El repentino viraje del Gobierno argentino en su apertura del diálogo con Irán para tratar de progresar en la investigación del atentado a la AMIA de 1994 fue el motivo para que este Ejecutivo desate un serio conflicto con las instituciones de la comunidad judía argentina y, conjuntamente, un grave incidente diplomático con la cancillería de Israel.
Apenas Cristina Kirchner anunció el inicio de las conversaciones con los iraníes, la cancillería israelí envió urgentemente una misión especial a Argentina. «Los enviados israelíes trasmitieron un mensaje tajante respecto de los contactos entre Irán y Argentina y aclararon que Israel rechaza todo acuerdo que no tome en cuenta las víctimas. Uno de los delegados israelíes declaró: No somos estúpidos y le informamos a los argentinos que estaremos todo el tiempo en guardia para impedir que nada del atentado resbale afuera. Le aconsejamos a los argentinos comportarse con mucho cuidado frente a los iraníes pues probablemente puedan encontrarse en una situación que dieron mucho y no recibieron nada en retribución» [1].
Con el anuncio de la firma del memorándum, en enero de este año, la cancillería israelí reaccionó de inmediato y con tonos diplomáticos muy disonantes. «Israel mostró su decepción por el acuerdo con Irán y elevó una queja. El embajador argentino en Israel fue convocado por el ministerio de Exteriores israelí, en Jerusalén, para brindar explicaciones en relación con los acuerdos firmados entre Argentina e Irán» [2].
Este reclamo israelí elevó la ira del canciller argentino quien convocó de inmediato a Dorit Shavit, la nueva embajadora israelí en Argentina. En una enardecida reprimenda diplomática, Héctor Timerman denegó el derecho de Israel de representar al pueblo judío en todo el mundo y afirmó que la actitud de la cancillería israelí «da municiones a los antisemitas que acusan a judíos de doble lealtad». El funcionario argentino, en un largo monólogo, expresó su molestia por la demanda de aclaraciones al embajador argentino en Israel. Para finalizar recalcó que «Israel no tiene derecho a exigir explicaciones. Somos un Estado soberano». La embajadora de Israel justificó la actitud de su gobierno afirmando que «Como Estado judío, Israel se considera responsable del bienestar de todos los judíos y de las pistas del antisemitismo en todo el mundo» [3].
Paralelamente a este altercado diplomático, el canciller argentino fue el centro de un masivo ataque de reconocidos representantes de la colectividad judía y sus más distinguidos voceros acusándolo de traición a su pueblo por su condición de judío hasta el punto que en una conocida publicación judía del ambiente fue catalogado de «judío de mierda» [4].
Una vez que el Congreso argentino ratificó rápidamente el memorándum, comenzó un impasse a la espera del acto paralelo del Parlamento iraní. Esta situación se prolonga ya mucho más tiempo de lo que habitualmente se considera razonable, lo que necesariamente eleva las sospechas de una repentina retractación de Teherán.
Justamente bajo estas condiciones, que de alguna manera tienden a favorecer las advertencias israelíes, de forma sorpresiva la cancillería israelí decidió tirar la toalla y reconocer que Timerman noqueó a Liberman.
En una entrevista a la Agencia Judía de Noticias, Itzjak Shoham, director para América Latina de la cancillería israelí, e Yigal Palmor, vocero del mismo ministerio, trasmitieron un mensaje que la mayoría de los medios regionales lo cataloga como una clara señal de respaldo de Israel para el canciller argentino. «El Gobierno israelí envió una buena señal al canciller Timerman al asegurar que para el ministro argentino, las puertas de Israel están abiertas» [5].
Pero esto fue solo el primer paso. La embajadora de Israel en Argentina fue la encargada de anunciar en estos días otra marcha atrás de la oficina de exteriores israelí. Para Dorit Shavit, a diferencia del Fiscal Nisman y el conocido discurso de las instituciones judías, ahora no está del todo claro todo lo ocurrido en el atentado de AMIA. «Después de 20 años me parece que es mucho más difícil llegar a dilucidar exactamente cómo sucedieron los hechos. Hay aun enigmas sobre cómo sucedió tanto el atentado de AMIA como el de la Embajada». Para reafirmar la versión de Timerman, la embajadora israelí resaltó: «El atentado contra AMIA fue un atentado contra el pueblo argentino, contra una institución argentina y en terreno argentino. Para nosotros es solamente un dolor de hermanos. Israel como país no está involucrada en esto» [6].
Es un gran aliciente comprobar que la cancillería israelí supo recapacitar y retractarse de posiciones arrogantes y conflictivas. Lástima que esta acción llevó tanto tiempo dando lugar a ese irracional y visceral ataque al canciller Timerman acusándolo de traidor al pueblo judío con la única y lamentable consecuencia del irreparable daño del reconocimiento de la doble lealtad del judaísmo argentino.
Ojalá me equivoque...
[1] «Israel advierte a Argentina no llegar a acuerdos con Irán»; Haaretz; 30.10.2012.
[2] «La causa de la AMIA»; La Nación; 29.1.2013.
[3] «Timerman acusó a Israel de no representar al pueblo judío»; La Nación; 1.3.2013.
[4] «Las secuelas del memorándum»; Daniel Kupervaser; 3.3.2013. http://daniel.kupervaser.com/2013/03/03/las-secuelas-del-memorandum/
[5] «Las puertas de Israel están abiertas para el canciller argentino»; Itón Gadol; 26.7.2013.
[6] «Entrevista a la embajadora de Israel en Argentina»; El Tribuno de Salta; 29.7.2013.