Israel cuenta solamente con un territorio de 22.145 kilómetros cuadrados (equivalente a una tercera parte del departamento de Antioquía), y 7,1 millones de habitantes, lo que implica que este país siempre va a estar limitado en el mercado doméstico para expandir sus industrias. Sin embargo, al tener esta reducida población, el desarrollo de sus ventajas competitivas siempre ha estado especializado y centrado en la calidad y en soluciones verdaderamente creativas.
En el año 2009, fue publicado en hebreo el libro "Start-up Nation: The story of Israel's economic miracle" de los autores Dan Senor y Saul Singer. Fue solamente en septiembre del 2011 que apareció la versión en inglés que incluye un prólogo del presidente Shimón Peres en el cual el mandatario hace referencia a las palabras de David Ben Gurión: «Todos los expertos, son expertos en lo que fue. No hay expertos en lo que será. Para convertirse en un experto del futuro, la visión debe sustituir a la experiencia».
Este libro presenta un recorrido detallado y fascinante de cómo Israel, con limitado territorio, poca población, escasez de recursos naturales, de solo 64 años de creación, con guerras constantes y enemigos en todas las fronteras, es el líder mundial en inversión, en investigación y desarrollo (4,8% de PIB) y ha creado y puesto en marcha más compañías que países con liderazgo empresarial como Japón, Reino Unido, Canadá, Corea del Sur y la India. Israel, después de Estados Unidos, tiene más empresas listadas en el Nasdaq que cualquier otro país del mundo (63 a comienzos del 2009), incluidos China, India, Irlanda, Singapur y Corea del Sur.
Senor y Singer describen desde una perspectiva geopolítica, como el impulso por superar constantemente las adversidades pasadas y presentes ha fomentado una cultura hacia la innovación y el emprendimiento.
Preguntaba, una de las vicepresidentes de la compañía de televisión y entretenimiento NBC Universal, en una entrevista citada en el libro, «¿Por qué todo esto está pasando en Israel? Nunca he visto en un lugar tan pequeño tanto caos y tanta innovación al mismo tiempo».
Para responder este interrogante, los autores explican que precisamente la adversidad, al igual que la necesidad, requiere de capacidad inventiva para superarlas; y esto puede ser constatado. Si miramos otros países pequeños con amenazas grandes como Corea del Sur, Taiwán o Singapur, podemos darnos cuenta que ellos cuentan con tasas de crecimiento económico mayor que otros países.
Otro aspecto a considerar es el sistema financiero de Israel. El analista Eitán Avriel da un ejemplo para describir el sistema bancario israelí: «Los bancos israelíes son carrozas de caballos y los bancos estadounidenses son carros de carreras. Pero cuando los carros de carreras chocan, se desbaratan; las carrozas de caballo, en cambio, viajan más despacio, pero se mantienen en el camino».
Se dice, que las crisis bancarias internacionales han afectado a la mayoría de los sistemas financieros nacionales con dos grandes excepciones: Israel y Canadá.
Desde la híperinflación de comienzos de los años ochenta, que fue controlada en gran medida por la intervención de los gobiernos de Estados Unidos, Israel y el Fondo Monetario Internacional, las instituciones financieras en Israel han tenido políticas de préstamos conservadoras.
La palabra hebrea «davka», más o menos se puede traducir como «cuanto más nos ataquen, más éxito vamos a lograr».
Otra explicación sobre el milagro económico israelí, es el impulso hacia el éxito tanto personal, como nacional.
Siendo el propósito central de Israel «proveer un sitio seguro en el Estado hebreo», este país ha tenido y fortalecido su industria militar y de defensa. Es líder mundial en la materia y constantemente hay spin-off en estos sectores. En Israel existe un servicio militar obligatorio, lo cual para los autores, Senor y Signer, significa la posibilidad de desarrollar habilidades y al mismo tiempo contactos valiosos para los negocios en el futuro.
En Israel, 9 de cada 10 habitantes son inmigrantes o descendientes de primera o segunda generación. Esto representa una inmensa diversidad en la población, y al mismo tiempo, explica este libro, al ser los inmigrantes arriesgados, ello los hace orgánicamente emprendedores. Por lo tanto: «una nación de inmigrantes, es una nación de emprendedores».
Para los líderes políticos israelíes, «la agricultura es más revolucionaria que la industria». En una entrevista citada en el libro de Senor y Singer, Shimón Peres, quien considera que la tecnología está inmersa en todo, dice: «La agricultura es 95% ciencia y 5% trabajo». Peres agrega, además, que Ben Gurión solía afirmar que «en el ejército no es suficiente con estar al día; se debe estar adelantando el mañana».
Toda esta combinación de factores: el patriotismo de los fundadores del Estado, la constante conciencia de adversidad y escasez y la curiosidad incansable, han hecho, según Peres, que «la mayor contribución de los judíos a la historia sea su insatisfacción», lo cual, según el presidente interpreta, «es malo para la política, pero bueno para la ciencia».
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