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Neurosis

Si para los humanos fuera posible captar de una sola mirada y escucha el Todo de sus semejantes, dos cuestiones resaltarían en neón: lo grave -muerte, enfermedad, pérdidas - y lo serio - dinero, su escasez o su abundancia, cómo obtenerlo y no perderlo-. Son temas que nos igualan.

El resto de los asuntos depende de la particular manera de llevar adelante la neurosis que cada uno supo conseguir. Y a no dudarlo; cada uno supo conseguir alguna. La neurosis es, para decirlo caseramente, el modo particular de enfrentarnos con la vida cotidiana, que de la mañana hasta la noche no cesa de molestarnos con inconvenientes. Es un tema que nos desiguala.

En este preciso momento, se acaba de romper la estufa que calienta mi hogar. Yo no he dicho: ¡Caramba, vaya contratiempo Homero! ¿Cómo haremos para proteger a nuestra pequeña Lisa? Juro que no reaccioné de ese modo.

Particularmente, yo, una neurótica más que habita suelo argentino, si no tengo un portaminas en la mano para subrayar cuando leo, prefiero no leer; sí mirar el techo o las uñas o uno y otras alternativamente. Puedo perder mucho tiempo - más de lo que soy capaz de confesar, es por ello que omito el dato - buscándolo en la cartera, adentro de la heladera, bajando a comprar veinte más. Igual nunca alcanzan. Es un gusto - neurótico - que no estoy dispuesta a resignar a favor de ningún e-book, que en algún momento también se rompe seguramente.

Cuando necesito una gomita para recogerme el pelo - las personas de pelo largo me entenderán - es con carácter de urgencia y esa necesidad me inhabilita para realizar otra actividad que no sea encontrar una o algo que cumpla esta función. He llegado a meterme tres tenedores, como si mi pelo fuera un plato de tallarines. Es por esto que mi casa se encuentra regada de lápices, gomitas y anteojos para ver de cerca. Habrá notado el lector que respecto a este último mueble útil no he abundado en detalles. ¿Hace falta decir que la vida tiene poco sentido sin anteojos para leer?

Si - Dios no lo permita - me llegaran a faltar los tres elementos mencionados a la vez no avizoro ningún sentido de la vida en el corto, largo y mediano plazo.

Si - y en esto imploro a todos los dioses monoteístas y politeístas -, se llegara a borrar y/o desaparecer un documento de Windows, que es el único sistema amigable que conozco y hasta por ahí nomás ya que de tan narcisista todo el tiempo se sigue perfeccionando, eso no es neurosis, eso es mala suerte.

Puedo llegar a vociferar casi tanto como el recién devenido famoso señor Tano Passman, cuando a River lo bajaron a la B. Se trata del último grito de la moda Youtube. Jamás una palabra - grito - estuvo tan bien empleada por mí. He visto al susodicho por televisión después de este ruidoso episodio subido a la web y parece una persona cauta, articulada, no una de esas que están a las puertas de una hospitalización psiquiátrica resistiendo lo inevitable.

Aclaro que de fútbol no sé nada; aunque cada día me intereso más por esas piernas que corren detrás de una pelota. Si no fuera neurótica y la realidad fluyera como hacia el final de un cuento de hadas - ya que al promediar va todo mal - no me molestaría ir a pelear al banco con el oficial de cuentas cuyo nombre de guerra es precisamente Guerra y decirle: - ¡Guerra, hagamos las paces!

Si no fuéramos neuróticos no existirían "relatos" - materia prima de la neurosis - como por ejemplo la ópera Tristán e Isolda, donde los protagonistas si no tienen inconvenientes "se los inventan". Ni hubiese arrasado la tira Gasoleros de Polka Producciones, cuya pareja principal siempre estaba a punto de "ser feliz", pero un nuevo obstáculo venía a impedirlo, además del principal: ella ya estaba casada con un señor que nada sabía de esta otra unión que se habría de formar en el anteúltimo capítulo.

Si todo fluyera no seríamos neuróticos, seríamos plantas clorofílicas exhaladoras de oxígeno o vacas rumiantes que ni mu podríamos pronunciar. Y menos mu-mu. Y muchísimo menos leer, escribir, pintar, ir al cine, que reunidos constituyen uno de los sentidos de la vida. La mía. Sintetizando: a cada uno lo general le molesta de modo particular. Eso es la neurosis y a arreglarse.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 31.7.11

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