Desde enardecidas discusiones hasta violentos enfrentamientos acompañaron históricamente las campañas electorales de las diferentes corrientes dentro de grupos religiosos judíos, cada uno identificado y movilizado a favor de un partido político.
Las elecciones previstas para esta semana tampoco fueron una excepción, salvo un caso que conmovió a todo el ambiente.
«La tensión entre prosélitos de los distintos partidos políticos sefaradíes ultraortodoxos sorprende día a día. A primeras horas de este domingo, en la ciudad de Or Yehuda (cerca de Tel Aviv), fueron quemados libros religiosos escritos por el Rabino Itzjak Yosef, hijo de Ovadia Yosef, ex Gran Rabino de Israel y líder espiritual del partido Shas. El viceintendente de la ciudad y representante del partido Shas, Uzi Aharón, encontró de casualidad los restos de los libros quemados y presentó una denuncia en la policía. Según la opinión de este funcionario, un activista del partido Koaj Lehashpía (Fuerza para influir, en hebreo) presidido por el Rabino Amnón Itzjak, quemó los libros en el marco del conflicto entre ambas agrupaciones políticas» [1]. En la misma nota periodística se informa que semanas atrás se quemaron libros del Rabino Haim Amsalem, líder de otro partido religioso ultraortodoxo, Am Shalem (Pueblo completo, en hebreo), que se opone a Shas.
Esta nota no tiene ninguna intención de ser incluida en la sección policial de los distintos medios judíos. No vale la pena. Mucho más importante es tratar de abrir los ojos y destapar los oídos del pueblo hebreo para que finalmente recapacite y compruebe que la sociedad israelí moderna transita por un trágico sendero que sólo le puede pronosticar tragedias futuras.
Da la impresión que la memoria del pueblo está condicionada por un tipo de software que amolda la importancia de los acontecimientos según la comodidad del liderazgo actual.
Nadie mejor que la población de la ciudad de Or Yehuda y su viceintendente, Uzi Aharón, para demostrar el triste camino por el que nos movemos y que viene a corroborar aquéllo que quien siembra viento cosecha tempestades.
«En una gran hoguera que fue encendida por iniciativa de Uzi Aharón, viceintendente por el partido religioso ultraortodoxo Shas, se quemaron cientos de libros del Nuevo Testamento. El hecho ocurrió el jueves de la semana pasada (13.05.08) en la explanada de la sinagoga del barrio Nevé Rabín en la ciudad de Or Yehuda. Junto con el abogado Uzi Aharón participaron también en la fogata cientos de alumnos de la escuela religiosa ortodoxa Mijtav Elihau que festejaban alrededor de los libros en llamas. Según el señor Aharón, la iniciativa tan especial surgió debido a la intensa actividad de las agrupaciones judías mesiánicas que creen en el Nuevo Testamento» [2].
Por supuesto que entonces no se tomó ninguna medida, ni judicial ni disciplinaria y, es de suponer, que el intrépido viceintendente agregó unas cuantas medallas a su currículum, tan apreciado por la mayoría de población local.
Las comunidades judías y sus destacados intelectuales que tanto adulan al pueblo del libro - y sin embargo no abren la boca ante quema de libros en mano de judíos en Israel - no deberían sorprenderse si un buen día se les quema el trasero como vemos le ocurrió al viceintendente de Or Yehuda por su hazaña judía tres años y medio atrás.
Ojalá me equivoque...
[1] «Un momento antes de las elecciones se queman libros del hijo del Gran Rabino Yosef», Walla; 20.1.13.
[2] «Queman libros del Nuevo Testamento; Avishai Ben Haim; Maaariv; 20.5.08 citado en «La paja en la chispa ajena y no en la fogata propia»; Daniel Kupervaser;
http://daniel.kupervaser.com/2009/08/03/la-paja-en-la-chispa-ajena-y-no-en-la-fogata-propia/