La Fundación Internacional Raoul Wallenberg entregó póstumamente la Medalla Raoul Wallenberg al ex presidente de Filipinas, Manuel Quezon, en reconocimiento a su política de «puertas abiertas» que permitió la llegada a su país de más de 1.300 refugiados judíos europeos que huían del nazismo.
La ceremonia tuvo lugar el 19 de agosto.
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino III, lideró la conmemoración en el 137° aniversario del nacimiento del ex presidente, al tiempo que inauguró el Museo de Quezon.
Una multitud estimada en 3.000 personajes asistió al evento, incluyendo miembros del Gobierno y representantes del cuerpo diplomático acreditado.
También asistieron miembros de la familia del presidente Quezon; la profesora Maris Diokno, presidente de la Comisión Nacional Histórica de Filipinas, y representantes de la Asociación Judía de Filipinas, presidida por Lee Blumenthal.
En nombre de la Fundación Wallenberg, el embajador de Israel en Filipinas, Efi Ben-Matityau, entregó la Medalla Raoul Wallenberg a Zenaida Quezon Avancena (94), hija del ex presidente.
El embajador Ben-Matityau elogió a Quezon por «su convicción moral». Lo llamó «gran líder humanista» y agregó que «cuando Quezon comprendió la difícil situación de los judíos en Europa, abrió las puertas de su país a los necesitados".
El nieto de Quezon, Manuel Quezon III, pronunció eL discurso de aceptación en el que subrayó «la Importancia del derecho de las personas al asilo político en democracia» e insto a la juventud filipina a emular la compasión de su abuelo hacia los más necesitados».
«El difunto presidente Quezon encarna los valores de solidaridad y coraje cívico puestos en práctica por Wallenberg y por todas las personas que auxiliaron a las víctimas del nazismo», señalaron en un comunicado conjunto Eduardo Eurnekian y Baruj Tenembaum, presidente y fundador de la Fundación Wallenberg.