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“¡Muera la democracia laica!” “¡Viva la teocracia judía!”

Benny Katzover"Colonizamos Cisjordania por qué Katzover lo está exigiendo.

Y cuando Katzover lo exige... se hace" (1)

A partir de fines de la década del 60 del siglo pasado el nacionalismo religioso judío lidera la obstinada e implacable marcha de hacer añicos hasta el último valor de humanismo universal que aun resta en el judaísmo moderno.

El sueño de una conquista territorial que les permita pisar y dominar hasta el último metro cuadrado del bíblico Gran Israel les trastornó la escala de valores empujándolos a acaudillar una cruzada que sólo se fija en el objetivo final sin prestar atención a los medios.

Este movimiento tuvo la gran ventaja de movilizar a una cúpula de jóvenes idealistas, dotados de una brillante habilidad política junto a un carisma enigmático que hicieron tambalear durante décadas al gobernante más poderoso. La capa dirigente de Israel tuvo la valentía de conducir brillantes victorias militares contra países árabes, pero inexplicablemente enarboló bandera blanca frente a los sueños de conquista territorial del nacionalismo religioso judío.

Entre estos jóvenes a la vanguardia de la colonización civil judía de Cisjordania se destacó Benny Katzover. Pese a permanecer en segunda línea o inclusive más atrás, su capacidad de conducción le permitió tomar una posición preferencial en el juego político israelí, justamente detrás de las bambalinas sujetando los hilos que movían las marionetas de quienes aparecían tomando las decisiones.

Teniendo en cuenta la situación de hoy en día en Cisjordania, creo que nadie puede estar en desacuerdo si se afirma que el movimiento liderado por Benny Katzover configuró una realidad de colonización judía de la cual no hay retroceso.

En especial, Katzover dejó el proyecto politico de dos estados para dos pueblos como una expresión de anhelo de políticos soñadores que en la práctica es imposible de implementar. No estamos hablando de un activista de cuarta. Se trata de un ideólogo de primera línea y mentor de toda una generación de jóvenes religiosos judíos que ve en el fundamentalismo de las arengas de Katzover la interpretación práctica de la Torá como el mejor camino de cada uno de ellos.

Pero los planes de Benny Katzover no se limitan a anexar Cisjordania a Israel desterrando a palestinos. Cumplida la primera etapa en política exterior, llegó el momento de ocuparse de la problemática interna de Israel. Para ello nada mejor que difundir sus ideas en su marco social más cercano políticamente: dando una entrevista en la página web del movimiento religioso Jabad (Chabad.info 4.1.12).

Respondiendo a la pregunta sobre la situación jurídica y política actual, Benny Katzover dice: "En estos tiempos sentimos fuertes presiones de todas direcciones. Se trata de presiones que surgen de ataques de los medios de difusión, de grupos internos e intimidaciones internacionales. En estos días, yo diría que la democracia israelí tiene una específica y sola función: desaparecer del medio. La democracia israelí terminó su función y necesariamente se debe desmoronar y arrodillarse frente al judaísmo. Todos los hechos nos obligan a reconocer que no hay otro camino más que imponer el interés judío por sobre todo cualquier otro. Esa es nuestra respuesta ante toda situación y amenaza".

Para todos los judíos de la diáspora que ven en el movimiento Jabad el verdadero judaísmo, vale la pena mencionar que no hay diferencias entre lo que afirma Benny Katzover y esta organización. La entrevista finaliza con el agradecimiento de Katzover a los miembros de Jabad "por su apoyo y esfuerzos comunes en todo el camino, esperando continuar conjuntamente con la conquista del Gran Israel".

Da lástima y es muy penoso ser parte y testigo de un pueblo que históricamente fue un ejemplo de humanismo y comprensión, hoy en día es arrastrado a su degeneración histórica por el fanatismo de una minoría religiosa y la incomprensible impotencia y desinterés de sus líderes en Israel y la diáspora.

Ojala me equivoque...

(1) Paráfrasis del poema "Por qué cantamos" de Mario Benedetti.