El ministerio de Exteriores israelí encargó a su nuevo embajador en Egipto para que inicie un diálogo con el movimiento de los Hermanos Musulmanes y con el partido salafista.
El nuevo embajador de Israel en El Cairo, Yaacov Amitai, que llegó a Egipto hace pocas semanas, tras la reconstrucción de la embajada destruida por una multitud enfurecida, recibió del ministerio la aprobación para, si le parece conveniente, entablar conversaciones con los partidos islamistas que obtuvieron mayoría de votos en las recientes elecciones legislativas.
Hace un año, el ministerio rechazó la petición del anterior embajador, Itzjak Levanón, en ese sentido. Tras la revolución en Egipto, y la caída del presidente Hosni Mubarak, Levanón vaticinó que los Hermanos Musulmanes serían un factor clave en la política egipcia.
"En ese momento, antes de que los diplomáticos israelíes fuésemos evacuados de El Cairo, había posibilidades de iniciar contactos con ellos. Ahora, que se sienten mucho más fuertes tras los resultados de los comicios en sus primeras fases, las posibilidades de que acepten hablar con nosotros son menores", dijo el ex embajador.
Levanón reveló que los gobiernos de Estados Unidos y de varios países de la Unión Europea mantienen ya contactos regulares con los Hermanos Musulmanes. "Es muy importante que eso continúe porque ellos son ya parte íntegra del mosaico político interno egipcio. El movimiento, prohibido en el pasado, entra ahora por la puerta principal del Parlamento egipcio. Por eso hay que apoyar a todos aquellos elementos no israelíes que hablan con ellos, ya que este es un canal de comunicación útil también para nosotros", señaló el diplomático.
Los dos movimientos islamistas suman en las tres primeras fases de los comicios cerca del 70% de los votos, marginando a los partidos liberales y a los jóvenes seculares que iniciaron la revolución. Lo que más preocupa en Jerusalén es el futuro del tratado de paz firmado con Egipto hace 33 años.
El número dos de los Hermanos Musulmanes, Rashad Biumi, declaró en una entrevista al rotativo árabe Al Hayat que el futuro del tratado de paz podría depender de un referéndum. "Nosotros no firmamos el acuerdo de paz - afirmó - Por eso tenemos el derecho de plantearlo al pueblo y al nuevo Parlamento para que determine si se produjo aquí algún tipo de atentado contra la libertad del pueblo y su soberanía".