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Riqueza vs. Grandeza


En la Torá y en la literatura de nuestros sabios, hay quienes destacan la política económica equitativa; frente a éstos, otras fuentes que ven en las diferencias y en la distribución desigual de la riqueza, parte de la naturaleza humana.
 

Viví gran parte de mi vida en un kibutz. Aquellos fueron días sin preocupaciones económicas personales. La consigna "cada uno aporta acorde a sus posibilidades y recibe de acuerdo a sus necesidades" era la agenda del día kibutziano.

Una larga fila de personas se levantaban por la mañana para ir a sus labores diarias identificados con los valores del kibutz. Salían al campo, o a la fábrica, a la escuela o a la enfermería; nadie preguntaba sobre su sueldo ni cuántas horas deberían trabajar.

Hubo aquéllos que debido a su talento y éxitos podían cargar al kibutz entero sobre sus hombros. Si no hubieran unido sus destinos al destino del Movimiento Kibutziano, hubiesen escatimado beneficios para sus descendientes; a pesar de todo, eligieron una vida en cooperación.

De aquéllos habían quienes podían haber esbozado la política financiera de Israel. Sin embargo, principios de justicia y de igualdad los impulsaron a buscar una vida con significado. ¿Qué sentimos por ellos? ¿Acaso los valoramos? ¿Será que la concepción de vida generalizada los considera valiosos o ingenuos, que no entendieron que las reglas del juego han cambiado?

A los ojos de la sociedad, ¿quién vale más: el potencialmente rico que eligió ser miembro de una comunidad igualitaria o el acaudalado que acumuló riquezas?

La semana pasada leímos la Parashá "BaHar" que nos enfrenta al concepto financiero de la Torá. "Seis años sembrarás tu campo...y en el séptimo año Shabat Shabatón, la tierra descansará". A continuación, se describe el precepto jubileo que llama a la liberación de los habitantes del país.

Las tierras son devueltas a sus antiguos dueños, y las deudas son saldadas. Seguidamente, la Parashá aclara los tormentos de los intereses, que ordena ayudar al débil, y otros.

La Parashá diseña un régimen socialista que no permite al individuo acumular propiedades, una concepción de mundo irrelevante en un mundo neo-liberal.

La diferencia entre la concepción de la Torá y lo que sucede en la realidad, en la forma de vida del judío durante generaciones, se refleja en las palabras de Milton Friedman, uno de los importantes economistas del mundo: "Son pocos los hombres que lograron grandes beneficios de la iniciativa libre y del capitalismo competitivo como los judíos, y pocas las personas que se negaron tan insistentemente al capitalismo y actuaron denodadamente para hacer tambalear sus fundamentos ideológicos como los judíos" (prólogo del libro "Capitalismo y libertad").

En la Torá y en la literatura de nuestros sabios, hay fuentes que destacan la política económica equitativa; frente a éstos, otras fuentes que ven en las diferencias y en la distribución desigual de la riqueza, parte de la naturaleza humana.

¿El judaísmo se opone a la opulencia? Debemos diferenciar entre dos tipos de personas pudientes:

Unos que nunca estarán conformes con lo que les tocó. Hay gente que anhela ser rica, principalmente porque quieren serlo. Así encontramos, reiteradamente, personas acaudaladas acusadas de malversación de fondos. Leemos las noticias y pensamos: ¿Porqué estos hombres se adueñan del dinero ajeno? ¿acaso no encontraron ropa para vestir, pan para comer o una casa apropiada y amplia? Sobre ellos se dice: "quien mucho abarca poco aprieta".

El segundo tipo ve en la riqueza un medio para mejorar la calidad de vida del individuo y de la sociedad. La riqueza es un instrumento para una vida con significado.

Shnat Shmitá (año en que está prohibido trabajar la tierra) es un tipo de año de relajamiento. Ella nos enseña que el intento de fortalecer la posesión y conseguir más y más, puede surgir de la falta de seguridad.

Snat Shmitá es un año de lucha contra el poderío y el capitalismo salvaje.

Fuente: Israel Haiom - 8.5.10
Traducción: Lea Dassa para Argentina.co.il