¿Cambiará Hamás de ideología y reconocerá el derecho a existir de Israel tras el acuerdo de reconciliación con Al Fatah?
De acuerdo con la Autoridad Palestina (AP), la respuesta es que sí, pero, según Hamás, es un rotundo no y un compromiso de proseguir con los ataques terroristas contra Israel.
El presidente de la AP, Mahmud Abbás, anunció la semana pasada que un Gobierno de unidad en el que Hamás estaría incluido no sólo reconocería a Israel, sino que renunciaría a la violencia.
Abbás declaró ante representantes de la OLP en Ramallah que el Gobierno de unidad no se ocuparía de las tratativas con Israel; hizo hincapié en que la dirección de la OLP sería responsable de dicho proceso, mientras que el nuevo Ejecutivo se limitaría a ocuparse de los asuntos cotidianos del pueblo palestino.
«Las negociaciones son una cuestión de la OLP porque ésta representa a todos los palestinos. Al mismo tiempo, reconozco a Israel y el Gobierno reconocerá a Israel. Rechazo la violencia y rechazará la violencia. Reconozco la legitimidad de los acuerdos internacionales y los reconocerá. Nadie puede decir que éste es un Gobierno terrorista», afirmó.
Las declaraciones de Abbás supusieron una sorpresa para Hamás, cuyos dirigentes se apresuraron a negar cualquier intención de renunciar al terrorismo o de reconocer el derecho a existir de Israel.
Pero, mientras que las declaraciones de Abbás acerca del reconocimiento de Israel y la renuncia a la violencia recibieron amplia cobertura en los principales medios occidentales, los periodistas apenas se fijaron en la afirmación de Hamás de que seguiría actuando para alcanzar su objetivo de destruir Israel.
Menos de 48 horas después de que Abbás realizara sus declaraciones, el presidente del Comité Político de Hamás, Khaled Mashal, señaló que su organización no había abandonado la yihad.
Mashal, dirigiéndose por vía telefónica a los partidarios de Hamás en Ramallah, destacó que «nuestro camino es la resistencia y nuestra elección la yihad. Esa es la estrategia original palestina. Queremos construir nuestra patria y liberar nuestra tierra y nuestros lugares sagrados, traer de vuelta a los refugiados y liberar a los prisioneros. En Cisjordania y Gaza, dentro y fuera, nuestra elección es la resistencia y nuestro camino las armas. No hay historia ni futuro sin yihad ni resistencia».
Mashal habló durante el funeral de dos destacados agentes de Hamás a los que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) mataron hace 16 años. Los cuerpos de ambos - los hermanos Emad y Adel Awadala - fueron entregados a sus familias la semana pasada.
El funeral y la posterior concentración en conmemoración de la muerte de los hermanos Awadala se convirtieron en una demostración masiva de fuerza de Hamás en Ramallah tan sólo dos días después del anuncio de Abbás de que Hamás reconocería a Israel y renunciaría a la violencia una vez entrara a formar parte de un Gobierno de unidad con Al Fatah.
Los palestinos dicen que la alta participación en el funeral y en la concentración fue una señal de la popularidad de Hamás entre los residentes de Cisjordania. En ambos eventos, el portavoz y los partidarios del grupo islamista radical entonaron consignas en las que instaban a la venganza y a más ataques terroristas contra Israel.
Otro destacado líder de Hamás, Mahmud al-Zahar, brindó más pruebas de la intención de la organización de permanecer fiel a su ideología y al terrorismo.
En una entrevista, Al Zahar, residente en Gaza, negó enérgicamente las afirmaciones de Abbás de que Hamás fuera a cambiar. Hizo hincapié en que un Gobierno palestino de unidad no haría que éste reconociera el derecho a existir de Israel, y que no conduciría a que ningún miembro de Hamás quede bajo control del presidente palestino.
«Abbás no está diciendo la verdad. Dice: 'Este es mi Gobierno', pero no lo es. Es un Gobierno de unidad nacional. Lo está promocionando de esa forma para minimizar la presión», añadió.
Incluso algunos destacados miembros de la OLP estrechamente vinculados a Abbás, como la Dra. Hanán Ashrawi y el jefe negociador, Saeb Erekat, contradijeron las declaraciones de su líder.
En los últimos ambos afirmaron que a Hamás no se le exigió reconocer a Israel o cambiar su ideología como consecuencia del pacto de reconciliación con Al Fatah.
Mientras que Erekat dijo que Hamás no es una organización terrorista, Ashrawi dejó claro, en una entrevista para la CNN, que la organización no necesitaba cambiar.
«Hamás no tiene que reconocer a Israel porque es un movimiento y los movimientos no reconocen Estados. Sólo los Estados se reconocen entre sí», aseveró.
El acuerdo de reconciliación no hace referencia alguna a la cuestión del terrorismo o al reconocimiento del derecho a existir de Israel. Hamás firmó el acuerdo, no porque decidió abandonar la violencia y aceptar a Israel, sino porque lo considera una oportunidad de restaurar sus relaciones con Egipto y con otros países árabes, y de beneficiarse de la ayuda económica occidental que se le proporciona a la Autoridad Palestina.
Abbás sabe muy bien que Hamás no cambió ni cambiará. Pero, como dijo Mahmud al-Zahar, «el presidente de la AP está tratando de apaciguar a Estados Unidos e Israel tras la firma del pacto de reconciliación. Trata de evitar que se suspenda la ayuda económica estadounidense y europea, y también de impedir posibles sanciones económicas israelíes; por eso trata de rebajar la importancia de su acercamiento a Hamás».
Tras su dramática declaración, Abbás esta a la espera de ver si norteamericanos, europeos e israelíes creen en sus afirmaciones de que el Gobierno de unidad reconocerá a Israel y rechazará la violencia. Si lo hacen, se llevará el mérito de asegurar la continuación de la ayuda económica, no sólo para la AP, sino para Hamás. Si no, se verá obligado a suspender temporalmente el acuerdo con el movimiento islamista para evitar perderla.
En el pasado, Abbás realizó declaraciones similares respecto a las intenciones de Hamás, pero los fundamentalistas islámicos nunca dieron un paso que indicara su voluntad de cambiar.
Las declaraciones de Abbás pueden sonar bien y resultar reconfortantes para los occidentales, pero éstos deben recordar que no es un portavoz de Hamás.
Por encima de todo, el mundo debe prestar atención a lo dice la propia organización terrorista.
Fuente: Gatestone Institute