En el teatro del absurdo de Oriente Medio la función es un exitoso continuado con más de 46 años en cartelera y sin perspectivas que baje el telón. Los actores se esfuerzan en copar el idílico papel del bueno en base a improvisaciones dictadas por sus asesores mediáticos y de imagen, aunque al final de la escena, inevitablemente, el libreto original los obliga a retornar a su verdadero rol.
La profundización de la colonización civil judía en Cisjordania, con la masiva construcción de viviendas que la acompaña, representa el obstáculo más difícil para renovar las negociaciones entre palestinos e israelíes. Justamente en el último acto que fue puesto en escena con la constitución de los nuevos gobiernos en Israel y EE.UU, Bibi camufla y Kerry, el canciller norteamericano, payasea en sus mejores performances de una representación teatral digna de profesionales del escenario.
Molesto por la grosería de la diplomacia israelí, que por desconsiderada se extralimitó en sus planes de colonización judía civil en Cisjordania, el canciller Kerry rezongó en voz alta cuando reclamó cordura en dos oportunidades durante el pasado mes.
«Kerry habló por teléfono con Netanyahu y presentó una protesta al conocerse las intenciones del gobierno de blanquear cuatro asentamientos ilegales», informó un funcionario norteamericano al diario «Haaretz» [1].
No pasaron dos semanas y nuevamente Kerry llama por teléfono a Netanyahu. Según el vocero de la cancillería norteamericana «Kerry se quejó por la publicación del programa de construcción de nuevas viviendas en las colonias judías de Cisjordania y Jerusalén Este» [2]. En vista que refunfuñar en oído de Netanyahu no causa ningún efecto, el desdichado funcionario norteamericano pasó al acoso culpando al premier israelí de vivir alucinacdo debido a su creencia de la eternidad del status quo en Cisjordania [3].
Con su tan conocida habilidad política, Bibi maquinó una jugarreta destinada a apaciguar los ánimos de Kerry y mostrar al mundo los enormes esfuerzos que Israel invierte en pos de la reanudación de las conversaciones de paz con los palestinos, aunque, paralelamente, dejó claro que no tiraba por la borda su conocido apoyo ideológico: los colonos judíos.
Bajo la consigna del líder - «Hay que ser inteligente, no solamente tener razón» [4] - voceros oficiales de alto nivel salieron a ocultar la realidad de la construcción judía en Cisjordania. El mismo día, Avigdor Liberman, hoy presidente de la Comisión de Exteriores y Seguridad del Parlamento Israelí, declaró el congelamiento, en la práctica, de la construcción en Jerusalén Este. En la reunión de la Comisión, Liberman expresó claramente que «debemos referirnos a esta situación solo como un retraso temporal» [5].
El ministerio de Viviendas, hoy a cargo de Uri Ariel, veterano promotor de la colonización judía masiva en los territorios conquistados en 1967, difundió a través de la emisora militar «Galei Tzáhal» datos según los cuales «desde el comienzo del año no se comercializó ni una sola vivienda en los barrios de Jerusalén Este, considerada como la capital eterna e indivisible de Israel». Para completar la imagen la emisora agregó que «pese a la retorica de los políticos y las declaraciones oficiales, el gobierno ha detenido, de hecho la construcción en los barrios de Jerusalén Este para ayudar al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, a reactivar las negociaciones de paz con los palestinos» [6].
Pareciera que el ardid de Netanyahu calmó a Kerry y su gobierno con efectos inmediatos. Pese a los dolorosos recortes presupuestarios que el pueblo norteamericano se ve obligado a soportar como consecuencia del descomunal derroche en dos guerras transatlánticas sin un sentido claro, el apoyo a Israel permanece intacto y los obliga a mantener la cuantiosa ayuda anual de 3,1 miles de millones de dólares. Por como esto no es suficiente, este año deben esforzarse más aun pues esta misma semana la Administración norteamericana decidió incrementar esa ayuda en otros 488 millones de dólares (16% más) [7]. No se debe dejar de lado que Washington continúa financiando la colonización judía civil en Cisjordania agraciando con cuantiosa bonificaciones fiscales a millonarias donaciones de agrupaciones y ciudadanos norteamericanos otorgadas a instituciones israelíes cuyos presupuestos son destinados a ese objetivo tan criticado por el mismo ejecutivo estadounidense.
No se necesita ser muy inteligente para darse cuenta del alto grado de ingenuidad que supone apoyarse en esta última treta de Bibi. En estos días la Oficina Central de Estadísticas de Israel dio a conocer un comunicado a los medios informativos con detalles del número de viviendas cuya construcción comenzó durante los tres primeros meses del corriente año. A nivel nacional se registró una leve caída del 3,4% respecto del último cuarto de 2012. No por ello se puede pasar por alto un aspecto muy importante que se esconde en el informe nacional. En todas las regiones del país se registró una reducción general y significativa en el comienzo de construcción de viviendas, salvo dos regiones muy especiales. Las estadísticas informan de un incremento desproporcionado en Jerusalén (fundamentalmente los barrios conquistados en 1967) 48% y Cisjordania (solo de judíos) 176,4% [8] llegando a valores absolutos mucho mayores que su participación proporcional en la población actual.
Los números no mienten. El ritmo de la construcción judía al este de la Línea Verde no sólo que no amaina ni se detiene, sino que se incrementó significativamente.
Muy distante de considerarse ingenuo, el canciller norteamericano Kerry, con su experiencia y sagacidad, entiende muy bien su obligación de atenerse a un servilismo incondicional y aparentemente no tiene problemas en ponerse en ridículo de la sagrada función de mediador ante un mundo atónito frente a esta conducta incomprensible.
Bibi se vislumbra, entre otras cualidades, como el maestro del camuflaje. Su pericia lo diferencia de colegas que periódicamente se desbocan - como Danny Danón - de su mismo partido, quien honestamente confesó la imposibilidad que el actual gobierno de Israel apoye la solución de dos Estados para dos pueblos.
Bibi dispone de la destreza de saber elegir en el momento adecuado el pretexto apropiado capaz de ocultar sus verdaderas intenciones. Bibi es un experto en manejar el desproporcionado poder de imposición de Israel sobre las potencias del mundo y su astucia le permite dosificarlo equilibrada y paulatinamente aunque de forma continua e incesante. No en vano le otorgan el título del eterno Rey.
Ojalá me equivoque...
[1] «Kerry presentó una seria protesta a Netanyahu»; Haaretz; 23.5.13.
[2] «Por segunda vez en dos semanas Kerry protesta por la construcción en los asentamientos»; Haaretz; 2.6.13.
[3] «Kerry: Quien piensa que el status quo en Cisjordania puede continuar vive alucinado»; Haaretz; 4.6.13.
[4] «Netanyahu: Nosotros construimos y continuaremos construyendo en Cisjordania»; Haaretz; 10.6.13.
[5] Id.
[6] «Israel detiene construcción en Jerusalén Este para revivir proceso de paz»; Aurora; 11.5.13.
[7] «EE.UU otorgará ayuda especial a Israel» Haaretz; 10.6.13.
[8] «Datos de comienzo de construcción de viviendas durante los tres primeros meses de 2013»; Oficina Central de Estadísticas; 30.5.13.