Cuando el mundo desconocía el impacto del ébola, el doctor Leslie Lobel ya se dedicaba a estudiar una cura para el virus, que estaba confinado a África Occidental.
Desde 2002, este investigador israelí, junto con su colega Victoria Yavelsky, trabaja con sobrevivientes de la enfermedad para generar, más que una vacuna, un «coctel» de anticuerpos que ofrezca protección inmediata a los pacientes.
El Dr. Lobel, egresado en Genética e Inmunología de la Universidad de Columbia (1988), EE.UU, es profesor y vicepresidente del Departamento de Virología en la Universidad Ben Gurión de Beer Sheva, en el sur de Israel, y su laboratorio se encuentra en el Centro para Enfermedades Emergentes, Enfermedades Tropicales y SIDA.
Además de estudiar el Ébola, el Dr. Lobel y sus colegas investigadores también se centran en Marburg, otro virus de fiebre hemorrágica mortal.
- ¿Hay muchas posibilidades de que el virus se «infiltre» en Israel?
- Posibilidades siempre existen, pero no me preocupa demasiado. Se trata de un virus peligroso pero no alarmante en el aspecto de que si somos suficientemente precavidos, podremos dominarlo. Creo que se puede confiar en los servicios de salud y seguridad de Israel que saben muy bien como detectar enfermedades y epidemias y controlarlas.
- ¿Hay una amenaza real de epidemia?
- No creo que haya una epidemia en países desarrollados porque cuentan con sistemas médicos modernos, control sobre la población y también gente dispuesta a trabajar con el Gobierno para dominar la enfermedad. No creo que debamos estar alarmados. Pero sí debemos ser precavidos y entender que las enfermedades infecciosas son el gran reto para la supervivencia en el siglo XXI.
- ¿Qué falló? ¿Por qué se demora encontrar una vacuna efectiva, cuando el primer brote de ébola se produjo en 1976?
- El Gobierno de Estados Unidos desarrolló un par de variedades de vacunas. Fueron probadas en monos. El problema fue probarlas en seres humanos. Creo que no se esperaba que un brote como este ocurriera tan rápido. Por lo tanto, Estados Unidos no impulsó las pruebas químicas en seres humanos tan rápido como debía.
- ¿Por qué las compañías farmacéuticas no desarrollaron la vacuna?
- Porque no querían poner dinero en ello. Las empresas farmacéuticas se enfocan en desarrollar drogas para enfermedades de las que puedan obtener ganancias. No hay que olvidar que son compañías: tienen que hacer dinero. No podemos culpar a las empresas farmacéuticas por no desarrollar una vacuna, porque nadie la hubiese comprado. Esto es más bien un asunto de los gobiernos, porque es una enfermedad que es rara, pero muy mortal, y es una preocupación de la biodefensa. Por eso, Europa, Estados Unidos y América Latiba deben ocuparse de esto, porque los africanos no tienen dinero.
- ¿Cuántas empresas farmacéuticas están trabajando ahora?
- Hay un par de manufactureros de vacunas que están dedicados a eso. Pero ya es muy tarde para trabajar en vacunas con el brote de ahora. Lo que hay que hacer es reforzar las cuarentenas, cerrar fronteras entre países, de ser necesario, y enviar comida, agua potable y médicos.
- ¿Por qué se interesó en investigar sobre el ébola?
- Habíamos desarrollado una tecnología para crear anticuerpos humanos de manera muy fácil para combatir el cáncer cuando estaba trabajando en Estados Unidos. Cuando tomé el trabajo en Israel, me sugirieron que aplicáramos esa misma tecnología en enfermedades virales. Me pareció muy razonable. Podíamos aislar los anticuerpos de los humanos y usarlos para tratar virus. Pero pensaba que eso no causaría un impacto ni en la influenza ni en la varicela. Podría, más bien, hacer una diferencia en el caso de enfermedades mortales, para las que no hay terapias. Entonces viajé a áreas no desarrolladas del mundo. Y encontré que en África central había una población de sobrevivientes de ébola a la que podíamos estudiar. Supongo que trabajamos en la enfermedad correcta, en el momento correcto. La gente comenzó a notar que lo que hacíamos era importante, aunque antes no lo creyeran. Pero yo creía en esto y por eso seguimos.
- ¿En qué consiste el método que está poniendo a prueba?
- Tomamos células de la sangre de un sobreviviente, hacemos que estas vivan para siempre en un laboratorio y luego las estudiamos y vemos cuáles producen anticuerpos que pueden contrarrestar el virus para luego convertir eso en un producto.
- ¿Cómo va el avance de sus investigaciones?
- Hasta ahora parece bien. Sí tenemos anticuerpos que neutralizan. Estamos preparándonos para experimentar con animales en breve y esperamos que, en un par de años, contemos con un buen coctel de anticuerpos que puedan usarse en seres humanos. Si le damos eso a la gente, está protegida de inmediato. El suministrarles una vacuna demora hasta un mes en proveer protección.
- ¿Cuántos nuevos virus podrían surgir en el futuro?
- Celebramos el final de la era viral en la década de los '70. Pero los virus cambiaron y continuaron infectando a la gente. Así estuvieran en partes remotas de África, y se olvidaron de que, cuando continúan allí, van a volver, a menos que nos ocupemos de prevenirlos. Por lo tanto, como me gusta decir, este es nuestro 11 de septiembre del mundo de las enfermedades infecciosas. Es un llamado de atención, pues estamos en el principio de un tsunami de muchas enfermedades infecciosas.