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Israel: Parlamento rinde homenaje a San Juan XXIII

San Juan XXIIIPor su contribución al diálogo interreligioso y ayuda humanitaria a miles de víctimas y perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial, el Parlamento israelí rindió homenaje a Angelo Giuseppe Roncalli, San Juan XXIII, el «Papa bueno».
      
El reconocimiento, que contó con el impulso de la Fundación Raoul Wallenberg, una organización internacional no gubernamental que promueve el  reconocimiento de las víctimas de los nazis, contempló varias reuniones en diferentes comisiones parlamentarias hasta llegar a una sesión especial en el plenario en donde judíos y católicos coincidieron en resaltar lo transformadora que fue su obra y figura.
     
Tantos en las comisiones como en el pleno parlamentario, el presidente de la Knéset,  Yuli Edelstein, políticos, figuras de la jerarquía religiosa del Vaticano y de Tierra Santa, tomaron la palabra resaltar el impacto de Juan XXIII, tras cuya labor el mundo «no ha sido el mismo», coincidieron.
    
Danny Rainer, representante de la Fundación Wallenberg, recordó a Israel en línea, que fue Roncalli el responsable de eliminar a palabra «pérfido judío» de la oración por la conversión de los judíos de la liturgia del Viernes Santo.
 
Diferentes testimonios y documentos históricos narran que cuando se desempeñaba como Delegado Apostólico en Estambul en la década de 1940, Angelo Giuseppe Roncalli, ayudó a salvar la vida de miles de judíos consiguiéndoles documentos de identidad que les alejaron de las garras de los nazis.

Luego, siendo ya el Papa Juan XXIII, fue el gran impulsor de un nuevo clima de diálogo interreligioso, reconciliación y respeto, a través de la declaración «Nostra Aetate», que estableció las nuevas relaciones de la iglesia con los no católicos, fue el documento señero del Concilio Vaticano II tras el cual se permitió el uso del lenguaje común en lugar del latín en las misas y ceremonias varias.
    
En la Comisión de Inmigración y Absorción, la profesora israelí de historia, Dina Porat, resaltó que la gran herencia de Roncalli fue haber «abierto puertas que debemos mantener abiertas», instó.
     
El profesor Alberto Melloni, uno de los mayores especialistas en la biografía de San Juan XXIII, recordó varias veces, que aunque el líder no vivió lo suficiente para ver la transformación de la iglesia, fue él quien la adaptó a los tiempos modernos.
     
El nuncio apostólico para Israel, Giussepe Lazzaroto, se emocionó al recordar que lo vio en la plaza de San Pedro, en Roma, tras ser anunciado como el nuevo Papa. El hoy nuncio era entonces apenas un estudiante, 58 años después afirmó que «estoy aquí en Israel en su homenaje».
    
Aquel Papa, identificado como un hombre de pueblo sencillo, que habló a la multitud en la plaza, con un lenguaje ya no hermético y arcano de sus antecesores, sino en el idioma del pueblo, fue canonizado el pasado 27 abril.

Varios miembros del Parlamento hicieron uso de la palabra en el plenario para recordar la valiosa figura de Juan XXIII. Uno de ellos fue el jefe de la oposición, el diputado laborista Itzjak Herzog, quien se refirió al camino recorrido en las relaciones judeo-católicas y la piedra fundamental que cimentó Roncalli.
     
El cardenal Loris Capovilla, quien fue secretario personal de Roncalli, envió una carta a Edelstein para expresar su satisfacción por el reconocimiento en el Parlamento, evento en el que participó, entre otras personalidades, el custodio de Tierra Santa, Pierbattista Pizzaballa.

Además del homenaje, la iniciativa de reconocimiento a Roncalli contempla una calle en su nombre en la ciudad de Ashdod, y un busto con su imagen en Nazareth.

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