El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha alcanzado un importante logro al convencer a israelíes y palestinos a decirle sí a Estados Unidos. ¿Podrá ahora convencerlos de decirse sí mutuamente?
Admiro la perseverancia de Kerry para convencer a israelíes y palestinos de que vuelvan a la mesa de negociaciones después de tantos años, en parte dejando en claro que quien respondiera negativamente al exhorto estadounidense sería acusado públicamente.
Me gusta igualmente el hecho de que Kerry se atreviera a fracasar. Así es como hace historia un secretario de Estado. Aplicar el mismo sistema puede serle útil para avanzar en su objetivo. Incluso un pequeño éxito como este engendra más autoridad; y más autoridad puede generar más éxito en otros campos.
Dicho esto, las perspectivas de un acuerdo entre israelíes y palestinos aún son escasas. De hecho, si estas negociaciones fueran una obra de tratro, se titulría «Cuando la necesidad conoció lo imposible».
Entonces, ¿Para qué había que molestarse? Siempre he pensado que la regla de mayor importancia en periodismo es: Nunca intentes ser más inteligente que la historia. Existen muchas razones para dudar que estas tratativas tengan éxito, pero cuando se mira bien por debajo de las capas de este conflicto, percibe que hubo algunas fuerzas poderosas impulsando a ambas partes a decirle sí a Kerry; y al menos considerando decirse sí mutuamente, así que vale la pena dejar que esto se desarrolle un poco.
Empecemos con un pequeño artículo publicado en el diario británico «Independent» el pasado 24 de julio, que empezaba: «En alguna época él cantó 'You Gotta Get Outta This Place', pero Eric Burdon ahora ni siquiera está apareciendo, habiendo decidido cancelar su concierto planeado en Israel. El líder de The Animals, cuyos éxitos incluyen 'House of the Rising Sun' y 'San Franciscan Nights', programó presentarse al lado de bandas israelíes en un anfiteatro de Binyamina. Sin embargo, en una declaración, los representantes del Sr. Burdon informaron: 'Estamos siendo presionados cada vez más todos los días, incluidos numerosos mensajes amenazadores por correo electrónico'. Burdon fue tan sólo el más reciente de un creciente número de artistas e intelectuales que han empezado a boicotear a Israel en torno al tema de la ocupación militar».
La persistente ocupación militar israelí de Cisjordania está aislando al Estado judío cada vez más. Justo antes de que el primer ministro Netanyahu accediera a estas negociaciones, la Unión Europea anunció nuevas reglas que prohíben el financiamiento o cooperación de la UE con cualquier institución israelí en territorios bajo régimen militar. Esto involucra honorarios por investigación, becas e intercambios culturales. La UE está considerando que se requiera que cualquier producto producido en los asentamientos de Cisjordania sean etiquetados como tales (algunos países de la UE ya lo hacen en forma individual) para lograr que sea más fácil para que los europeos los boicoteen. Estas son tendencias peligrosas para Israel. La UE es uno de sus mayores socios comerciales.
Ahora, súmese a todo ello el hecho de que a la Autoridad Palestina se le ha otorgado el estatus de Estado observador no miembro de Naciones Unidas, lo que posibilita al presidente Mahmud Abbás a recurrir a la Corte Penal Internacional de La Haya para que investigue las actividades de Israel en los asentamientos en Cisjordania, que son vistos ampliamente como una contravención al derecho internacional.
Mientras tanto, Abbás se encontraba ante una situación en la que la conmoción en el mundo árabe estaba dejando al margen el problema palestino y debilitando a su archirrival Hamás, el cual había sido apoyado por el régimen sirio y los Hermanos Musulmanes en Egipto. Si Abbás - quien de manera imprudente no aceptó la oferta del ex primer ministro israelí Ehud Olmert de un acuerdo de dos Estados en 2008 - no aprovechara este renovado esfuerzo de Estados Unidos, no es claro cuándo llegaría el siguiente autobús norteamericano hasta él, si es que alguna vez llegaría.
Si todo eso explica porqué ambas partes sentían que estas negociaciones eran necesarias, lo que hace que se vean imposibles de obtener resultados positivos es la acumulación de obstáculos. Hay aproximadamente 350,000 colonos judíos en Cisjordania y cuando menos de 50,000 a 80,000 tendrían que ser retirados, incluso después de intercambios de tierras. Hay decenas de miles de refugiados palestinos que viven fuera de Cisjordania y la Franja de Gaza que tendrán que ser convencidos de que podrán regresar a esos dos lugares, pero nunca más a sus hogares de origen en lo que era Israel antes de 1967. Hamás intentará usar cualquier renuncia de Abbás para debilitarlo, al tiempo que ultranacionalistas en el Estado judío se pondrán furiosos ante cualquier concesión israelí en Jerusalén, ientras los palestinos acusarán de traición a cualquier líder que no establezca la capital de su futuro Estado allí.
Y que no queden dudas; el sólo hecho de intentar hablar de paz tendrá consecuencias en el mismo momento en que ambas partes revelen sus mapas. Nunca se debería olvidar el grado justo de locura de algunos fanáticos judíos de Israel; ellos crearon el ambiente de violencia e intolerancia que condujo al asesinato del primer ministro Itzjak Rabín cuando intentó ceder una parte de Cisjordania a cambio de paz.
Tampoco se debería subestimar la capacidad de terroristas palestinos para generar atentados suicidas cuando se quedan sólo con su desesperación o con un sentido de que su dirigencia los está vendiendo.
Sin embargo, no hacer nada también promete desastres, y pienso que el núcleo central en ambas comunidades ha llegado a ver eso. Repito: ellos no llegaron a la mesa por accidente o sólo para darnos el gusto.
No obstante, recuperar el tiempo perdido requerirá de un nuevo tipo de liderazgo de Abbás y Netanyahu. Ellos tendrán que ayudarse mutuamente a superar a sus respectivos oponentes en vez de seguir usándose el uno al otro como excusa para no hacerlo.
Cómo y si lo hacen es el drama cuyo desarrollo estamos a punto de ver.
Traigan sillas.
Fuente: The New York Times
Traducción: www.israelenlinea.com