Damián Pachter, periodista de «Buenos Aires Herald», dijo que se iba de la Argentina porque su vida «corría peligro». Sus próximos pasos eran un misterio, pero esta mañana el diario «Haretz» publicó que está previsto su arribo para este domingo.
El domingo 18 de enero a las 23:35, los usuarios argentinos de la red social Twitter se sobresaltaron al leer una información vinculada al protagonista de una denuncia de encubrimiento contra el Gobierno nacional que había sacudido a la sociedad.
«Me acaban de informar sobre un incidente en la casa del fiscal Alberto Nisman», posteó Pachter. Fue la primera alerta de la muerte del funcionario, que el mismo periodista confirmaría ya pasada la medianoche.
A menos de una semana de haber confirmado una información que shockeó al país, Pachter hizo otro anuncio impactante: «Me voy de Argentina porque mi vida aquí corre peligro».
El tema explotó mediáticamente y en las redes sociales se comenzó a especular en torno a quién y por qué pudo haberlo intimidado y sobre cuáles serían sus próximos pasos.
El interrogante fue despejado esta mañana por «Haaretz». En un artículo titulado «El periodista argentino que cubrió la muerte de Nisman huye de Argentina a Israel, temiendo por su seguridad». Allí reveló que «está previsto que Pachter llegue este domingo a Tel Aviv, donde tiene previsto refugiarse».
El mismo periódico apuntó que el protagonista de esta historia «vive en Argentina, pero tiene ciudadanía israelí» y escribió para ese medio sobre la muerte de Nisman.
Antes de tomar el avión, Pachter dijo a algunos medios que siente que su información perjudicó al poder.
«Les cagué el tema con ese tuit, siento que les arruiné algo. ¿Con qué escena nos hubiéramos encontrado si mis tuits no hubiesen sido enviados?», especuló.
«Comenzaron a seguirme y recibí un mensaje del Estado que yo lo entendí como un mensaje hacia mi, luego lo chequeé y efectivamente fue así. Voy a volver Argentina cuando mis fuentes me digan que las condiciones cambiaron. No creo que sea durante este Gobierno», agregó.
«Mis teléfonos están pinchadísimos», comentó y explicó que tuvo que retirarse de la redacción de manera sorpresiva y que apenas pudo explicarle a sus jefes lo que estaba pasando. Tuvo que dejar su auto, que ya puede considerarse abandonado en el estacionamiento del diario «Ambito Financiero».
«Desde que empezó todo esto, una fuente cercana, confiable desde hace años y que sabe moverse en el mundo de la inteligencia, me venia tirando indirectas. No se desde cuando es que me empeazaron a seguir. No voy a contar nada todavía, pero si puedo decir que recibí un mensaje del Estado que lo entendí como amenaza personal», añadió.
«Hoy se confirmó todo. Andate ya porque te están buscando», le dijeron. Y se fué.
Lo único que se llevó es una mochila como equipaje de mano. «Ni siquiera tuve tiempo de ir a mi casa. Me dijeron que no lo hiciera, así que sólo viajo con esto. Mi vieja se la banca. Soy hijo único. Pero bueno, es el laburo que hacemos y estamos pagando ese precio. Generar estas cosas trae sus consecuencias. Nunca me imaginé que después de ese tuit, en cinco días me tendría que ir de Argentina y con evidencias reales», destacó.
«Una de esas consecuenciaa es ser víctima de operaciones de prensa. Si me quedo acá el kirchnerismo me destruiría a través de los medios; estoy muy marcado. La sensación que vivo y tengo ahora, es que me iban a liquidar», aseguró.
Antes de irse, respondió sobre la posibilidad de que exista una persecución judicial contra él. «No», dijo, y recordó que como periodista está en su derecho a no revelar sus fuentes. «Aunque quién sabe. Quizás me aplicaban la ley antiterrorista».
Y una última opinion antes del exilio: «No creo que se resuelva la muerte de Nisman. El poder se cubre a sí mismo».
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