Sr. Director

Naftali Bennett, un millonario de ultraderecha, nacionalista y religioso, que dice que la creación de un Estado palestino sería un suicidio para Israel, se perfila como la gran sorpresa de estas elecciones.

La situación es tal que se espera que Bennett, ex asesor de Bibi, que ahora no se lleva muy bien con su ex patron (¡que raro!), lo mire desde el otro lado de la mesa del Gobierno dentro de algunas semanas.

Según las encuestas, el partido de este «simpático» Bennett, Habait Haiehudí, parece atraer demasiado a muchos votantes jóvenes, también laicos, y le pronostican el tercer lugar en los resultados finales.

Bibi lo ve a Bennett como a un caballo de Troya que de golpe le quitó una buena  parte de su respaldo entre los mismos miembros del Likud.

Irónicamente hablando, Bennett es lo que más necesita Israel en estos momentos en el plano internacional: una nueva gran fuerza que desestime los esfuerzos por lograr una solución con los paletinos y nos coloque en un callejón sin salida con sus propuestas de anexar más da la mitad de Cisjordania.

Este nuevo líder radical aseguró que la creación de un Estado palestino en Cisjordania provocaría terrorismo, luchas, guerras y derramamientos de sangre eternos. Además - siendo un alto oficial del Ejército en una unidad de elite - se comprometió a desobedecer cualquier orden que lo mande a desalojar asentamientos judíos.

Y por si fuera poco, como «humanista y demócrata, según se define, manifestó su desprecio por los hosexuales.

Con todo, Bennett es un probable socio en cualquier Gobierno de coalición liderado por Bibi, una posibilidad que preocupa a todos, dentro y fuera de Israel, por un giro más hacia la ultraderecha extemista, fundamentalista y fanática que impide desde hace años cualquier intento de negociación de paz y nos convertirá en un Estado de apartheid despreciado por la comunidad internacional.

Saludos.

Sara Kaufman
Kibutz Bar Am