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La frontera con Israel, un desafío para Mursi

Mohamed MursiEl violento ataque terrorista ocurrido anteayer en la frontera entre Egipto e Israel encendió varias luces de alerta en Oriente Medio.

A los israelíes, les confirmó que enfrentan una seria amenaza a su seguridad. Y al flamante presidente egipcio, Mohamed Mursi, le demostró que la jihad global no perdona siquiera a un elegido de los Hermanos Musulmanes.

Dicha incursion fue diferente de otros ataques, ya que antes de infiltrarse en Israel los terroristas mataron a 16 soldados egipcios, hirieron a otros siete y se apoderaron de dos vehículos militares.

Mursi declaró que «no hay posibilidad alguna de apaciguar esta traición». Pero quizá lo más relevante sea su promesa: «Las tropas controlarán plenamente el Sinaí». El control del Sinaí es un serio desafío para El Cairo, especialmente desde la caída de Hosni Mubarak en febrero del año pasado. Pululan en el lugar células islamistas que cuentan con ayuda directa de beduinos locales y que a menudo, en coordinación con sus pares en la Franja de Gaza, perpetran ataques contra Israel.

Pero esta vez el problema de El Cairo ya no se limita al simbolismo del control y la imposición de la soberanía. La muerte de 16 soldados egipcios es para el gobierno un desafío que Mursi no puede evadir.

Es por ello que no sorprende que numerosos efectivos del ejército egipcio hayan sido desplegados en la frontera con Israel y colocados en alto nivel de alerta. El paso fronterizo de Rafah, que conecta Egipto con la Franja de Gaza, fue clausurado «indefinidamente», según fuentes egipcias.

Helicópteros artillados sobrevuelan el norte del Sinaí; el lado egipcio de la ciudad de Rafah (el sector norte da al lado palestino en Gaza) fue rodeado por efectivos egipcios y, según la edición digital del diario egipcio Al-Ahram, comenzó la persecución de los responsables del cruento ataque.

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, exhortó ayer a El Cairo a «hacerse cargo de la situación».

En opinión de Mira Tsoref, catedrática de Historia de Oriente Medio en la Universidad de Tel Aviv, «la coordinación entre Israel y Egipto es posible, pero debe ser silenciosa, callada, sin filtraciones a la prensa. Declaraciones como las de Barak no ayudan».

Tsoref destacó que lo que determinará la agenda de Mursi respecto de su relación con Israel será la convicción de que sirve al interés egipcio combatir la inestabilidad en el Sinaí.

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, dijo que «Israel y Egipto tienen obviamente un interés común en mantener la frontera en calma». Y la cancillería israelí publicó por la tarde una condolencia oficial: «Este ataque salvaje llevó a la muerte de egipcios, y tenía la intención de matar al mismo tiempo israelíes, así como estremecer el acuerdo de paz entre Israel y Egipto».

Lo que no facilita la situación para Mursi es que el choque con los terroristas en el Sinaí lo empuja a arriesgarse a un enfrentamiento con los palestinos en Gaza.

«Se terminó la época en la que Egipto veía en Hamás a su enemigo», advirtió Tsoref.

«Mursi ve en el gobierno de Gaza a un gobierno hermano. Pero también eso tiene un límite y no permitirá que desde Gaza se ataque a Egipto, eso está clarísimo», concluyó Tsoref.

Mahmoud al-Zahar, una de las figuras centrales de Hamás en Gaza dijo que a su organización «le importa la seguridad de Egipto y jamás utilizaría armas contra el Ejército egipcio».

El gran desafío de Mursi será estabilizar la situación y lograr estrechar la coordinación con Israel contra el terrorismo sin perder apoyo interno y sin alejarse dramáticamente del Gobierno de Hamás en Gaza.

Fuente: La Nación