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Fiestas de diciembre

Resulta casi imposible sustraerse a la dinámica a la que nos arrastran las Fiestas de diciembre. Después del tercer cóctel, comida o reunión para despedir el año, las celebraciones comienzan a tener un sabor a repetición, muy parecido a lo amargo, que francamente agota. Para ser más precisa: es el mismo gusto metálico del edulcorante artificial.

Un mes antes ya se cursaron las invitaciones; un mes después te preguntás: ¿Falta mucho para que terminen y pueda volver a mis rasgos naturales, desprovista de esa sonrisa falluta?

El balance de fin de año como ritual, me atemoriza. Es por eso que cada vez que alzo una copa para brindar y creanme que he alzado muchas, me obligo a pensar que el año próximo me irá mejor. ¡Otro igual no lo soportaría!

Este año se me ha dado por revisar los e-mails que he recibido de diversas y variadas empresas. Aprovechan las fiestas y pretenden venderte lo que publicitan de un modo transparente, sin sutilizas. Antes de mi época se decía "de un modo descarado".

Deseos y propuestas

Una firma de negocios inmobiliarios desea, por ejemplo, Paz, Amor y Nuevos Edificios. E inmediatamente me pregunta: ¿sabés en qué invertir?; ¿necesitás comprar?, para responderse "Hacemos realidad los sueños de la gente que confía en nosotros". Les agradecí y relaté una ínfima cantidad de mis sueños. Aún estoy esperando la respuesta y ¡que se hagan realidad! Esta empresa promete demasiado.

Desde hace años recibo ofrecimientos de productos gourmet de una tienda prestigiosísima ubicada en Nueva York. Me gusta conocer el deleite de cierta gente por vinos, quesos, cafés, dulces, tés. Nada que me saque el sueño. Y últimamente ni la Gran Manzana, que siempre fue para mí el lugar de los lugares.

Esta firma me atosiga desde hace un mes con mails a repetición que comienzan con: Querido Cliente - Dear Costumer -, o sea yo, "todavía tiene tiempo de elegir qué va a regalar". Algo así como "Todavía no estás sentenciada", "Tú puedes", "No te consideres tan fracasada".

El mail continúa con un cuentito problemático cuya solución, obviamente, la firma está en condiciones de proveer. Sólo hace falta escribir una orden de envío para no quedar como una insensible ante el mes que corre.

Esgrimen una lógica de sentido común y razón pragmática tan rabiosa que acalambra: cuanto más gastes menos insensible eres.

El "cuentito", la apelación - producto de la decisión de marketing - absolutamente naif dice así, en realidad traduzco: "Regalar puede ser una tarea frustrante ya que encontrar el regalo perfecto no es tarea sencilla. Un cosa que gusta siempre a los amantes de la buena vida es el chocolate". ¡Chocolate por la noticia! Y describen chocolate con forma de exóticas trufas, embebidas en un delicioso licor de moka, frutillas cubiertas con chocolate - 70% de cacao - lo cual es buenísimo, o el ya no tan novísimo chocolate a la pimienta o el morrón.

Villancicos

Le pregunté a Google dónde habían quedado los deseos a los que hacen referencia los villancicos que se cantan en todo el mundo para estas fechas. Me contestó: En las películas americanas de los años '40 cuyo representante más acabado es el film "Qué bello es vivir" de Frank Capra, que es del ´46.

Afiné la búsqueda con otros parámetros y la misma pregunta. Google me contestó: "Es el Capitalismo, estúpida". En clara alusión a la frase de Bill Clinton en su campaña para elección de presidente contra Bush padre. Ganó Bill.

En una versión más personalizada, ya que utilizó el viejo sistema telefónico, llamó mi prima para preguntar por mi ser en el mundo. Y de paso decirme que el pan dulce que lleve el 25 no contenga fruta abrillantada porque a "Sebastián no le gusta".

- Pero a mí sí, contesté. - Entonces trae dos pan dulces grandes.

- Ah y a mi marido le gusta el que tiene de todo. Liz, hagamos bien las cosas: Traé tres y que sean de muy buena calidad, sabés que mi marido tiene un estómago delicado.

Me endeudaré, pero voy a comprar los tres pan dulces que se me piden. No vaya a ser cosa que el 2012 salga peor que el presente año, simplemente por querer ahorrar unos pesos.

A quienes lean esto les tengo preparado lo mejor que encontré en la web este último tiempo. Es una frase que acompaña una foto donde se ve un señor de espaldas que se aleja bajo la lluvia y que sostiene un paraguas. La frase dice: "Ya no me enojo, sólo observo, pienso, me decepciono y me alejo, si es necesario".

Le pregunté a una amiga qué le sugería esta frase y la foto.

- Al tipo ese le llueve. Pero él está protegido por un paraguas, un gran paraguas. Va tranquilo por la vida.

Que un gran paraguas nos acompañe EN ESTE NUEVO AÑO.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 25.12.11

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