Difícilmente se pueda encontrar un marco sociológico tan acertado para describir un colectivo humano como lo es el folklore lingüístico que se trasmite de palabra de generación en generación.
Esta semana quedó finalmente comprobado que el conocido refrán del lunfardo israelí que titula este artículo es una acertada interpretación a la reciente conducta electoral de más de 540 mil ciudadanos de Israel.
Yair Lapid, promotor y cabecera de la lista Yesh Atid (Hay futuro), hoy ministro de Finanzas, criticó duramente la política económica del anterior gobierno de Netanyahu durante su campaña proselitista.
«Esa es una política de lo más arcaica, la más interesada y cínica que hay. Yo no les creo. Llegó el momento que todos nos levantemos, los grupos tolerantes de Israel, todos aquellos que pertenecen a la clase media, todos aquellos que trabajan y no llegan a fin de mes. Llegó el momento que nos levantemos y les digamos que no estamos dispuestos a aceptar más sus jugarretas. Llegó el momento de otra política», afirmó.
«No se debe incrementar nuevamente el precio de los combustibles y los productos básicos, tampoco subir el IVA y recortar presupuestos de bienestar social, o cancelar los beneficios fiscales de nuestros ahorros. Si usted, Sr. primer ministro no sabe de dónde sacar dinero para presupuestos de salud, pregúntese como es posible que Israel gastó decenas de miles de millones en construcciones en asentamientos en Cisjordania que seguramente deberemos abandonar en un futuro» [1], agregó.
Apenas entró en funciones como ministro de Finanzas en el nuevo gobierno junto a Netanyahu, Lapid declaró que «la clase media dejó de ser el cajero automático del Estado» [2].
Sin embargo, sólo fue necesario que pasaran menos de dos meses para que salten a la luz las claras intenciones de estafa y fraude electoral para que a ley armada Lapid lleve adelante un nuevo y grosero atropello sobre la vapuleada clase media de Israel.
La lista de golpes que el presupuesto de Lapid se propone asestar a la clase media es denigrante: Suba del IVA y de impuesto a réditos, cancelación de beneficios fiscales a académicos, reducción de presupuesto de jardines de infantes y un fuerte tijeretazo a la asignación universal por hijo [3].
Significativa es la grosera imposición de un nuevo impuesto de 15 mil dólares a parejas que su crecimiento familiar les obliga a vender su departamento de tres habitaciones para comprar uno de cuatro. «En el ministerio de Finanzas se habló de nuevos impuestos a quien compre viviendas de lujo, pero en la práctica ahora se sabe que ellos tienen la intención de absorber la mayoría de los nuevos impuestos inmobiliarios justamente de la clase media» [4].
La alevosa metida de mano de Lapid en el bolsillo de una familia tipo de clase media en Israel se estima entre 190 a 250 dólares por mes, lo que representa, aproximadamente, un 7,5% de su ingreso promedio [5].
Las demoledoras críticas al problemático programa de reducción presupuestaria de Lapid son generalizadas en todos los medios de información israelíes. Al «tremendo golpe presupuestario» de «Walla» se le puede agregar el comentario del conocido analista Sever Plotcker de «Yediot Aharonot», quien afirmó que «los pobres recibieron un tremendo golpe». Para el diario económico «The Marker», se trata de «un duro golpe a la clase media a y las capas más débiles». Hasta el diario oficialista, «Israel Hayom», tiene claro que «la clase media es la que va a pagar el precio del enorme déficit presupuestario» [6].
La caótica situación presupuestaria que el gobierno anterior de Netanyahu heredó a éste, su nuevo ejecutivo, es un secreto que todos saben de tiempo atrás. No sólo eso; todo analista principiante sabe muy bien el motivo: el monstruoso despilfarro de bonificaciones impositivas que Netanyhau otorgó tan dadivosamente a los grandes emporios económicos.
«Los ingresos impositivos bajaron y el déficit presupuestario se multiplico por 3». «Drástica caída en los ingresos impositivos. Extraordinario agujero presupuestario para el próximo gobierno» [7].
Sólo a nivel de curioso trágico, vale la pena mencionar que durante 2011 el gobierno otorgó reducciones impositivas a una sola empresa, Teva, por el monstruoso importe de 850 millones de dólares [8]. Si el objetivo era fomentar la ocupación no cabe duda que se trata de un disparate. La empresa da empleo en Israel solamente a un poco más 7,000 personas [9]. Esto significa que en promedio cada familia israelí aportó ese año para tal esfuerzo unos 450 dólares, lo que se traduce en un ingreso para la compañía de más de 10 mil dólares de promedio por mes por empleado. En la práctica, con seguridad, toda la fuerza de trabajo le resultó gratis y todavía le resto dinero para otros usos.
El discurso de Lapid no incluye medidas concretas para terminar con este monumental derroche ni tampoco hace referencia a congelar las gigantescas y ocultas asignaciones presupuestarias a la colonización en Cisjordania.
Como es costumbre en la política nueva, en la vieja, en realidad la de siempre, seguramente a Lapid le van a temblar las rodillas antes de dirigir su pensamiento en esas direcciones. Una clara indicación la tuvimos semanas atrás, cuando sorpresivamente se dio a conocer un encuentro secreto entre el nuevo ministro de Finanzas de Israel y Sheldon Edelson en la casa del magnate [10]. Edelson es un mega multibillonario judío y uno de los cabecillas de la cofradía que apoya a Netanyahu, entre otros medios, con su diario «Israel Hayom». Teniendo en cuenta las circunstancias, los personajes, y sobre todo el resultado, no sería descabellado suponer que Lapid fue a recibir órdenes de su nuevo patrón.
Como la experiencia lo demostró repetidamente en la corta historia de elecciones en la democracia israelí, una conducta ingenua ante las urnas es prácticamente una norma. No cabe duda que ninguna de ellas se acercó a la arrasadora campaña de Lapid que en corto tiempo logró seducir más de 540 mil electores dispuestos a creer en sus promesas color rosa que en pocos días se convirtieron en una insolente estafa.
A ellos sólo les deseo que disfruten mucho de Lapid.
[1] «Discurso de Yair Lapid ante activistas del su partido en Shfaim»; Página Web Yesh Atid; 10.5.12.
[2] «Lapid en Facebook: Yo sé quiénes no llegan con su sueldo a fin de mes»; Globes; 13.4.13.
[3] «Tremendo golpe presupuestario a la clase media»; Walla; 7.5.13.
[4] «Recorte presupuestario: ¿Quieren mudarse a un departamento más grande? Paguen más impuestos»; Globes; 7.5.13.
[5] «La reducción presupuestaria y ustedes: ¿cuánto perderá una familia promedio?»; Ynet; 7.5.13. «Costo anual del tijeretazo por familia»; Globes; 7.5.13. «Informe de ingresos familiares 2011»; Oficina Central de Estadísticas de Israel; 10.10.12.
[6] «Comentarios de Sever Plotcker»; Ynet, 7.5.13. «Lapid promueve un presupuesto que se escapa de enfrentamientos»; The Marker; 7.5.13. «El presupuesto nacional y nuestro bolsillo»; Israel Hayom; 7.5.13.
[7] «Bajó la recaudación impositiva»; The Marker; 8.4.13. «Drástica reducción de la recaudación de impuestos»; Bizportal; 7.3.13.
[8] «Teva recibió bonificaciones fiscales por más de 850 millones de dólares en 2011»; Globes; 11.3.13.
[9] «Una carrera profesional en Teva»; Página Web Empresa Teva.
[10] «Lapid y Edelson se reunieron en secreto»; Haaretz; 2.5.13.