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Purim: ¿Siempre hay motivos para festejar?

Ester acusa a HamánTengo que confesarlo. Me gustan las fiestas judías, sus relatos, sus mensajes, sus costumbres, pero por sobre todo los valores que de ellas se pueden rescatar:  humanistas, progresistas, universales, nobles y ecuménicos. Esto es válido hasta que llega Purim. Con Purim hay un gran problema de identificación para aquellos judíos cuya visión de la cultura judía es laica, crítica, humanista y no sectorial.

Historia de la festividad - Meguilat Ester

Purim se festeja el 14 y el 15 del mes de Adar - último mes del calendario bíblico, que comienza en Nisán - y recuerda  la salvación de los judíos (una vez más...) de manos de sus enemigos. Esta vez se trata del malvado Hamán - otra de las sempiternas reencarnaciones del genocida bíblico Amalek y del rey persa Ajashverosh (Asuero), que quisieron exterminar a los judíos que vivían en el Imperio Persa y en su capital, Shushán.

La narrativa de lo sucedido en Purim (estimada allá por el siglo V a.e.c.) llega a nosotros a través del Libro de Ester, conocido en hebreo como Meguilat Ester, que es parte del Tanaj o Antiguo Testamento. Ésta aparece como una de las cinco meguilot, en la última sección del mismo, denominada Ktuvim o Hagiógrafos.

La tradición judía desarrolló con el paso de lo siglos la costumbre de leer cada una de estas cinco meguilot en una conmemoración determinada, cada una con su particular explicación y contexto.  

De tal modo, Meguilat Ester se lee en Purim, Shir Hashirim (el Cantar de los Cantares) en Pesaj, Meguilat Rut en Shavuot, Meguilat Eijá (Lamentaciones) en Tishá Beav y Kohelet (Eclesíastes) en la fiesta de Sucot.

Meguilat Ester, un relato corto de sólo diez capítulos, narra la historia de Mordejai el judío y la reina Ester y de cómo lograron salvar a los judíos del decreto de exterminio sentenciado por el rey Ajashverosh, a la sazón marido de Ester, elucubrado por su demoníaco asesor Hamán.

Algunas curiosidades

Meguilat Ester es la única parte del texto bíblico que no aparece en el Canon Palestinense encontrado en Qumrán, más conocido como los Rollos del Mar Muerto.

Como el resto de los nombres de los meses del calendario hebreo, también Adar proviene del idioma acadio-babilónico cuyo origen puede deberse al nombre del dios babílonico Ad'er o de la palabra Addaru, que significa oscuro, probablemente relacionada con la época del año en el que se ubica el mes, a fin del invierno boreal.  

Ishtar, diosa babilónica de la fertilidad, y Marduj, dios jefe de los cielos, eran los nombres de dos de los principales dioses del pantéon babilónico de la época. Coincidentemente, ambos tienen un parecido asombroso con los nombres de los héroes de nuestro relato, y casualmente Hamán era el nombre acadio del Diablo del Infierno.

Purim no aparece entre las festividades de la Torá, denominadas Jaguei Mideoraita y la lectura de Meguilat Ester, al igual que el encendido de las velas de Januká, son parte de las siete Mitzvot DeRabanán, siete preceptos decretados por sabios de épocas posteriores.

Identificación y valores

Las festividades judías traen consigo una serie de relatos, historias, leyendas y personajes con los cuales los judíos, generación tras generación, se identifican con los mismos. Pero en Purim, ¿con qué personaje o valor nos podemos identificar en particular?

¿Con Mordejai el judío, que lo poco que sabemos de él es que deambulaba por los alrededores del palacio del rey hasta su llegada al puesto de visir?

¿Con Ester, que formó parte del harén del rey persa ocultando su identidad judía? Su verdadero nombre era Hadassa, pero utilizaba el de Ester, nombre persa común entre los judíos más asimilados de las clases altas de Persia de aquellas épocas. Según lo relatado en la Meguilá, Ester era una joven que hacía caso a todo lo que le decían sin dudar o cuestionar, que se sometió sumisamente a los deseos del todopoderoso rey de Persia (que ni siquiera era judío) y se convirtió en su obediente esposa favorita, hasta su valiente «despertar» como judía.

Citando fuentes de la cultura judía

Talmud de Babilonia, Tratado de Taanit 29:1: «Cuando comienza Adar, aumentamos las alegrías».

