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Gaza en manos de Egipto

Es muy probable que uno de los resultados positivos de las masivas manifestaciones contra el gobierno de Mubarak ocurridas en la plaza Tahrir sea el cambio en la política adoptada por el nuevo gobierno de El Cairo en lo relativo a la Franja de Gaza.

El libre paso hacia Egipto permitido a los habitantes de Gaza, y la entrada de mercancías desde el país del Nilo a la franja, ha acortado distancias entre ambos y ha liberado a Israel de parte de su responsabilidad sobre la población palestina de Gaza, la cual supo mantener incluso después de la retirada de Tzáhal hace más de cinco años.

Parte de esa responsabilidad recae ahora en Egipto y, según parece, no habrá necesidad de repetir los episodios del Mavi Mármara de hace unos meses. Les toca ahora a los egipcios asumir la responsabilidad de asegurar que los suministros lleguen debidamente a la población de Gaza.

Es así como debería ser. Se trata de justicia poética. Gaza y el infortunado destino del millón y medio de palestinos apretujados en esa minúscula franja costera es una creación egipcia, el resultado directo del intento de las tropas egipcias por acabar con el recién nacido Estado de Israel en mayo de 1948.

El ejército egipcio marchaba camino a Tel Aviv, pero fue rechazado exitosamente por Tzáhal. A finales de 1948, los egipcios se hallaron en un serio aprieto: una brigada cercada en el área de Faluya y el resto del ejército en lo que es hoy la Franja de Gaza se vieron aislados de sus bases por las tropas israelíes comandadas por Ygal Alón que había entrado en Sinaí.

Durante las negociaciones del armisticio, que contaron con la mediación de Ralph Bunche de Naciones Unidas, los representantes egipcios rechazaron la demanda israelí que exigía la retirad del ejército, reafirmando de ese modo su intención de permanecer en la Franja de Gaza. Según el acuerdo firmado en Rodas, en febrero de 1949, los egipcios quedaban a cargo del control de la franja, y así lo hicieron hasta junio de 1967, con excepción del período que abarcó la Campaña del Sinaí de 1956.

¿Por qué no debería volver a manos de Egipto el control de la Franja de Gaza ahora? Es una responsabilidad que deberían asumir con justa razón. Ya sea que ese acuerdo sea permanente, serán ellos los que deban decidir. Desde que Hamás tomara el control de la franja, Israel se ha mostrado justificadamente preocupada por el arsenal de misiles y otras armas que los terroristas de la organización han estado acumulando, armamentos destinados al ataque de civiles israelíes. Esa ha sido la justificación para el bloqueo israelí de la costa de Gaza.

¿Puede confiarse tal misión a los egipcios? Es más que probable que a ellos tampoco les agrade saber de la importación de armas destinadas a Hamás en Gaza, ya sea por tierra, por túnel o por mar.

No queda claro por el momento si su capacidad de control sobre este tráfico de material bélico habrá de ser eficaz o no. Para Israel, sin embargo, es un riesgo que vale la pena tomar, a fin de liberarnos de la carga que conlleva el continuar esta "ocupación".

Si resultara que Egipto no tiene ningún éxito en impedir la importación de armas para Hamás dentro de Gaza, pueden restablecerse entonces las tareas de control por parte de Israel. Considerando la cercanía de la franja y su pequeño tamaño, siempre existirá la posibilidad de encarar una acción efectiva con el objetivo de destruir el arsenal de Hamás.

En cualquier caso, debe quedar claro que de ahora en más es Egipto el responsable de prevenir el contrabando de armas hacia Gaza, y que deberá asumir su plena responsabilidad frente a eventuales ataques terroristas procedentes de la franja con armas de contrabando.

El control egipcio sobre la Franja de Gaza podría implicar algunos beneficios complementarios de gran importancia. Con Gaza bajo control egipcio, el paradigma generalmente aceptado de la "solución" al problema palestino como una fórmula de "dos estados" puede, con el tiempo, llegar a ser visto bajo una luz diferente.

Es probable que con el correr del tiempo los problemas de los palestinos que viven en Judea y Samaria, y de aquellos que viven en la Franja de Gaza, separados por una extensión de territorio bajo soberanía israelí, sean percibidos de manera diferente por el mundo en general, por el mundo árabe en particular, por Israel y por la propia población palestina.

Este control de nuevo signo podría dar lugar a un cambio de paradigma que terminara beneficiándonos a todos.

Fuente: Haaretz - 1.7.11

Traducción: www.argentina.co.il