El paisaje es pastoral y puede confundir. Mirar el verde y las montañas a lo largo de los 120 kms de la frontera entre Israel y Siria, no necesariamente refleja los peligros que la zona encierra.
Las constantes aclaraciones tanto de la cúpula de Gobierno israelí como de la plana mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) acerca de su no involucramiento en la situación interna en Siria, no significan que del lado israelí no se observe con preocupación y alto estado de alerta lo que sucede en su vecino el norte.
El desafío de proteger este límite con un país declarado enemigo de Israel, en el que se agrega como seria complicación la guerra civil en dicho país y también el hecho que entre los rebeldes opuestos al régimen hay grupos fundamentalistas favorables a Al Qaeda, imponen al Estado hebreo un gran desafío.
«Israel no interviene, pero observa. Y sabe que tendrá que estar muy atento a lo que ocurra del otro lado, ya que pueden desarrollarse acontecimientos que escapen totalmente de su control», explicó el coronel (retirado) Kobi Marom, profundo conocedor de la zona, por sus años de servicio activo en la misma, especialmente en la región aledaña de la frontera entre Israel y Líbano.
Cuando comenzaron las manifestaciones contra el régimen de Bashar al-Assad en Siria - en febrero del 2011 - Israel comenzó a observar detenidamente, desde afuera, el desarrollo de la situación. A medida que fue transcurriendo el tiempo y las protestas iniciales se convirtieron gradualmente en una cada vez más cruenta guerra civil que ya ha cobrado la vida de más de 100.000 personas, quedó claro en Israel - lindante con Siria - que era imperioso tener los ojos bien abiertos.
La nueva situación, se estimó desde un principio, podría afectar directamente la calma a lo largo de una frontera que durante más de 45 años fue sumamente tranquila, aunque el régimen sirio hizo la guerra contra Israel desde otro lado, en el frente libanés, sirviendo de apoyo clave y fuente de abastecimiento de armas a la organización terrorista Hezbolá. Pero la frontera entre Israel y Siria, concretamente, había estado en calma.
Esto, se supuso en Israel, se vería amenazado por el cambio de la situación interna en Siria: por la incertidumbre acerca del futuro, por el hecho que a los insurgentes relativamente liberales que comenzaron las protestas se sumaron rápidamente grupos fundamentalistas islámicos favorables a Al Qaeda y porque la cercanía geográfica significaba que alguna bala o proyectil perdido podría caer inclusive sin que nadie lo desee, del lado israelí.
«La situación ya no es estable como lo fue durante más de 40 años», aclaró Marom. «Aunque los grupos rebeldes islamistas están cerca de nuestra frontera, no veo hoy razones para que tengan interés en este momento, mientras combaten contra Assad, de atacar a Israel. Pero si Assad cae, sí iría bien con la ideología de esa gente abrir un frente con Israel. Mientras tanto, sea como sea, Israel debe estar muy preparado para cualquier eventualidad».
Riesgos concretos
No en vano hace ya dos años, aún antes de que una bala perdida cruzara por error hacia territorio israelí (y a esta altura ya fueron varias y a ellas se sumaron también morteros y otros proyectiles más serios), Israel comenzó a construir dentro de su territorio, muy cerca de la frontera, una nueva cerca insertada dos metros bajo tierra, de cinco metros de altura, destinada a incrementar la seguridad en el lugar. Esto, aunque el cambio más evidente en la situación empezó a sentirse en Israel en julio del año pasado por los varios incidentes en los que el fuego comenzó a cruzar la frontera.
Son varios los ejemplos concretos que permiten explicar la creciente amenaza a la población israelí en los Altos del Golán, en la frontera con Siria:
- Frente a las localidades israelíes de Ramat Magshimim, Hispin y Nov en el Golán, a una distancia de algo más de 10 kms en línea aérea, está la aldea siria de Jamla (se pronuncia Yamla), que se encuentra en manos de los rebeldes.
- Hacia el norte, hay dos aldeas sirias enfrentadas, Breike en manos del Ejército sirio y Bir Ayam en manos de los rebeldes, casi pegadas una a la otra y evidentemente en situación de lucha e intento mutuo de conquista. Frente a ellas, a unos 4.5 kms, del lado israelí del Golán, está la localidad Alonei Habashán, que en más de una ocasión ha sido blanco de disparos.
