para todo el mundo y, sin embargo, es una incógnita cuál será el futuro de esta enredada madeja de intereses, ideologías, simulaciones y voluntades contrapuestas.
Atentamente.
Diego Gurbitz
Natania