El sangriento ataque terrorista al semanario francés Charlie Hebdo internacionalizó un modelo de identificación y protesta frente a crímenes y atropellos. La pancarta con el tipo de consigna «Todos somos Charlie Hebdo» se convirtió, por elección, en el medio preferido del reclamo de justicia. No por esta vía en Israel. En estos días se le impuso al pueblo judío que debe marchar enarbolando carteles con una nefasta consigna: «Todos somos Rabino Yosef».
Las bombas quiebran la vida de una Europa que hace tiempo que no se siente segura, pero que esta semana fue atacada en su corazón.
En protesta contra el alevoso asesinato antisemita de David Fremd, se realizó el domingo 13 de marzo una marcha silenciosa que, según la estimación del diario uruguayo «El Telégrafo», convocó a más de 8.000 ciudadanos de Paysandú.
Acostumbrados a ver atentados terroristas donde mueren decenas y hasta cientos de personas, parece que lo sucedido en Paysandú, Uruguay, es simplemente un asesinato de menor escala protagonizado por un demente. La teoría es que el asesino es un loco suelto.
Desde la creación de Israel como Estado independiente, la disuasión se constituyó en el componente central de su estrategia de seguridad. La amenaza de una temible represalia representó el medio más eficaz para persuadir a sus enemigos de toda intención ofensiva.
Pareciera que los nuevos directivos de DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) se creen dotados de la misma omnipotencia que Netanyahu.
Con conductas similares y sin pretensiones, Yanun Ben Menajem y Sabbar Kashur demostraron que la imparcialidad y ecuanimidad no siempre es el lenguaje predilecto de la justicia israelí.
Esta semana fue muy importante en la historia de la ciencia mundial. Nos informaron que un grupo de científicos estadounidenses confirmó - nada menos que un siglo después - la predicción hecha por Albert Einstein sobre la existencia de ondas gravitacionales en el universo.
Finalmente, el plan de Avijai Mendelbit, ahora asesor jurídico del Gobierno israelí, de establecer una tercera zona en el Kotel para que puedan llevarse a cabo rezos mixtos fue aprobado esta semana por el Gabinete de Netanyahu, si bien con la oposición de Shas y Iahadut Hatorá, los dos partidos ultraortodoxos que integran la coalición.
El gobierno israelí de las últimas décadas logró enraizar en la mayoría de los judíos del mundo ese mecanismo de defensa que consiste en enfrentar conflictos negando su existencia, la vinculación con ellos o relevancia con la realidad. En ese contexto, creencias y presión social sobre quien quiere diferenciarse son tan convincentes y poderosas que sin una base racional, concepciones o testimonios irrefutables, una persona o un pueblo rechazan como erróneo algo que es claramente evidente. Es un escudo contra el miedo de reconocer un error.