El 12 de febrero pasado la agencia Inter Press Service de Roma, que en general se caracteriza por sus posiciones pro-árabes y pro-palestinas, dio a conocer un artículo sumamente crítico sobre la situación en Gaza de su corresponsal Mel Frykberg.
El periodista denunció la creciente limitación de las libertades civiles, el cercenamiento de la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. La represión ha sido particularmente dura con la población femenina. La Universidad Al Aqsa en Gaza anunció que las estudiantes deberán usar la vestimenta musulmana tradicional que cubre el cuerpo de la cabeza a los pies.
En el pasado, Hamás prohibió a las mujeres viajar en la parte de atrás de motocicletas y fumar pipas de agua, así como se limitó a hombres a no trabajar en salones de belleza femenina.
Según el Dr. Samir Awad de la Universidad Bir Zeit, en las cercanías de Ramallah, «Hamás también ha prohibido reuniones de ambos sexos y ha impuesto restricciones a las mujeres que no rigen para los hombres. Toda la playa costera ha sido confiscada por Hamás como si fuera su propiedad privada y la organización decide quién puede tener acceso a ella y quién no».
La decisión de la Universidad de Gaza de imponer un estricto código para la vestimenta femenina fue declarada ilegal por el ministro de Educación Superior de la Autoridad Palestina, Ali Jarbawi, quien señaló que viola decisiones del gobierno palestino.
Para el Dr. Awad, de Bir Zeit, la creciente radicalización de Hamás es uno de los serios escollos que impiden la formación de un gobierno de unidad nacional.
Hamás prohibió también un popular programa de competencia de canto que imita a un exitoso programa norteamericano. El productor, Alaa al-Abed, protestó contra la decisión que le fue comunicada a último momento y dijo que la prohibición afectaba a 12 competidores que pasaron a la segunda rueda.
Para al-Abed «esto es más serio que la eliminación de las diversiones en Gaza; es la limitación de las libertades civiles, de acuerdo a los caprichos de la autoridad».
El autor del artículo, Mel Frykberg, comentó que «muy raras veces jóvenes adolescentes o mujeres pueden ser vistas cantando en público. Sólo se estimula a los hombres a que canten, sin instrumentos musicales, canciones dedicadas a la gloria del islam o a la lucha contra Israel».
El articulista citó la denuncia de una ola de arrestos de periodistas que fueron acusados de «actividades sospechosas». El centro Al Mezan, una organización de defensa de los derechos humanos, expresó su preocupación por el uso excesivo de la fuerza de parte de la policía de Hamás que produjo la muerte de varias personas al ser arrestadas.
La organización reclamó a las autoridades de Hamás de que utilicen la fuerza estrictamente necesaria para arrestar a gente que viola la ley y llamó a investigar los abusos de la policía durante detenciones.
Si en Gaza existe una creciente política represiva de Hamás que controla la zona, la situación en la presuntamente liberal Autoridad Palestina no parece ser mucho mejor. En un artículo publicado en «The New York Times» el 12 de febrero y firmado por David Keyes, se revela que un activista palestino de 26 años, Anas Awwad, fue sentenciado a un año de prisión por una corte de Nablus acusado de difamar al presidente de la Autoridad Palestina (AP). El artículo revela otros casos de bloggers, profesores de universidad y periodistas que fueron detenidos por formular críticas a la AP, especialmente en temas de corrupción, en Facebook.
El autor, que es director ejecutivo de una organización de defensa de los derechos humanos, propone condicionar el apoyo económico a la AP al respeto por la libertad de opinión.
Coincidiendo con el articulista de «The New York Times», Jillian C. York, directora de una fundación con base en San Francisco, denunció el uso de la legislación jordana de defensa de la monarquía para limitar la libertad de prensa en la AP en un artículo dado a conocer por la red «Al Jazeera» el pasado 13 de febrero.
York reveló que en 2012 por lo menos 10 personas fueron detenidas por criticar a la AP en la red o en diferentes órganos de prensa.
En abril, dos periodistas y un conferencista fueron arrestados por publicar en Facebook críticas a la AP, coincidiendo irónicamente con el Premio a la Libertad de Prensa concedido a la periodista norteamericana Helen Thomas. Uno de los reporteros arrestados, Tariq Khamis, declaró al sitio en Internet «Intifada electrónica» que «el régimen de la AP es muy similar al de otros gobiernos árabes. Si la AP confiara en sí misma permitiría a los periodistas trabajar libremente. Pero debido a sus errores y su corrupción, temen el trabajo de éstos», afirmó.
Jillian C.York denunció que además de actuar contra periodistas individuales, la AP, trata de bloquear sitios de Internet críticos contra el régimen. Por otra parte, se hace eco de una crítica de Human Rights Watch a la AP según la cual su renuencia a adherir a convenciones internacionales sobre libertad de expresión inspira desconfianza en la comunidad internacional.
La activista de San Francisco finalizó su artículo señalando que «para ser tomada en serio en la escena internacional, Palestina no sólo debe limitarse a reclamar el fin de los abusos de derechos humanos de Israel sino también los propios».
Por su parte «Al Jazeera», concluyó la nota con una fórmula utilizada a menudo para quienes formulan reclamos de democracia: «Los puntos de vista expresados en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Al Jazeera».