La primera estación de tren en Jerusalén, fundada hace 121 años y cerrada debido a la construcción de la nueva ferrovía, volverá a abrir sus puertas al público en la primavera de 2013, esta vez como un nuevo centro cultural de la capital de Israel.
Situada entre los barrios jerosalimitanos de Baka y la Colonia Alemana, muy cerca de la carretera a Hebrón, la antigua estación se transformará muy pronto en un moderno complejo cultural y turístico.
Edificada en 1892, la estación formaba parte del primer ferrocarril construido en Palestina, entonces bajo dominio otomano.
El tren, que unía a Jerusalén con el puerto de Yaffo, continuó funcionando hasta 1998. Durante los últimos 15 años, la antigua estación permaneció totalmente abandonada.
Pero el histórico edificio ahora se reabrirá al público como «Hatajaná Harishoná» (la primera estación, en hebreo) con un centro cultural que estará previsto para albergar eventos artísticos, exposiciones, además de funcionar como museo local.
El edificio, de diseño arquitectónico original, fue muy influenciado por la cultura templaria del siglo XIX europeo, por lo que la restauración de la estación le permitirá al centro para convertirse en una atracción especial. Locomotoras y vagones originales formarán parte de la escenografía del nuevo museo.
Además, el complejo contará con un espacio para un mercado estacional - según la temporada - de frutas y verduras, así como una gran variedad de cafés y restaurantes que harán accesible la estación con fines diversos a turistas y lugareños.
También se planean un centro de talleres culinarios, eventos de música, literatura y artes. El complejo abrirá los sábados, aunque los comerciantes que así lo deseen no estarán obligados a hacerlo.
En la antigua estación se construirá también una galería de arte modular de 160 metros cuadrados que podrá ser utilizada como un pequeño teatro.
Empresas privadas efectuaron una inversión inicial de 35 millones de shekels (10 millones de dólares, aproximadamente). La Municipalidad de Jerusalén destinó otros 5 millones (1.300.000 de dólares) para la restauración, diseño y decoración del recinto.
Aunque el terreno pertenece al Estado de Israel, el mismo se rentará a los empresarios Avi Murdoch, Adi Talmor, Asaf Chemo y Erez Navón, por un período de diez años. En 2023, la propiedad será devuelta a la compañía nacional de trenes, Israel Railways.
Los inversores se comprometieron a mantener y sostener el éxito del complejo, ya que se trata de un importante sitio histórico situado en el corazón de Jerusalén.
El alcalde de la ciudad, Nir Barkat, afirmó a Israel en línea que el proyecto «Hatajaná Harishoná» «será un diamante más de la gran corona que es Jerusalén».
Barkat agregó que al entrar en funciones, uno de sus principales objetivos fue «apoyar la cultura y el turismo en Jerusalén y al mismo tiempo abrir nuevas posibilidades y fuentes de trabajo». También destacó que este emprendimiento «no sera el último».
«En mi oficina todavía me esperan planos de proyectos como el Cinema City de la ciudad, senderos para bicicletas, emprendimientos deportivos y muchos más», agregó.
El inversor Avi Murdoch, residente del barrio, relató a Israel en línea que le apenaba «ver todos los días ese lugar histótico abandonado y sucio» y que «mi sueño era poder hacer algo para transformarlo».
«Cuando me avisaron que gané la licitación, fue una enorme alegría», subrayó.