Sr. Director,
Una vez más, como lo viene haciendo desde hace años, la policía volvió a arrestar a mujeres en el Kotel por rezar llevando taledos, filacterias, kipot y rollos de la Torá.
Unas 200 judías reformistas y conservadoras de la organización Mujeres del Muro participaron en el rezo con el que pretendieron reivindicar que se les permita orar en el Kotel, tal como lo hacen en sus sinagogas, ataviadas con los instrumentos de oración que consideren oportunos.
Estas valientes mujeres también exigen que se las deje rezar junto a los hombres y no en un espacio reservado para ellas como el que tienen ahora.
Es una verdadera vergüenza que las detenidas hayan sido puestas a disposición judicial como si fueran criminales.
Estas herederas de las «sufragistas» no cometen ninguna agresión contra nadie por ponerse taledos o llevar filacterias, es ridículo que viviendo en el siglo 21 en un Estado súper moderno que va a cumplir 65 años de independencia, se lo impidan.
Esa vergüenza continúa cuando cientos de judíos ultraordoxos les gritan e insultan tratando de evitar que se escuchen sus plegarias sin que en ese caso la policía no detenga a ninguno de ellos por provocación o agresión.
El Kotel es un lugar sagrado. También la Torá es sagrada. Y ambos pertenecen a todo el pueblo judío sin distinción de sexo.
Esta semana que pasó conmemoramos el Día del Holocausto y escuchamos a nuestros líderes pronunciar fervientes discursos acerca de los peligros del racismo, la xenofobia, la falta de toleracia entre los seres humanos y el silencio del mundo ante las más desgraciadas tragedias.
Ya es hora de que ellos mismos sean consecuentes con lo que expresan y dejen de permitir que actos de racismo se lleven a cabo en el mismo corazón del pueblo judío.
Jag Atzmaut Sameaj
Dina Koriat
Modiín