Hoy el pueblo judío celebra el nuevo año, conocido como Rosh Hashaná, dando inicio así al mes de las fiestas de otoño. El calendario judío es lunar y por ello las celebraciones comienzan al anochecer del primer día del mes de Tishrei, que por lo general siempre coincide con el mes de septiembre, aunque sus fechas precisas varían de acuerdo a la diferencia entre el calendario lunar y el solar.
En esta ocasión se celebra la llegada del año 5773, conmemorando la creación del mundo de acuerdo a la narración del Génesis.
Para el pueblo judío alrededor del mundo y en Israel, Tishrei es un mes de reflexión e introspección. En el diez de Tishrei se celebra la más solemne de las conmemoraciones, que es Yom Kipur o Día del Perdón. Los días entre Rosh Hasahaná y Yom Kipur, llamados «días del juicio», son de balance individual y colectivo.
De forma personal, de acuerdo a la tradición, las personas reflexionan y concientizan sus acciones durante todo el año que pasó, arrepintiéndose si obraron mal y disculpándose primero con sus semejantes, antes de disculparse con Dios. La culminación de este proceso es Yom Kipur, cuando Dios juzga a los hombres de acuerdo a sus acciones y determina su destino para el año siguiente.
Este proceso de autoreflexión ha devenido un pilar de la tradición judía que permea a toda la sociedad, sin distinción de niveles de religiosidad.
De manera similar, el nuevo año y las primeras semanas de Tishrei representan un periodo de balance colectivo y nacional. En el último año (5772) la sociedad israelí se ha confrontado con retos internos relacionados con la creciente desigualdad socio-económica y de participación civil.
Aunque los índices internacionales siguen revelando la excelencia israelí en áreas como la educación superior y la alta tecnología, o bien ubican al país en puestos altos del desarrollo humano (en 2011 Israel se ubicó en el puesto N° 17 entre más de 170 países, según la ONU), las últimas estadísticas publicadas en la víspera del nuevo año muestran que las tasas de pobreza en Israel dentro de los registros de los servicios sociales están en aumento.
Las «buenas noticias» son que los movimientos ciudadanos han logrado colocar estos problemas en un lugar importante de la agenda nacional; las «malas» por otro lado, son que el gobierno se enfrenta con un creciente déficit en el presupuesto nacional y los prospectos para el próximo año son de grandes recortes presupuestales, tomando en cuenta también la situación económica internacional.
En la arena regional seguimos observando con mucha inquietud el continuo deterioro de la guerra civil en Siria y el fortalecimiento de la amenaza iraní en la zona y más allá.
Estos acontecimientos, junto con la incertidumbre que rodea a los cambios en Oriente Medio en el último año y medio, siguen afectando la seguridad y la estabilidad de todos los países de la región y presentan desafíos para la comunidad internacional.
En la víspera del nuevo año deseamos a nosotros, y a nuestros vecinos, que se cumpla el milenario anhelo de que «termine este año y se lleve sus maldiciones; y que comience el nuevo año lleno de bendiciones».
Que seamos juzgados con benevolencia y refrendemos nuestro compromiso con acciones de bien.
* La autora es Embajadora de Israel en México
Notas relacionadas:
5773
Iamim Noraim 5773
Judaísmo 5773: Vivito y coleando