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Un mundo mejor


Al final Osama Bin Laden fue liquidado en una casa construida hace unos años a unos pocos kilómetros de Islamabad, en Pakistán, y no en las lejanas cuevas de Bora Bora en Afganistán.




Su muerte era una crónica anunciada y sólo faltaba fijar el momento idóneo para ejecutarla. Se trata de una excelente noticia para el mundo, para EE.UU, para la moral de Occidente, pero sobre todo para Barack Obama, que en un momento muy difícil de su presidencia se apunta el mayor éxito en seguridad nacional en una década.

Además de matar a miles de personas inocentes en todo el mundo, Bin Laden provocó también el asesinato de innumerables musulmanes y fue la excusa perfecta que utilizaron los Mubarak, Gaddafi, Assad y sus semejantes que promovían la teoría de que es mejor un régimen represivo para los intereses occidentales ya que la alternativa sería el extremismo. Fue así que utilizaron su poder provocando pobreza, marginación, opresión e injusticias, es decir, proporcionaban precisamente más cartas a los grupos yihadistas.

El anuncio de la desaparición de Bin Laden llega en un momento histórico para el mundo árabe, con revueltas y caídas de los dictadores, y puede constituir una esperanza y el principio del fin del terrorismo si se combaten las verdaderas causas que lo han alimentado.

La clave del éxito está en un cambio que Occidente puede adoptar creando un nuevo marco de relación con los pueblos, participando activamente en una solución justa para el conflicto entre israelíes y palestinos, y apostando por la democracia.

De no ser así, el panorama de las marginaciones seguirá facilitando los mensajes de los fundamentalistas y la caída en sus redes como presa fácil de miles de jóvenes sin futuro. Hay en ellos un verdadero sentimiento de agravio y vergüenza que los conduce a la radicalización.

Es prematuro extraer una conclusión de la desaparición de Bin Laden; independientemente de las consecuencias, Al Qaeda puede verse afectada pero no desmantelada.

Mientras tanto, un mundo sin Bin Laden es, sin duda, un mundo mejor.