Libro de Ester: Cap. 9:15 «…y los judíos que residían en Shushán se reunieron el día catorce del mes de Adar y mataron a trescientos hombres en Shushán...». (9:16) «... y tambíen se agruparon los demás judíos que vivían en las provincias del rey, y pelearon por sus vidas, y tuvieron descanso de sus enemigos luego de haber matado entre los que les odiaban a setenta y cinco mil...». (9:17) «...el día trece del mes de Adar. Y el día catorce del mismo descansaron y lo hicieron día de fiesta y de alegría...».
 
Una vez que el edicto de muerte en contra de los judíos fue revocado por el mismo rey Asuero, Mordejai se encontraba en el lugar de consejero del rey, reemplazando al difunto Hamán, y Ester gozaba de los favores del rey que le promete: «... hasta la mitad del reino te será concedido...».

En esta instancia, cuando ambos estaban en la cima del poder, no pudieron o no quisieron detener la masacre de miles de persas y otros pueblos dispersos por el reino, que supuestamente se iban a levantar contra los judíos y que éstos, en un acto de autodefensa o venganza (no está muy claro en el texto) mataron por millares, incluyendo mujeres y niños. ¿Motivo de regocijo?

También los diez hijos de Hamán fueron muertos en estos eventos y es esta la única vez que se los nombra en el relato. ¿Acaso los hijos son también responsables de los actos de sus padres? ¿Fue un acto de venganza o quizá un intento de cortar con el diabólico linaje de los amalekitas?

Si bien podemos decir que tanto Mordejai como Ester actuaron en forma correcta y coherente en defensa de sus correligionarios cuando éstos estuvieron en peligro, convendría hacerse aquí una pregunta de índole moral: ¿Porqué una vez que éstos nobles personajes llegan al poder y tienen la posibilidad de tomar decisiones o influir en ellas en forma ética, no lo hacen y no evitan el tremendo derramamiento de sangre ocurrido entonces, tal como lo relata el texto?

Rescatando valores - El «empoderamiento» femenino

Desde una perspectiva moderna, Purim sirva quizás para enaltecer y rescatar ciertos valores progresistas y liberales.

Desde mi punto de vista, una es la figura de la reina Vashti - anterior esposa del rey - que se opuso a bailar adornada con una joya (es decir sin ropas), en una fiesta que el monarca Asuero había organizado en su palacio, frente a sus ebrios invitados, sólo  porque a éste así se le antojó.

Luego del suceso, Vashti fue expulsada de la corte real so pretexto de que su negativa a presentarse ante su esposo, ni más ni menos que el propio rey, podía ser conocida por el resto de las mujeres del reino y ser un mal ejemplo de desobediencia y sumisión a sus maridos. El tema fue resuelto expeditivamente con el alejamiento de la reina de la escena pública.

Por otra parte, rescatar a la «nueva» Ester, la del final de la Meguilá, que después de enterarse de lo que le iba a suceder a su pueblo, pasa una especie de «transformación», toma conciencia y reponsabilidad por el destino de sus hermanos y, arriesgando su propia vida, se presenta ante el rey para pedirle misericordia y por la salvación de ellos de un castigo injusto y vil.

Es interesante remarcar el rol activo y desencadenante que tuvieron las dos únicas mujeres que aparecen como protagonistas de este relato.

A modo de conclusión

Purim es parte de la cultura judía, de sus tradiciones y una de las festividades centrales del calendario hebreo.

Para que el judaísmo siga siendo una cultura dinámica, significativa y relevante, es necesario - sino vital - interpretarlo también desde una perspectiva crítica y abierta, releer y recrear constantemente su folklore, sus costumbres y  festividades, tanto de Purim como de las demás. Este enfoque nos lleva a revisar, profundizar y hacernos preguntas sobre el significado, los valores y los modelos que éstas nos trasmiten generación tras generación.

Es bueno a veces no actuar en forma automática, rutinaria y «festejar» porque así lo hicieron durante mucho tiempo y porque así tenemos que continuar la «tradición» heredada.

Justamente lo bello e interesante de nuestras tradiciones es que cambian, se aggiornan, se adaptan y que en cada época histórica se les puede dar una interpretación novedosa y relevante a su lectura.

¡Jag Sameaj!

* Lic Andy Faur. Sociólogo, educador y conferencista. Ordenado como rabino laico-humanista.