- Entre Bir Ayam y Yubat al-Hashab (ambas en manos de los rebeldes) está Kuneitra, junto al cruce principal en la frontera entre Israel y Siria. Recientemente, en un mismo día, Quneitra cambió de manos dos o tres veces. Es tal la importancia de dicho punto, que antes que el Ejército de Assad lograra revertir la situación, las FDI emitieron un comunicado confirmando que Quneitra había sido tomada por los rebeldes. Esto, aunque el grupo que se había apoderado del lugar, no es de los islamistas más radicales sino de una tendencia más moderada.
Un poco más al norte, sí son rebeldes más islamistas e Israel debe estar especialmente atento a lo que puede suceder en caso de hacerse con el control central.
El gran dilema de Israel es cómo manejar sus respuestas, cómo maniobrar de modo que sirva a su interés de no provocar una escalada y de garantizar que se mantenga la mayor calma posible, sin, por otro lado, dar a entender a la otra parte que pueden aprovechar la situación para disparar sin tener respuesta.
El teniente Yair Zohar, portavoz de la brigada de las FDI apostada en la frontera con Siria, intentó resumir la posición de Israel: «Nosotros no intervenimos en el conflicto entre el Ejército sirio y los rebeldes. No es asunto de Israel. Lo único que nos interesa es preservar la seguridad a lo largo de nuestra frontera con Siria, cuya situación, en los últimos meses, ha ido cambiando claramente».
Desde julio del año pasado, ya se registraron varios incidentes de disparos «perdidos» que cruzaron a Israel. En Alonei Habashán estallaron tres veces proyectiles de tanques y en la zona agrícola de Ramat Magshimim también hubo morteros; todo esto parte de los combates entre los rebeldes y el Ejército de Assad.
«Se han regitsrado distintos incidentes en los que a raíz de los enfrentamientos internos en Siria, disparos efectuados en territorio sirio llegaron a nuestro lado», confirmó el oficial israelí. «Israel debe estar alerta para lidiar con todas las amenazas que lo pueden perjudicar», advirtió.
Claro está que en diversas situaciones, Israel no puede tener plena certeza si tal o cual disparo fue o no intencional, por lo que el criterio al decidir si responder o no, es si esos disparos ponen en peligro a las tropas israelíes o a la población civil.
Heridos
En medio de esta situación, que es por cierto trágica para los sirios todos - y que además, encierra riesgos para Israel -, está la problemática humanitaria que llega también a la frontera israelí.
Desde el inicio de los combates, Israel ha tratado decenas de heridos sirios que se acercan a la frontera y piden ayuda. La mayoría son atendidos en el terreno por los enfermeros y médicos de las patrullas israelíes y ha habido también numerosos casos de heridos trasladados al Hospital Ziv de Safed dentro de Israel.
La problemática delicada de la situación quedó ejemplificada recientemente en un incidente, hace pocas semanas, cuando mientras revisaban a un herido sirio en la sala de trauma del Hospital Ziv, el personal médico se percató de que entre sus ropas tenía una granada, por lo cual hubo que desalojar el lugar.
La crisis humanitaria también crea puentes inimaginables en otras situaciones, como lo sucedido recientemente cuando un herido llegó a la frontera con una carta de un cirujano sirio adherida a su ropa, explicando qué tratamiento había recibido la persona y cuál era su situación. Fue una forma poco común de enviarlo a que lo salven en Israel, en un contacto que en cierta medida se puede ver como directo entre colegas a ambos lados de la frontera de dos países en guerra.
Las patrullas israelíes, aunque atentas al tema de la seguridad, no hacen caso omiso a pedidos de ayuda a heridos del otro lado de la frontera. Mantienen el estado de alerta y al mismo tiempo atienden, revisan y no preguntan a qué grupo pertenece el herido. No es asunto suyo. La ética médica impone prestar tratamiento para salvar vidas.
