El mundo árabe parece descubrir tardíamente que sus males no provienen de conspiraciones externas ni que sus problemas se deben a la diabólica presencia de un Estado judío en Oriente Medio.
En Líbano, por ejemplo, muchos que endiosaban a la organización terrorista Hezbolá, están empezando a descubrir que se trata de un agente de Irán y que sus intereses no tienen nada que ver con los nacionales del pueblo libanés.
El último escándalo con Hezbolá está relacionado con el avión iraní no tripulado que fue derribado sobre el cielo de Israel. La organización chiíta confirmó que el artefacto fue construido en Irán y ensamblado por Hezbolá en Líbano.
La revelación provocó una tormenta. Una vez más, la organización financiada y dirigida desde Teherán pretendía provocar una guerra gratuita con Israel a espaldas del gobierno libanés, esta vez para aliviar las presiones internacionales sobre el criminal gobierno sirio de Bashar al-Assad, el único aliado importante de Teherán en Oriente Medio.
En un artículo titulado «Un drone (avión no tripulado) provoca alarma en el país y en el extranjero», publicado en el «Daily Star» el 15.10, el periodista Antoine Gatas Saab reveló que el presidente Michel Suleimán aceptó que Hezbolá se quede con sus armas, pero exigió que la potestad de usarlas sea exclusiva del gobierno.
Según dicho artículo, el bloque sunnita-cristiano del 14 de marzo señaló que el envío del avión no tripulado fue un intento de complicar a Líbano en una guerra abierta con Israel, lo que fue llevado a cabo con tres objetivos: 1) Reducir la presión internacional sobre Siria. 2) Distraer la atención del hecho de que efectivos de Hezbolá combaten junto a las tropas gubernamentales en Siria, algo condenado por la mayoría de la opinión pública libanesa. 3) Demostrar que Irán sigue siendo una potencia con suficiente poder para desestabilizar Oriente Medio.
Por su parte el editor del diario panárabe «Asharq Alawsat» que se publica en Londres, Tariq Alhomayed, acusó a Hezbolá de «tratar de repetir la aventura de la guerra de 2006. En su nota publicada el 14.10 Alhomayed señaló que el objetivo de Nasrallah, líder de Hezbolá, pretende aliviar la presión sobre la máquina de matar de Assad - cuyas fuerzas ya acabaron con unos 35.000 sirios - y proteger el proyecto nuclear iraní. El articulista condena las intenciones de Hezbolá de arrastrar a Líbano y a toda la región a una nueva guerra sólo para servir a los intereses iraníes y proteger al régimen de Assad.
Si el diario de Londres al igual que el de Beirut alertaron contra el uso de la hostilidad contra Israel como elemento de distracción de los horrores de la guerra civil siria, el diario «Arab News», en un artículo firmado por Abdulatif al-Mulhim (10.10.12) y titulado «La primavera árabe y el enemigo israelí», va mucho más lejos: hacia un examen de los orígenes y el sentido del conflicto.
Entre otros conceptos, el artículo señaló que «en el aniversario de la guerra de 1973 entre árabes e israelíes, mucha gente en el mundo árabe comenzó a preguntar sobre el pasado, presente y futuro en relación al conflicto árabe-israelí. Las preguntas eran: ¿cuál fue el costo verdadero de esas guerras para el mundo árabe y sus pueblos?. Y una más difícil, que pocos se atreven a hacer, ¿cuál fue el verdadero costo de no reconocer a Israel en 1948 y porqué no se gastaron los recursos en educación, salud e infraestructura en lugar de dedicarlos a la guerra? Pero la más difícil de todas, que ningún árabe quiere formular, es si realmente Israel es el enemigo del pueblo árabe.
El articulista señaló que decidió escribir su artículo después de ver en el prestigioso canal árabe, «Al Arabiya», atrocidades cometidas por árabes contra árabes. Su conclusión es que los verdaderos enemigos del mundo árabe son corrupción, falta de buenos servicios de educación y salud, falta de libertad, falta de respeto por la vida humana y demasiados dictadores que utilizaron el conflicto árabe-israelí para oprimir a sus propios pueblos.
Al final de la nota, al-Mulhim se cuestionó qué pasó con Israel, el enemigo jurado de los árabes; y respondió que «Israel es un país con excelentes laboratorios y universidades y una moderna infraestructura. Muchos árabes no saben que la expectativa de vida de los palestinos que viven en Israel es mucho mayor que la de muchos países árabes y que gozan de mucha más libertad política que sus hermanos. Incluso los palestinos que viven bajo ocupación israelí en la Cisjordania están mejor que muchos otros árabes .¿Acaso entre los que condenaron a prisió a un ex presidente israelí no hubo un juez árabe?», aseveró
Su conclusión es que «la primavera árabe demostró al mundo que los palestinos son más felices que sus hermanos árabes que lucharon para liberarlos de los israelíes. Ahora llegó el momento de terminar con el odio y las guerras y comenzar a crear mejores condiciones de vida para las futuras generaciones».