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Muletas para hablar

11muletilla«Digo», «pero bueno», «a ver» y «tengo la impresión» están inficionando el lenguaje radial y televisivo. A veces entre frase y frase y cuando la muleta ocupa casi todo el discurso, en mitad de cada oración el «digo» resulta abrumador.

Lo paradójico es que mientras se dice, el «digo» produce una redundancia que sólo puede pasar desapercibido por su generalización que lo incorpora como una coma verbal. Y el que ha sido vacunado contra su uso, lo reemplaza con otra coma oral que es «pero bueno». A eso se agrega con cierto aire de superioridad el «a ver» al comienzo de cada frase.

Antes de dar una opinión los periodistas dedicados precisamente a opinar suelen comenzar con la muletilla «tengo la impresión». Se supone que basan su juicio en un conocimiento sobre el cual formulan su comentario y no meramente en una impresión. Sería equivalente a que un meteorólogo diera el pronóstico del tiempo basado en que le duela o no su juanete.

Estos apoyos conocidos como «muletillas» se agregan a «nada», que lleva a preguntarle al que lo utiliza para qué emitió una retahíla de palabras hasta llegar a esa expresión que anula todo lo anterior que se haya expresado.

Otras muletas que vienen de arrastre, entre varias vigentes, son el «sí» al final de cada frase o el remanido «¿me entendés?» o «¿no es cierto?», junto al «obvio» o al «por supuesto» que descalifica o minimiza lo que se acaba de escuchar.

Se ha incorporado en forma reiterada la expresión «es un delirio» para reflejar situaciones que escapan a la razonabilidad o a la lógica.

Han caído en desuso el «puntualmente» que saturó el habla cotidiana hace unos años, junto a una muletilla anterior que era un comodín de un gran alcance: «de alguna manera».

Está de moda el uso de la palabra empoderamiento que puso en circulación Cristina Fernández y que según Wikipedia significa: «el proceso por el cual se aumenta la fortaleza espiritual, política, social o económica de los individuos y las comunidades para impulsar cambios positivos de las situaciones en que viven».

Es difícil saber en muchos casos cómo y por qué se incorporan al lenguaje diario o caen en desuso.

Otro nivel lo constituyen los dichos populares que son tan trillados como ilustrativos, aunque se haya perdido su origen en el tiempo, lo que permite deslizarse por el sendero de los lugares comunes. También se denominan idiotismo, que proviene del latín «idiotismus», que significa lenguaje ordinario o vulgar.

Uno muy utilizado por el peronismo es «no sacar los pies del plato», que permite inferir no apartarse de lo establecido o convenido, pero que en su sentido literal carece precisamente de sentido.

Otras expresiones frecuentes que suelen escucharse: «nadie tiene la vaca atada», para reflejar que es difícil tener la realidad controlada o evitar ilusionarse haber ganado la lotería antes que se sortee el premio. En política implica que ningún político tiene los votos asegurados.

Otro dicho popular utilizado es «habló con todas las letras». Hay que hacer un esfuerzo de imaginación para suponer alguien que se exprese quitando vocales o consonantes. Se quiere sostener, más allá de la contradicción, que es alguien frontal que no se guarda nada.

Es equivalente a decir que «no tiene pelos en la lengua». El origen de la expresión proviene de la dificultad que en la pronunciación provoca un cuerpo extraño, por pequeño que éste sea. La expresión es anterior a los piercing en la lengua, práctica que desmiente la precisión de la expresión.

Uno utilizado con persistente insistencia es «No poner palos en la rueda», para ilustrar aquellos que impiden a otro avanzar. Un término utilizado para hacer referencia a dificultar una gestión o a entorpecer el avance de un proyecto.

La lista es interminable. José Ortega y Gasset las definió como «el tranvía del transporte intelectual» en la época en que el tranvía era el medio más barato de transporte.

Una síntesis difícil de soportar en un relato radial o televisivo podría ser: «Está claro, digo, que Carrió habló, digo, con todas las letras, digo, sin pelos en la lengua ¿se entiende? Otros, en cambio sostienen, ¿si? que lo que hace es colocar palos en la rueda del Gobierno ¿me entendés? Tengo la impresión que Sergio Massa actúa como si tuviera la vaca atada, pero bueno, eso lo puede conducir hacia un fracaso ¿no es cierto? Es peligroso, contraproducente, digo, suponer que se tiene la vaca atada ¿me entendés? Daniel Scioli, digo, se mantiene como es su costumbre, digo, optimista, pero bueno, sin sacar los pies del plato, ¿no es cierto? Al ser preguntado sobre sus relaciones con Cristina Fernández contestó: A ver, está claro que son óptimas y yo seguiré trabajando, digo, con fe, con optimismo, siempre para adelante.

Los que suponen enfrentamientos con nuestra querida Presidenta, quiero manifestarle, de buena fe, que eso es un delirio».

Si llegó hasta acá, usted se ha hecho acreedor, por su apreciada paciencia, a ser invitado con entrada libre y gratuita a una mesa redonda cuyos integrantes serán Fernando de la Rúa, Hermes Binner, Carlos Reutemann y Julio César Cleto Cobos. A ver, el ingenio a raudales, la diversión sin límites, están garantizados.

Obvio.