La consolidación del proyecto kirchnerista en la realidad argentina de la última década fue el catalizador para que la disputa política entre quienes lo reivindican y aquellos que lo rechazan trascendiera el ambiente partidario para instalarse de lleno en la intelectualidad.
Documentos públicos, publicación de artículos o libros, conferencias de prensa o participación en conocidos programas radiales y televisivos se convirtieron en los escenarios donde intelectuales, individualmente o agrupados - Espacio Carta Abierta, Plataforma 2012, Grupo Aurora, Club Político Argentino, etc. -, declaran ardientemente su apoyo al modelo o, con mucho fervor, los opositores tratan de tirarlo por tierra.
Como es típico de la sociedad argentina, intelectuales judíos argentinos no están ausentes de ese contexto y participan activamente en ambos lados de la polémica.
Aunque no se dio la oportunidad de un enfrentamiento cara a cara, la atención no puede permitirse el lujo de distraerse y no enfocarse en la actitud de dos prominentes personalidades dentro de la colectividad judía argentina: Marcos Aguinis y Bernardo Kliksberg. Con sus mensajes estos dos iconos del contorno judío proyectan un profundo antagonismo, sobre todo en lo referente a secuelas sociales y económicas de la política kirchnerista.
Bernardo Kliksberg, destacado economista y asesor internacional, promotor de la concepción de la responsabilidad social y la ética del desarrollo económico, repetidamente expresa su enérgico y permanente apoyo al proyecto kirchnerista. A diferencia del primer mundo que se debate en una profunda crisis económica, «en Argentina las clases medias se han duplicado en pocos años y las mayorías tienen acceso a un nivel de vida digno, han recuperado la voz y son escuchadas» [1].
Su identificación con el oficialismo actual argentino arribó a tal punto que permitió que su libro «¿Cómo enfrentar la pobreza y la desigualdad?» fuese incorporado al programa de estudios de todos los colegios secundarios del país. El texto incluye llamativos elogios al gobierno de Cristina Kirchner.
«El proyecto abierto en 2004 por el presidente Néstor Kirchner, después de una de las peores crisis por las que haya pasado el país, es respaldado firmemente por la gran mayoría de la población, y el liderazgo presidencial de Cristina Fernández de Kirchner se ha ganado niveles de respaldo masivo inéditos», acentúa en un párrafo. En otro afirma que «hay políticas públicas creadoras de desigualdades como las aplicadas en Argentina en los ’90, que hicieron que 8 millones de personas dejaran de ser clase media y se transformaron en pobres en esa década, y políticas pro-igualdad, como la asignación universal por hijo de trabajadores informales, puesta en práctica por Cristina Kirchner que protege ya a 3,7 millones niños pobres del país» [2].
Marcos Aguinis, escritor de reconocida fama internacional, no se recata en sus feroces críticas y ataques a la administración kirchnerista. Para él, «los Kirchner son ladrones, sin sensibilidad social» [3].
Cuando se dio a conocer la renacionalización de Aerolíneas Argentinas afirmó: «Así nos va con las estatizaciones que la administración K ha vuelto a poner en marcha con su fogosa ideología setentista. Innumerables ciudadanos creen que, de esa forma, las empresas se convierten en propiedad de todo el pueblo. Mentira. No son del pueblo, sino de un sistema perverso que rinde beneficios directos o indirectos a quienes ocupan el gobierno, más las corporaciones afines. El pueblo paga, gasta y sufre para que esas empresas estatizadas o nacionalizadas ni siquiera tengan la delicadeza de rendir cuentas de sus fechorías o ineficiencias. Por ahí, excepcionalmente, guardan algunos estrechos islotes de honestidad. En síntesis, mientras quemamos 6 millones de pesos por día, sufren hambre centenares de miles de familias» [4].
Hasta aquí una controversia legitima de dos encumbrados miembros de la colectividad judía en Argentina que sostienen concepciones sociales visiblemente contrapuestas.
El hecho que esta discusión merezca una atención particular se motiva en el origen del trasfondo ideológico a que ambos recurren en la adopción de posiciones sociales con referencia a los frutos previstos del desarrollo económico, especialmente aquellos referidos a pobreza, igualdad, equidad, inclusión, etc.
En su intento de justificar sus posturas, tanto Kliksberg como Aguines movilizan su pertenecía, creencia y mensajes del judaísmo, principalmente los principios de su libro sagrado, la Biblia.
Para Bernardo Kliksberg, «La Torá es el mejor tratado de política social. Cuanto más profundizo en la Torá, mas fuerte me siento como científico social que trata de ayudar a mejorar la realidad» [5]. Posteriormente reafirmó: «En toda mi trayectoria siempre hubo una fusión entre mi actividad científica y mi identidad judía. En todos mis mensajes están presentes los valores de la Biblia y del judaísmo» [6].
Marcos Aguinis, quien se describe como argentino de tradición judía, interpreta la Biblia como el mensaje de Dios a pueblo judío diciendo que «recuerda tu condición de esclavo, porque al recordarlo serás más humano y entenderá al que sufre, al que padece de falta de libertad….Tu origen no ha sido de sangre azul; ha sido la esclavitud, y eso tiene un gran valor docente, y a partir de allí viene entonces la cantidad de leyes que ya aparecen en el Antiguo Testamento sobre la protección del débil, de la viuda, del huérfano, del pobre, el año sabático, el año del jubileo, el descanso de la tierra, el descanso de los animales. El único pueblo que respetaba un descanso semanal era el pueblo de Israel en la antigüedad por toda la estructura teológica de un Dios que no solamente era único, sino que era un Dios moral que defendía la ética y la relación entre los seres humanos. Ni en el Antiguo Testamento ni en el Nuevo, ni en las palabras de Jesús, jamás se condena a la propiedad. Se condena al hombre rico egoísta y no solidario… No a la propiedad» [7].
Se podría suponer que en estos días la estación del Muro de los Lamentos debería recibir el urgente mensaje: «Jerusalén: Tenemos un problema». No se puede admitir que la misma fuente ética sea capaz de justificar tamañas posiciones contrapuestas. O uno de estos dos destacados intelectuales judíos tergiversa de mala fe el judaísmo o, lo que es peor, se lo está maltratando groseramente hasta convertirlo en plastilina para que se amolde fácilmente a la versión del vocero de turno.
Ojalá me equivoque...
[1] «Buitres y otras violaciones éticas»; Bernardo Kliksberg»; Página 12; 13.3.13.
[2] «Polémica: Los colegios secundarios usarán textos que elogian a Cristina Kirchner»; La Nación; 6.12.12.
[3] «Cristina Kirchner es una actriz», diálogo con Aguinis en el café; El Tiempo; Buenos Aires; Revista época.globo.com; 21.9.12.
[4] «Marcos Aguinis habla de la pobreza»; La Nación; 13.7.09.
[5] «Entrevista al Dr Kliksberg»; Ana Jerozolimski; Semanario Hebreo de Uruguay; 5.6.10.
[6] «Entrevista a Bernardo Kliksberg»; Prensa Judía; 15.12.11.
[7] «Dialogo entre el Dr. Marcos Aguinis y el Monseñor Justo Oscar Laguna; Fundación Cultural Santiago del Estero; Agosto 2005.