Sr. Director
En un Oriente Medio cambiante y a falta de un liderazgo nacional fuerte, Bibi parece haber entendido que necesita la complicidad de Obama si no quiere añadir más frentes abiertos a su complicada agenda política.
Dicho de otro modo, una buena relación con Obama le puede beneficiar y evitar más desgaste político.
De acuerdo a lo analizado en los medios, la visita de Obama a Israel fue útil para acercar a los dos y situarlos bajo la misma página política, tras un primer mandato de ambos marcado por unas relaciones espantosas.
Obama parece ser consciente de la necesidad de cerrar otro frente abierto en Oriente Medioo y reforzar a sus aliados en la zona.
Su visita no cambiará el enfoque diplomático israelí hacia los palestinos de un día para otro. Pero sí parece haber acelerado el inicio de la reconciliación de Israel con Turquía.
La razón principal escondida tras las recientes disculpas de Bibi a Erdogán está relacionada, según sus propias declaraciones, con la necesidad de mantener una relación más o menos normal ante la incertidumbre de la crisis siria.
La suerte del destino de Assad preocupa de igual modo a Bibi, Obama y Erdogán. Obama dijo en varias ocasiones que el uso de armas químicas por parte de Assad sería el punto de no retorno para una intervención en el conflicto.
Mientras, Israel y Turquía, intentan manejarse con incidentes en sus fronteras con Siria, en un marco de tensión cada vez maz alto por el desarrollo de la situación.
Además, la posibilidad de que Irán desarrolle armas nucleares sigue siendo el punto número uno de la agenda de Bibi. Decir que Obama no se tomó en serio sus preocupaciones sería erróneo.
Sin embargo, dejó claro durante su visita a Israel, que el tiempo para una operación militar todavía no llegó.
Con estos complicados asuntos, cálculos y previsiones en la que muchos otros actores pueden tener una aparición inesperada, tanto a Bibi como a Obama les conviene bajar el nivel de los nervios y acercar posiciones.
Atentamente.
Benjamín Soriano
México D.F