Imprimir

Febrero, el mes de los enamorados

Febrero es el mes de los «enamorados», celebración «importada» de los Estados Fundidos de Norteamérica, así como Halloween y la fiesta de San - cerveza - Patricio. Que me perdone el señor Secretario de Comercio al momento de escribir esto, Don Guillermo Moreno, por la palabra «importada» que es de fabricación nacional.

Si ya es difícil encontrar licuadoras, planchas y minipimer en los comercios del ramo donde solían venderse, los pobres hombres están condenados a regalar a sus parejas, sea ésta del sexo que sea, el clásico ramo de flores o un perfume, que para la tradición planetaria si es bueno, es francés

Las trabas puestas a las importaciones han avispado a las distintas Cámaras de comercio.

La del juguete se queja diciendo que esto no es «fair play». Que así no juega, porque no tiene con qué hacerlo. Que sólo le queda una caja de dominó y que intuye quién será el ganador. ¡Así no!, como dice la ex dama de los almuerzos del mediodía televisivo.

Si resulta trabajoso hallar pequeños electrodomésticos - una tostadora en un bazar y no me refiero a un elefante sino a una tostadorcita y sin ánimo de ofender por el paralelo - nada más lejos de mí - ¿se imaginan cuán difícil es encontrar un hombre donde sea?

Digo, un hombre - hombre, no uno hambre u hombro. De estos últimos hay tantos como teléfonos celulares, que aún no escasean tanto como las batidoras, por ejemplo.

SÍ faltan en el mercado del usado - hay que decirlo - hombres del tipo inalámbricos con buena autonomía de vuelo, manos libres, todo terreno 4x4. Pocas soportan ya un modelo 7x24.

De sólo pensar en este último diseño se me acalambran los dedos y no puedo seguir escribiendo, porque en ese malhadado caso una mujer debe hacer de mucama, cocinera y enfermera, bah madre, que como sabemos hay una sola.

No me quejo. He estokeado esta clase de «material» principalmente importado. Ése es el problema.

No existe una Cámara que defienda los intereses de la mujer de edad, gustos, e inteligencia razonablemente «interesante» por decirlo de un modo cortés. Puedo decirlo también de un modo menos elegante: «la Cámara de La Mujer que se la banca» en el amplio sentido de la palabra. Que implica varios sentidos.

¡Bravo esta vez por la polisemia del signo lingüístico!

Claro que el material importado puede fallar, en cuyo caso se necesitan repuestos. O sea, en algunos casos alcanza un original hasta que deja de funcionar y si no se lo repara con el insumo apropiado ¡Kaput!

Ahora andan diciendo que la solución en muchos casos, reside en el ensamblaje en Tierra del Fuego.

¿Qué sucede cuando se apaga el fuego? ¿Eh?

El material ígneo tiene la mala fortuna de sucumbir ante el agua, por ejemplo. Y sin ir más lejos las últimas lluvias con sus consecuentes y reiteradas inundaciones en febrero - el mes de los enamorados - apagan cualquier llama ardiente, por más nacional que ésta sea. No digo que estén mal ensamblados de fábrica, sino que si no son utilizados en tiempo y forma se malogran.

Se enfrían, como la economía y no hay antorcha que los encienda.

Entonces, en el mes de los enamorados, y dadas las condiciones antes enumeradas bienvenido todo lo signifique amor a un proyecto, a un anhelo a una dignidad. Hasta que lleguen los repuestos. O una copia fiel que ya no recuerde el original; cuando éste pasa a ser una sombra de sí misma.

De paso, recomiendo efusivamente la película del mismo nombre - Copia fie l- protagonizada por Juliette Binoche del director Abbas Kiarostami, cuyo protagonista masculino se halla más enamorado de su propia producción literaria que de Juliette.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 12.2.12

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.