«El Gobierno israelí regala millones a magnates y el pueblo se siente tonto y traicionado». Esta expresión no salió de la boca de un parlamentario opositor al Ejecutivo, tampoco de un post sionista frustrado ni es una versión de lo que se denomina despectivamente la moderna judeofobia escudada detrás de una posición anti-israelí. Se trata de un titular del diario «Israel Hayom», de claro posicionamiento a favor del gabinete de Netanyahu, quien cita a Yosef Shapira, Contralor del Estado, en su Informe Anual del Control de Estado que se centra, fundamentalmente, en un sospechoso sistema de bonificaciones a las grandes compañías en Israel [1].
Este problemático y absurdo ordenamiento de las finanzas públicas, con grandes emporios económicos con sede en Israel, tuvo su origen durante el periodo de Netanyahu como ministro de Finanzas (2003-2005), y hoy el Contralor destapa la olla de donde emana un tufo muy desagradable de componenda entre empresas privadas de enorme peso económico, políticos y altos funcionarios del ministerio de Finanzas con el fin de estafar legalmente al fisco nacional.
«Párrafo tras párrafo, en un idioma profesional, los inspectores de la Oficina de Controlaría del Estado describen la manera en que el Gobiernol distribuyó enormes beneficios impositivos y subvenciones, sin ningún límite [2], a las grandes compañías que operan en Israel, principalmente a la empresa TEVA, con el propósito que reinviertan sus beneficios en el Estado hebreo, para promover el crecimiento económico y la ocupación. Estas compañías, y sobre todo TEVA, usaron una parte importante de sus beneficios - por lo menos un tercio - para invertirlo en la compra de empresas en el extranjero, es decir para promover el crecimiento y la ocupación en otros países» [3].
Este informe, como otros tantos anteriores de los predecesores de Shapira, hubiese terminado rápidamente en algún cajón de un oscuro sótano, salvo que al mismo tiempo TEVA anunció repentinamente el despido de casi 1.000 empleados de sus 7.000 en Israel. El escándalo llegó a mayores y ese mismo dia fue el ítem de apertura en programas televisivos y titulares de primera página en mayúsculas de todos los medios de información israelíes escritos.
No vale la pena, ni tampoco es el objetivo de esta nota, basarnos en este caso para resaltar algunos aspectos sobresalientes del sistema económico del Estado judío como uno de los ejemplos de los peores capitalismos cochinos del mundo. Al respecto se ha escrito lo suficiente. Como curiosidad vale la pena resaltar que en estos mismos días también se publicó el informe de la Oficina Central de Estadísticas de Israel donde se revela que el 31% de la población de Israel está en peligro de situarse por debajo de la línea de pobreza (según el Seguro Nacional el 25% ya lo está), todo ello comparado con el 17% del mismo índice para el promedio de los países europeos. Grecia y España, países en crisis y de los cuales en Israel acostumbran a reírse mucho, sólo arriban a un índice del 20% [4].
Otro aspecto llama poderosamente la atención y merece un serio comentario: El total desentendimiento del caso por parte de los medios de difusión e información judíos de la diáspora en español y probablemente - aunque no verificado - en muchos otros idiomas. No es la primera oportunidad que se comprueba esta conducta. Pareciera que de aspectos poco halagadores de Israel «no se habla», «no se toca», es traicionar al Estado hebreo; es «jugar a las manos de nuestros enemigos».
Fuera del medio poco conocido «Jerusalén On Line en español», que apenas lo mencionó a través de una sola frase, no se encontró ningún otro medio informativo judío de la diaspora en este idioma en internet que informase de este mayúsculo revuelo en la sociedad israelí. Ellos prefirieron continuar con ese sistemático lavado de cerebro de la comunidad ensalzando el orgullo judío por medio de la metáfora del tigre económico israelí, ese casi milagro, capaz de producir U$S 29,000 per cápita por año [5], aunque con mucha sutileza ocultan que con jugarretas oficiales del tipo anteriormente detallado en realidad, a cada persona le entra anualmente a su bolsillo, en promedio, sólo U$S 12,000 [6]. ¿Adónde va a parar la diferencia? Eso no se pregunta.
Quien se lleva la medalla de oro en los esfuerzos de influenciar en las creencias de la comunidad judía es sin duda la Agencia Judía de Noticias-Itón Gadol, a quienes les llegó el informe del Control del Estado, pero prefirieron esconder la tramoya para pintar de color rosa la realidad israelí sólo haciendo referencia a un aspecto totalmente insignificante del documento; las dificultades del Gobierno en crear un plan viable para reubicar oficinas en Jerusalén [7]. Da la impresión que para el director de ese medio el traspaso de las oficinas es un serio problema existencial para Israel.
Lamentablemente la mayoría de los medios informativos allegados a la colectividad judía hispanoparlante traicionan los principios del periodismo profesional para transformarse en obedientes sirvientes y voceros de las instituciones oficiales. En vez de conservar y promover la controversia y la discusión que fueron el símbolo del judaísmo en el pasado, pasaron a vanagloriar la unidad de criterios, la agenda política oficial, la sumisión del pensamiento individual critico a la voluntad del poder central como guía única. El pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todos símbolos fascistas.
Esta nota no puede finalizar sin mencionar la complicidad del Dr. Bernardo Kliksberg en anestesiar el pensamiento judío crítico. Este adalid de la administración social, cuyas ideas se basan en los principios judíos de la sagrada Biblia [8], sermonea permanentemente a los pueblos latinoamericanos con sus principios de gerencia social para combatir la pobreza a la par que no abre la boca ante un capitalismo que pisotea groseramente a gran parte de la clase trabajadora en Israel. A este distinguido experto internacional judío misteriosamente se le escapa de mencionar que en el ministerio de Finanzas del Estado Judío de nuestros días hace tiempo que las históricas y amarillentas páginas del libro sagrado, repletas de preceptos de justicia social y equidad, fueron sustituidas por otras con detalladas teorías de dioses de Chicago escritas sobre papeles verdes con la foto de un tal Washington.
Ojalá me equivoque...
[1] «Demasiados beneficios y cancelaciones de deudas»; Israel Hayom; 16.10.13.
[2] Las estimaciones lo fijan para el periodo 2003-2012 en unos 15 mil millones de dólares, es decir, a cada familia le costó casi 1.000 dólares por año. «¿Qué logramos con deducciones impositivas por billones?»; Ynet; 15.10.13.
[3] «Así nacieron los beneficios no distribuidos»; Calcalist; 16.10.13.
[4] «El 31% de la población de Israel en peligro de pobreza»; Israel Hayom; 16.10.13.
[5] «El tigre ísraelí», Carlos Montaner; Radio Jai; 15.10.13.
[6] «Informe de nivel de ingresos de las unidades familiares en 2011»; Oficina Central de Estadísticas de Israel; 10.10.12.
[7] «Informe: el Gobierno israeli no puede crear un plan viable para reubicar oficinas en la capital»; Itón Gadol; 16.10.13.
[8] «Kliksberg: Toda mi construcción es a partir de la Biblia que tiene un mensaje ético de una profundidad excepcional»; Itón Gadol; 31.7.13.