No deja de ser interesante que la fuerza de las Naciones Unidas apostada en el Golán (UNDOF), nada tiene que ver con este tema y no actúa de intermediario.
Cambio de enfoque
Siria siempre fue frontera hostil para Israel. Pero desde la conquista de los Altos del Golán por parte de Israel, en junio de 1967, la calma retornó a la zona. Se terminaron los disparos casi diarios desde las alturas cuando se hallaba en manos sirias, efectuados aprovechando la enorme ventaja topográfica que daban dichas montañas y que permitía ver con un largavistas común lo que sucedía dentro de las casas de las localidades israelíes ubicadas abajo en el valle y apuntar. Una generación de israelíes creció prácticamente en los refugios subterráneos.
Desde que Bashar al-Assad heredó de su fallecido padre Hafez la presidencia en Siria en el 2000, la guerra la hizo apoyando intensamente a Hezbolá en Líbano y convirtiéndose además en aliado central de la República Islámica de Irán en la zona. Pero el Golán mismo, estaba tranquilo.
El desarrollo de los acontecimientos en Siria en los últimos dos años, hizo imperioso en Israel un cambio conceptual que permita ver su frontera norte como como peligro inminente.
Ello tiene una serie de manifestaciones concretas en el terreno:
- La cerca que está siendo construida, de la cual ya han sido erigidos unos 60 kms. Si se toma en cuenta que en el Monte Hermón - el más alto del país, lógicamente llamado «los ojos de Israel» - no habrá valla ya que su estructura misma es el mayor obstáculo protector, pues de la cerca programada ya están prontas las ¾ partes. Es que la frontera son 80 kms y con el Hermón, los ya mencionados 120. La celeridad con la que se trabaja en el lugar y los medios destinados al emprendimiento de la valla, denotan un cambio de enfoque y reflejan la urgencia de proteger la frontera. En el Hermón, que con su altura de más de 2 mil metros y ubicado a sólo 45 kms de Damasco es clave en la defensa de Israel, no habrá valla.
- Las tropas apostadas en el Golán. Hasta hace un año, eran sólo reservistas enrolados por unas semanas al año. Ahora se hallan allí unidades consideradas de las mejores necesarias en una zona en tensión y hay también un batallón de tanques. Además, la unidad de Inteligencia de combate que tiene posiciones en la frontera (que incluye la observación en pantallas y los efectivos en el terreno), será convertida en una fuerza tres veces mayor.
- La tecnología. En lugar de los medios de observación comunes de Inteligencia, en la frontera con Siria se utiliza una tecnología nueva de avanzada desarrollada en la compañía civil Elbit que funciona en base a radares especiales y que permite controlar toda su longitud al mismo tiempo, registrando cualquier punto en el cual se advierta peligro. Las jóvenes soldadas de observación que miran la pantalla constantemente, turnándose para que nada pase inadvertido, siguen en sus puestos, pero tienen ahora el gran respaldo de un sistema que es como un ojo abierto con alcance de 120 kms de largo capaz de cubrirlo todo.
Conclusiones
La política oficial de Israel ha sido y sigue siendo de no intervenir en la guerra interna en Siria, aunque preservará sus intereses de seguridad, lo cual quedó en evidencia en tres oportunidades en las que - según fuentes extranjeras no confirmadas pero tampoco desmentidas oficialmente por Israel - hubo ataques a posiciones dentro de territorio sirio, relacionadas con el abastecimiento de armas cualitativas a Hezbolá.
En distintas oportunidades fueron citadas anónimamente figuras israelíes, opinando quién es mejor para Israel: Assad o los rebeldes. Nada de ello fue avalado formalmente por las autoridades en Jerusalén, aunque claro está que la cúpula de Gobierno analiza y evalúa qué escenario puede encerrar más riesgos para Israel. Assad siempre fue un enemigo; y nadie puede garantizar que una alternativa a él sea mejor, ya que entre los rebeldes hay numerosos grupos islamistas favorables a Al Qaeda.
Mientras tanto, lo que cabe hacer del lado israelí, es estar alerta y actuar con la conciencia de que fácilmente, aún sin quererlo, la frontera tensa de hoy, puede convertirse en escenario de abierta guerra.
Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay