La noticia circuló con la rapidez de un rayo y frente a las reacciones negativas en el país y en el mundo se diluyó con la misma rapidez: flamantes parlamentarios islamistas en Egipto propusieron una extraña ley de «despedida sexual». Consiste en autorizar a los maridos a tener relaciones sexuales con sus esposas hasta seis horas después de que éstas hayan fallecido. ¿De dónde salió semejante idea?
Según lo explica Raymond Ibrahim, un conocido erudito académico norteamericano especializado en el Islam y Oriente Medio, ésta, como otras perversidades sexuales, tales como casamientos con niñas y alimentación de adultos con leche materna, tienen su origen en los textos de tradición islámica «Hadith» que tratan de la vida del profeta Mahoma.
El especialista, que es de origen egipcio y domina perfectamente el árabe, sostine que hay al menos seis textos que coinciden en la misma interpretación. Según el «Hadith» referido , Mahoma se sacó la camisa, la colocó sobre la mujer muerta y se acostó con ella en la tumba. Los enterradores le dijeron: «Oh, Profeta vemos que usted hace algo que no hizo con ninguna otra mujer», a lo que éste respondió: «Yo la vestí con mi camisa para que pueda tener un traje del cielo y para que su bendito cuerpo esté protegido de las presiones de la tumba».
Obviamente hay varias interpretaciones de este texto, pero es claro que los parlamentarios se atuvieron a la más obvia, que al parecer ha sido validada por escritos legales islámicos. Según Ibrahim, un conocido texto de legislación islámica escrito por Abu Qassim al Asbahani y conocido como «Hawashi» puntualiza que «no cabe el castigo por mantener relaciones con una mujer muerta y que no es necesario lavar a la muerta después de la penetración».
El tema fue actualizado en mayo del año pasado por el clérigo marroquí, Zamzani Abdul Bari, que dijo que las relaciones sexuales siguen siendo válidas después de la muerte de la esposa, pero que igualmente eran permitidas para la esposa con el cadáver de su esposo. Otra polémica provocada por el mismo clérigo fue cuando dictaminó que las mujeres embarazadas debían ser autorizadas a tomar alcohol.
En un reporte en la televisión árabe «Al Arabiya» escrito por Abeer Tayel del pasado 25 de abril, se informa ampliamente acerca del ruido causado por la nueva legislación propuesta. El texto comienza aludiendo al reclamo del Consejo Nacional de Mujeres Egipcias al Parlamento egipcio a no aprobar dos leyes propuestas por los islamistas: sobre la edad mínima del matrimonio y sobre la autorización a los maridos a mantener relaciones con sus esposas hasta seis horas después de su fallecimiento.
El planteo fue hecho en un mensaje dirigido por la Dra. Mervat al-Talawi presidenta del Consejo Nacional de Mujeres Egipcias, al presidente de la Asamblea Nacional egipcia, Dr. Saad al-Katami, quejándose de la situación de la mujer egipcia, especialmente después de que una rebelión popular sacara del poder al presidente Hosni Mubarak en febrero de 2011.
En su mensaje se refirió a dos proyectos de ley: una, que legalizaría el matrimonio de las niñas desde los 14 años y otra, que permitiría que un esposo tenga sexo con su esposa muerta hasta seis horas después de muerta.
Pero aunque la excéntrica ley sobre las relaciones íntimas entre vivos y muertos no prospere, a las mujeres egipcias les esperan tiempos difíciles, ya que los islamistas que dominan el Parlamento de Egipto están dispuestos a revocar distintas leyes que favorecen a las mujeres, como la ley del divorcio, a la que denuncian como resultado de las presiones de Suzane Mubarak, la esposa del presidente depuesto.
Antes de la ley de divorcio, aceptada hace unos 10 años y que ahora se desea anular, la demanda de separación de una mujer podía demorar entre 10 o 15 años para ser aceptada.
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