Los Gobiernos de Israel y Colombia firmarán el próximo lunes un Tratado de Libre Comercio (TLC) buscando que se convierta en una herramienta para fortalecer los vínculos comerciales entre ambas naciones.
Las cifras positivas de las exportaciones colombianas hacia Israel, que alcanzaron los 60.208 millones de dólares, las inversiones acumuladas del país del Estado judío en los últimos diez años, que suman 33 millones de dólares, los 6.631 turistas israelíes que visitaron Colombia en 2012 y los 3.463 colombianos que viajaron a Israel, sirvieron de plataforma para que el proceso de negociación entre ambos países que inició en marzo del año pasado, se concrete en dicho logro.
Así, después de hacer el proceso de revisión legal de los textos, la traducción oficial a español y hebreo, el próximo lunes al mediodía, en Jerusalén, será la firma final del TLC, que incluyó seis rondas realizadas durante aproximadamente 15 meses. El ministro de Comercio Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, viajará a Israel para reunirse con su homólogo, el ministro de Economía israelí, Naftalí Bennett, y rubricar el documento en su última etapa.
Será el primer acuerdo de Colombia con un país de Oriente Medio, un país con orientación importadora y un alto poder adquisitivo, que cuenta con más de 8 millones de habitantes, un Producto Interno Bruto de 246.780 millones de dólares en 2012, que creció 2,9% en relación con 2011, y un PIB per cápita de 32.212 dólares, que además multiplicó por cinco el comercio bilateral con Colombia, con exportaciones por 525,8 millones de dólares e importaciones de 160,1 millones de dólares.
Para Díaz-Granados, el cierre de negociaciones con Israel es otro triunfo contundente del Gobierno en su política de internacionalización, pues con este tratado el país da un salto en diversificación de sus mercados de destino y consolida las relaciones comerciales con una región que tiene alto poder adquisitivo y orientación importadora.
Será un tratado de última generación, lo que quiere decir que incorpora en lo pactado disciplinas que van más allá del comercio de bienes, incluyendo capítulos de Inversión, Servicios y Contratación Pública, y que amplía las ganancias y oportunidades derivadas del acuerdo para las partes.
Entonces las exportaciones colombianas, que en el último año estuvieron lideradas por productos como el carbón (94,3%), el café (2,7%) y las armas (1,4%), podrían convertirse en un significativo aumento en ventas de petroquímicos, cosméticos, utensilios de aseo, textiles, confecciones y joyería. Así como de aceites de petróleo, medicamentos, neumáticos, placas, baldosas de cerámica, laminados de hierro, muebles y juguetes, entre otros que aún no cuentan con presencia en el mercado israelí.
«Las oportunidades para Colombia sin duda son muchas. El país tendrá la oportunidad de mirar el desarrollo tecnológico en el campo agrícola que tuvo Israel, para aprovecharlo e implementarlo a nivel nacional y pasar así de la venta de productos básicos al comercio de servicios y mercancía con valor agregado», afirmó Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
Yoed Magen, embajador de Israel en Colombia, lo confirmó: «Uno de los sectores más beneficiados será el agro colombiano, primero por el hecho de que el acuerdo estipula una baja en los aranceles de la tecnología agroindustrial que produce Israel y será mucho más accesible para los agricultores del país. Por otra parte, porque Colombia es el cuarto exportador de bananas más grande del mundo e Israel es uno de los productores más grandes de semillas de esta fruta, así que si trabajan en conjunto, ambas partes llegarán a una situación ganadora».
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