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"¡Nuestro hijo Guilad vive!"


Guilad Shalit no está preso sólo en manos de Hamás sino también en la dubitativa y en la inacción del Gobierno de Israel y de la persona que lo dirige. El primer ministro carece de visión, perspectiva y orden de prioridades.


Hoy es el día 1.700 que Guilad Shalit está prisionero, pero cada día es necesario gritar, cada día se debe recordar que Guilad Shalit aún vive, que está preso en la cárcel de Hamás. Y cada día es el día que debemos exigir del primer ministro de Israel un reporte de sus acciones en lo que se refiere a su soldado secuestrado.

Después de 1.700 días, no son suficientes las respuestas gubernamentales que ya escuchamos anteriormente: No a la respuesta que dice que la presión popular es una molestia para las negociaciones. No a la explicación que nuestros actos fortalecen al enemigo. No al concepto que hay determinadas cosas sobre las que es preferible guardar silencio. No a la intimidación referente a terroristas que serán liberados.

Guilad Shalit no está preso sólo en manos de Hamás sino también en la dubitativa y en la inacción del gobierno de Israel y de la persona que lo dirige. El primer ministro carece de visión, perspectiva y orden de prioridades.

Lamentablemente, sólo si logramos demostrar que la continuidad del encierro de Guilad Shalit hace peligrar a su coalición, el asunto será tratado.

Entonces, Sr. Primer Ministro, al tema de Guilat Shalit no podrá darle solución con otra consigna, con otra triquiñuela, con otra pose, con otro empleo, con otra intimidación.

En ese asunto usted deberá fijar finalmente una posición clara y actuar en efecto. No sólo por el sufrimiento de Guilad Shalit y de su familia, sino porque esto tiene un significado nacional: se trata de un duro golpe al espíritu de la sociedad israelí y al Ejército de Defensa de Israel.

Los eximios agentes de seguridad destacan que Tzáhal y las fuerzas de seguridad pueden sobrellevar la liberación de terroristas a cambio de Guilat Shalit. Y no olvidemos: ya liberamos terroristas en el pasado, los liberamos a cambio de cuerpos e incluso a cambio de partes de ellos. Y aquí, frente a nosotros, hay un soldado vivo que aguarda 1.700 días a un líder que tenga la valentía de decidir.

Binyaním Netanyahu, tienes la oportunidad de mostrar las agallas de un líder, si eres capaz de una decisión, de un pensamiento creativo, como le corresponde al que rige los destinos de un país.

Los hermanos de Yosef, luego de arrojarlo al pozo, se sentaron sobre él, comieron y bebieron. Pero posteriormente dijeron: "Somos en verdad culpables por lo que hicimos a nuestro hermano, ya que vimos la angustia de su alma cuando nos imploraba piedad y no lo escuchamos".

La magistratura israelí no arrojó al pozo a Guilad Shalit, pero ella come y bebe, observa la angustia de su alma cuando nos implora y no oye su voz.

"Aún mi hijo Yosef vive", dijo nuestro patriarca Yaakov.

"Aún nuestro hijo Guilad vive", reclaman Aviva y Noam Shalit. Él vive. Él grita dentro del pozo, y el primer ministro debe rescatarlo de allí, devolverlo a casa, actuar como primer ministro.

Fuente: Yediot Aharonot - 21.2.11
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il