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De cartas y e-mails

Las cartas, esos textos que venían en sobres con sello postal, estampillas y usualmente con remitente, prácticamente se han extinguido. Y es una verdadera lástima ya que el género epistolar tan en boga antes de la disruptiva aparición de la Web y los e-mails nos privó de escribirlas, recibirlas y saborearlas.

Particularmente leo con un placer rayano en la perversión la correspondencia entre ilustres conocidos. Me permite paladear y descubrir qué hay detrás de quién las escribe.

He separado de mi biblioteca tan sólo cuatro ejemplares de este género para referirme a ellos. "Entre Amigas: correspondencia entre Hannah Arendt y Mary Mc Carthy 1949-1975".

Este profundo intercambio que mantuvieron por más de veinticinco años ambas mujeres no está exento de diálogos triviales, "cosas de mujeres" que las hace más humanas, más amigas de quien los lee:

"Queridísima Hannah: Hubiera preferido no encontrarnos en medio de una delicada operación culinaria como me encontraba ayer cuando llamaste". La Arendt escribe en otra ocasión: "Dios sabe porque no te he escrito antes. El problema es que para escribir hace falta pensar y pensar es más cómodo y escribir más trabajoso". También hablan de Nixon, Ford, de la guerra de Vietnam y de chismes.

"Cartas de Kafka a Milena". Es más que revelador leer cómo Franz que tiene 38 años pierde la cordura y hasta los buenos modales hacia Milena de tan sólo 24 y ¡casada! con otro: Ernest. Escribe: "Conviene al equilibrio si en un rincón del corazón hay preparada una pequeña ira contra usted". Suyo F. Esta correspondencia se halla plagada de injurias, ofensas, celos, pedidos de perdón, confesiones inauditas de amor. Claro que sólo conocemos las que Frank escribe a Milena. Nada sabemos de las de ella. Murió en 1944 en un campo de concentración; el de Ravensbrück.

"Correspondencia entre Victoria Ocampo-Roger Caillois". Estas cartas describen la relación intensa entre una Victoria de cuarenta y ocho abriles y un joven intelectual francés de tan sólo veintiséis añitos. Escritas originalmente en francés no ahorran tampoco frases hirientes: "Aunque seas un desgraciado yo siempre te trato con muchos miramientos" dice Victoria. Cuarenta años duró este intercambio.

He dejado por último las "Cartas a un Joven Poeta" de Rainer María Rilke. Estas son unas breves cartas de iniciación y de aprendizaje sobre casi todos los temas que ocupan y preocupan a un joven: el amor, las mujeres, la soledad, la sexualidad, la ironía. Son pequeñas recomendaciones que el ya consagrado Rilke ponía a disposición de un joven aprendiz de poeta llamado Kappus.

Y acá me detengo. Pero no dejaré de nombrar las cartas de Freud a su mujer Marta Bernays y las de la poeta rusa Marina Tsvietáieva a un Rilke que corría detrás de Lou Andreas Salomé, quien corría detrás de Nietzche. Recomiendo todo lo que he nombrado. Les sentará bien a aquellas personas que guardan en melancólico estado los albores del siglo pasado. Soy una de ellas.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 27.11.11

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