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Secretos y mentiras

Sr. Director

El chavismo no es el bolchevismo soviético, por muchos motivos, no siendo el menor de ellos que la Bolsa de Caracas sigue abierta, pero en muchos comportamientos ambas dictaduras se parecen como dos gotas de agua, y uno de ellos es el tratamiento dado por las autoridades venezolanas a la enfermedad y muerte de su líder.

La agonía de Chávez estuvo rodeada de secretos y mentiras, en lo que no deja de ser un desprecio del régimen a los venezolanos. La ausencia de Chávez, que en enero no pudo jurar su cargo de presidente, alimentó todas las especulaciones sobre él.

Y Maduro, al afirmar que los enemigos del país le habían inoculado a Chávez el cáncer que lo mató, legitimó grotescamente el estado de conspiranoia de ese país. De alguna forma u otra, llegarán al Mossad. Es sólo cuestión de tiempo.
Ahora hay que llamar a elecciones en 30 días y ver quién presentará a ellas.

Quizás habrá que esperar, como en la antigua URSS, a los desfiles del aniversario de la Revolución Bolivariana o, en este caso, a los funerales para deducir por el protocolo quién fue designado a dedazo dentro del partido para ser el camarada presidente.

La oposición tiene a Capriles, que fue el candidato anti-Chávez más popular. Seamos realistas: su victoria es muy difícil, sobre todo porque la dictadura, aparte de que sigue conservando todos los poderes del Estado, va a emplear el sentimentalismo.

Chávez quería heredar a Fidel, y éste, como hizo con tantos otros, desde Camilo Cienfuegos al Che, le sobrevivió.

El caso es que con o sin Chávez, la Revolución Bolivariana no deja de ser una caricatura de una monarquía, con sus presidentes-reyes, sus coronaciones y sus herederos.

En Caracas ya se respira un poco más de aire puro por un antisemita menos.

Saludos.

Javier Nissán
Caracas - Venezuela