Miles de personas se manifestaron en varias ciudades de Israel para recordar a Moshe Silmán, el desamparado israelí que se inmoló en la manifestación de indignados el pasado sábado y falleció por sus quemaduras.

«Miles de personas salieron a protestar en Tel Aviv y varias centenas en Jerusalén», dijo el portavoz de la Policía israelí, Miki Rosenfeld.

También se registraron reclamaciones espontáneas en las ciudades de Haifa, Beer Sheva, Afula y Hod Hasharón, según informó el diario Yediot Aharonot.

Los manifestantes culparon la muerte de Silmán al aumento del costo de la vida, al deterioro de las condiciones sociales y al crecimiento de las desigualdades en el país.

El fallecido, de 57 años y residente en Haifa, sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 95% de su cuerpo tras rociarse de gasolina y prenderse fuego después de distribuir una carta en la que culpaba a las autoridades - entre otras, al primer ministro, Binyamín Netanyahu, al ministro de Finanzas, Yuval Steinitz y al Seguro Social israelí - de su penosa situación.

Moshé Silvan es la primera víctima de este tipo en Israel, donde el año pasado tomó las calles un movimiento de protesta popular que llevó a cabo las mayores manifestaciones sociales de la historia del país, que este año se renovaron, aunque con menor intensidad.

Tras su intento de inmolación, al menos 15 personas en situaciones económicas desesperadas amenazaron con hacer lo mismo, y algunas de ellas fueron interrogadas por la Policía.

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