Un veterano discapacitado de las Fuerzas de Defenza de Israel (FDI) se inmoló en una estación de autobuses de la ciudad de Yahud, cercana a Tel Aviv, apenas dos días después de la muerte de Moshé Silman, quien se había prendido fuego hace una semana durante una manifestación en Tel Aviv por la justicia social.
El herido, un hombre de unos 50 años en silla de ruedas, fue trasladado al Centro Médico Sheeba de Tel Hashomer en estado crítico con más del 80% de su cuerpo con quemaduras.
Según los testigos, el individuo roció su cuerpo con gasolina y se prendió fuego, pero las personas cercanas a él pudieron extinguir las llamas. En seguida llegó la asistencia de Maguen David Adom que rápidamente asistió al inmolado en el lugar y luego lo trasladó.
David Gilboa, de la Asociación de Discapacitados Veteranos de las FDI, aseguró que la organización está familiarizada con el herido y su sufrimiento. «Las circunstancias que le llevaron a ejecutar este acto de desesperación son de carácter financiero; tiene enormes dificultades», dijo.
«Las organizaciones que, se supone, deberían apoyarlo, es decir el ministerio de Defensa y el Seguro Social, fallaron. Esto es exactamente lo que hemos estado reclamando: el desprecio y el tratamiento detestable de veteranos discapacitados de las FDI, personas que dieron la vida o partes de su cuerpo por este país», agregó.
«Me temo que más de 50.000 veteranos de las FDI comparten su frustración, pero insto a todos ellos a que no imiten este acto desesperado. Nada vale una vida», añadió Gilboa.
Mientras tanto, fuentes médicas aseguraron que el herido se encuentra actualemente en un estado de coma inducido por fármacos y con asistencia respiratoria. Según explicó el Dr. Yossi Hayek, de la Unidad de Quemaduras del Centro Médico Sheeba, la historia clínica del hombre hizo su condición aún más precaria.
El pasado viernes, Moshé Silman, el manifestante que se prendió fuego durante una protesta por la justicia social en Tel Aviv, murió a causa de las heridas de tercer grado que comprometían el 95% de su cuerpo.
Tras su muerte, la familia emitió un comunicado donde instó a los demás a no imitarlo: «Las vidas humanas son sagradas para la familia y exhortamos a quienes enfrentan situaciones difíciles similares no seguir el camino de Moshé», afirmaron.
«Lo que hizo Moshé fue terrible y la familia no lo aprueba. Estaba expresando su dolor y su propia insatisfacción. Instamos al gobierno a considerar este horrible caso y a hacer todo lo que esté a su alcance para ayudar a los israelíes que necesitan ayuda social o económica», señalaron.
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