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¡Huracán!

El mundillo mediático está azorado, no sabe cómo ni por que fue ese 54%, como tampoco lo saben, aunque sí lo esperaban, los adictos al neoliberalismo, los conservadores, los gorilas y los pregoneros de las catástrofes más horribles, donde todos seriamos según los agoreros, deglutidos por la caída estrepitosa de la economía.

Tampoco entienden este fenómeno los que toman la política como si fuera una contienda deportiva y los partidos políticos fueran los colores de su club de preferencias. Es que no es fácil entender que los caminos no existen, se hacen.

Los Kirschner, como gustan definir los periodistas de agachada, fueron agraciados por una fuerza que hasta ahora era desconocida. Nadie pudo o no quiso llevar a cabo muchas de las medidas, aferrados a una convicción, como lo hicieron. Todos los intentos anteriores quedaron hundidos frente al monstruo del capitalismo y no tuvieron la fuerza suficiente, ni siquiera para plantarse en frente y decir aquí estamos nosotros y vamos a defender nuestros principios. Por el contrario se entregaron mansamente y no lograron manejar los problemas que se venían.

Parece que reconocer lo bueno cuesta, tanto de un lado como del otro, y no pueden percibir que todas las utopías, que por buenas que sean, no dejan de serlo. Una cosa es la teoría y otra es la práctica y no es fácil arribar a la meta deseada.

Tal vez algunos dirán que los logros de este gobierno no son suficientes y en eso estaríamos de acuerdo, pero para profundizar en este camino, no es cuestión de destruir despiadadamente lo construido hasta ahora, sino estimularlo para que siga este camino.

Otro argumento para criticar es que lo que se consiguió fue por las constantes luchas parciales del pueblo, sin embargo en esta etapa se llevó a cabo y según se vislumbra se continuará con programas que favorecerán a las mayorías. También se denostó el hecho de que los capitalistas ganaron más dinero en esta etapa, pero si recordamos que siempre se habló de la unidad de las capas medias y bajas para mejorar su estatus y favorecer a los capitales nacionales para fortalecer una economía que se sostenga en el tiempo.

Es fácil hablar de nacionalizar, pero para llevar a cabo estas medidas revolucionarias debe existir el convencimiento de una gran mayoría, que esté dispuesta a defender con uñas y dientes estas acciones, como lo hizo Fidel en la era post revolucionaria, con un pueblo armado y de fuerte convicción, harto de explotación y dominio extranjero, con un sangriento dictador que asolaba la Isla.

La idiosincrasia de este país no es la misma, con una fuerte cultura del individualismo y del no te metas. Todos quieren vivir bien, y hasta muchos de los disconformes actuales, en el fondo lo están haciendo. Es cierto que todavía hay bolsones de pobreza y de gente que no tiene trabajo, pero los mismos tienen al menos esperanzas y por eso apoyan al gobierno.

Si enumeramos las cosas positivas nos vamos a encontrar con muchas sorpresas que tal vez algunos no lleguen a vislumbrar: La asignación por hijo, el aumento del presupuesto para educación y la cultura, el apoyo a los emprendimientos de pequeñas empresas, la reducción de la desocupación, la ley de medios, la ley del matrimonio igualitario, la entrega de netbooks a los estudiantes, el apoyo a los científicos que trabajan en el país y la invitación a que vuelvan los que aún quedan afuera, la política de Derechos Humanos, con la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final, que permitió juzgar y condenar a los asesinos seriales de la última dictadura militar, el estímulo a la industria nacional, el estímulo a las actividades deportivas mediante subsidios adecuados, la promoción del turismo nacional, donde miles de argentinos pueden gozar de un descanso en vacaciones o mini vacaciones, los aumentos a los jubilados (aunque no sea ese 82% tan ansiado) postergados durante décadas, la distribución a las provincias de partidas especiales para obras de infraestructura, la finalización de obras del complejo de Yaciretá que hace dos décadas que estaba paralizada, El incesante estimulo para crear cultura en todos los ámbitos, y a los jóvenes para que estudien, la creación de canales culturales como Encuentro, Paka Paka y otros programas que se transmiten por el canal oficial y Radio Nacional. A nivel internacional, el esfuerzo para fortalecer el Mercosur, y la unidad latinoamericana a través del Unasur, la desaparición de la deuda externa tal como se la concibió, etc. etc.

Pero lo más destacado de estos años y que más impresión ha causado fue el retiro de los retratos de los genocidas en la casa de gobierno.

Y estas son hechos palpables, los llevó a cabo este gobierno, ¿que se puede cuestionar? Sí que falta mucho todavía, pero claro, hay que luchar mucho para que se apruebe la ley de tierras y otras cosas más que falta hacer y que merced al federalismo no se pueden llevar a cabo todavía desde el gobierno central.

Tal vez me dirán que soy oficialista, me tildaran de "Kirschnerista", pero puedo asegurar que ni lo uno ni lo otro. Yo veo las cosas que se perciben y que hasta ahora nadie realizó.

Tal vez hay muchas cosas para criticar también, pero el camino esta trazado, será cuestión de entrar en razón para perfeccionarlo y continuar cambiando esta realidad, sin encerrarse en compartimientos estancos de las posturas sin concepciones firmes de cómo llevar a cabo las utopías que deben existir, pero también pisar el suelo de la realidad, y estudiar como se pueden llevar a cabo y plantearlo correctamente en una discusión amplia y sin apasionamientos.

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