La inestabilidad fue sin duda el rasgo distintivo que caracterizó a Oriente Medio durante el 2012 que terminó. Las secuelas de la «primavera árabe» continuaron sucediéndose en una cadena de acontecimientos marcados por la violencia y por cambios políticos que prefiguran panoramas inciertos a futuro.
«El mensaje no cambia, cada año es el mismo: la renovación de la esperanza, tan necesaria, especialmente en Tierra Santa, donde aún son numerosos los problemas por resolver».
Israel quisiera sin duda en estos momentos poder dar marcha atrás en el tiempo. 25 años hacia atrás, o un poco más, cuando se estaba gestando el nacimiento de la organización fundamentalista islámica palestina Hamás.
Cuentan los abuelos que en el siglo pasado hubo un gran imperio: la Unión Sufrídica (llamado el país del garrote solidario), que decretó la felicidad eterna para sus ciudadanos, con miras a extender este beneficio al resto de la humanidad.
La escena era casi bíblica. Bajamos a través de unos altos juncos, cruzando el río Orontes desde Turquía en un pequeño bote de remos, para ser recibidos por un contingente del Ejército Sirio Libre, en las afueras del poblado sirio de Darkush.
Gaza: «Esto es un infierno, no se puede seguir así»
A Suheir la conocimos hace años, en la Franja de Gaza, al entrevistar a su esposo, un reconocido analista palestino. En su casa - donde comí el maqlube más delicioso que haya probado - conocí a sus dos hermosos hijos.
El cuento creó al niño con la piedra, que el mayor le entregó y la arrojó en su inocencia como un juego más de niños, entonces se atisbó la sonrisa de hiena del mayor.
La blasfemia, es decir, la falta de respeto a dogmas o símbolos religiosos, hace tiempo que no es un crimen en el mundo occidental. Gracias al iluminismo y a la Revolución Francesa, la tolerancia hacia ideas polémicas desde el punto de vista religioso, se ha convertido en parte inseparable de la vida de las sociedades democráticas.
Todo el mundo mira hoy a Estados Unidos pendiente del resultado electoral, mientras la potencia americana parece más volcada en los problemas domésticos derivados de la crisis y del huracán «Sandy».
Uno de los aproximadamente 90 cohetes - hasta ahora - disparados desde Gaza hacia Israel esta semana alcanzó una cooperativa avícola, dejando en estado crítico a dos trabajadores tailandeses, peones inocentes en un juego mortal de política arriesgada.