El mercado energético israelí afronta un 2012 de escasez por la sobreexplotación de sus reservas de gas en el Mediterráneo y la incertidumbre en el aprovisionamiento desde el convulso Egipto.
La estrechez energética disparó el precio de la electricidad en los últimos meses en un 9% y se espera que suba al menos otros 15 puntos en los próximos meses debido a una mala planificación por parte de las autoridades del país.
El precio del kilovatio hora costará a partir del 1 de marzo 55,5 shékels, unos 14,95 dólares, con la alarmante previsión de nuevos aumentos en 2014 y 2015 por el déficit arrastrado en 2012 y parte de 2013.
El Gobierno israelí solicitó a la población que reduzca el consumo en las horas punta de la tarde de forma que el abastecimiento de gas natural alcance hasta mediados de 2013, cuando se habrá restablecido el suministro normal gracias a una reserva descubierta en 2009 que necesita aún un año para entrar en fase de producción.
«Una plataforma de explotación no se construye de la noche a la mañana. Requiere una inversión de 3.000 millones de dólares y varios años de trabajo», explicó el geólogo Yaacov Gilboa, de la Avner Oil and Gas Corporation.
El experto defiende que no hubo mala planificación, sino acontecimientos imprevistos que pusieron a Israel contra las cuerdas.
«Desde los años 90 Egipto nos suministraba una parte significativa (alrededor del 40 %) del gas natural que consume la empresa eléctrica y la industria en general, pero la Primavera Árabe provocó una interrupción», explicó Gilboa.
Desde las manifestaciones en El Cairo, en enero y febrero de 2011, el gasoducto que conecta el Sinaí con Israel y Jordania sufrió una docena de atentados violentos de sabotaje, reduciendo el abastecimiento a un 25 % de lo que estipulan los acuerdos bilaterales.
Para suplir el déficit, las autoridades israelíes recurrieron a su hasta ahora único yacimiento en explotación, el Campo Mery, a decenas de kilómetros de la costa mediterránea y de potencial muy limitado.
«Sabíamos que disponíamos de gas hasta 2014 o 2015, pero la sobreexplotación para cubrir las interrupciones en el abastecimiento desde Egipto agotó el yacimiento antes de lo previsto», afirmó Gilboa.
Al uso intensivo se sumó que varios de los pozos se contaminaron con agua por problemas de presión.
La alternativa que se plantea ahora el Gobierno de Netanyahu es lanzar en las próximas semanas una política de apagones itinerantes por todo el país para frenar el consumo y preservar las pocas reservas existentes para el verano, estación en la que se consume más energía.
Las previsiones de recuperación se sitúan en torno al primer y segundo trimestre de 2013, cuando el yacimiento Tamar, a unos 1.700 metros de profundidad y uno de los más grandes descubiertos en el mundo en la última década, comience a producir.
La dependencia del gas egipcio descenderá así drásticamente, pero tampoco de forma inminente.
«Israel está ahora en una mucho mejor posición que antes y me imagino que en cierto momento todo ese gas le servirá para sus necesidades domésticas y la exportación», dijo el estadounidense James Woolsey, ex director de la CIA y experto en asuntos energéticos.
Estas reservas harán al Estado hebreo mucho más autónomo de los acontecimientos políticos en la región, al menos en cuanto al 50-55% de su consumo energético relacionado con el gas.
El 45-50% restante de sus necesidades las cubre el petróleo, en el que seguirá dependiendo de la situación de los mercados internacionales, que este año tiemblan además ante las informaciones de que Israel podría atacar Irán.
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