El número dos de los Hermanos Musulmanes, Mahmud Ezzat, aseveró que el candidato del grupo, Mohamed Mursi, ganará las elecciones presidenciales que se celebrarán entre mayo y junio en Egipto, al tiempo que advirtió de que, independientemente de quién se alce con la victoria en los comicios, los militares pugnarán por quedarse en el poder.
Ezzat expresó su confianza en que Mursi conseguirá ganar las elecciones presidenciales, a pesar de que los sondeos sobre intención de voto descartan esa opción y de los problemas internos que atraviesa el grupo.
Ezzat argumentó que dichas percepciones son fruto de la estrategia de la prensa, ya que la mayoría de los electores aún no decidió su voto. «A pesar de la fuerte campaña mediática de no dar a Mursi el mismo espacio que a los otro candidatos, creo que el comportamiento de la gente en las urnas lo compensará», dijo.
El número dos de los Hermanos Musulmanes descartó que el cambio de opinión del grupo sobre su participación en los comicios y sus dificultades para nombrar a un candidato, después de que su primera opción, Khairat al Shater, fuera eliminado de la contienda, vayan a pasar factura a Mursi.
Así, restó importancia a las mediciones que apuntan a que Abdel Moneim Abol Fotuoh, expulsado de los Hermanos Musulmanes tras lanzar su candidatura presidencial en un momento en que el grupo decidió no presentarse a los comicios, es uno de los favoritos.
Ezzat aseguró que Abol Fotouh perdió credibilidad debido a sus acercamientos a liberales e islamistas. «No puedes apoyar visiones contrarias, sobre todo cuando estás ante una población con un alto nivel de conocimiento politico», argumentó.
Además, negó que, como se rumorea, los Hermanos Musulmanes pretendan expulsar de la vida política de Egipto a todos sus rivales, después de que en las elecciones legislativas se alzaran con la victoria convirtiéndose en la primera fuerza de la Asamblea Nacional.
En cualquier caso, Ezzat advirtió que los próximos ocho años estarán marcados por el intento de los militares, que ostentan el poder desde la caída del régimen de Hosni Mubarak, de conservar su influencia.
«El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que gobierna Egipto tomó la decisión de no enfrentarse al pueblo, pero, al mismo tiempo, adoptó la decisión de aferrarse al poder», indicó el líder de los Hermanos Musulmanes.
En concreto, Ezzat señaló la redacción de la nueva Constitución como uno de los puntos donde los militares intentarán ejercer su influencia para garantizar el mantenimiento de sus privilegios.
«Incluso si el presidente es de los Hermanos Musulmanes, los militares intentarán aferrarse al poder, pero con nosotros sus posibilidades serán menos», aseveró, al tiempo que subrayó que el grupo está dispuesto a «cooperar con todo el mundo, independientemente de quién sea el próximo presidente».
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