Mientras los íderes de Israel y Hamás sostienen una tensa, niños israelíes judíos y árabes mostraron el camino a seguir. En Jerusalén disputaron un partido amistoso de rugby con un único objetivo: mantener el alto el fuego y lograr un acuerdo de paz en la región. El intercambio fue organizado por Argentina.
El cotejo en calidad de amistoso se desarrolló bajo lluvia en una plaza del centro de la capital de Israel y contó con 50 niños por bando. Aunque luego y gracias a los organizadores del evento, la ONG «Rugby Sin Fronteras», todos se mezclaron y pudieron disfrutar de un momento único. Y de paso le pasaron factura a los líderes al demostrar que la coexistencia en Oriente Medioes posible; al menos así lo ven los chicos.
El evento se cerró con un tercer tiempo, donde todos juntos cantaron «We are the world» de Michael Jackson.
Cabe destacar que la Fundación «Rugby Sin Fronteras», integrada por ex jugadores de este deporte, es una ONG argentina que dio su puntapié inicial en 2009.
«Rugby Sin Fronterasa» ya logró realizar dos encuentros en las Islas Malvinas entre soldados argentinos, kelpers y militares ingleses. Como aliciente hay que agregar que el próximo 8 de diciembre llevarán a cabo el tercero.
También estuvo en el Valle de las Lágrimas, en la Cordillera de Los Andes, donde homenajearon a los sobrevivientes y víctimas del accidente aéreo que protagonizó el equipo uruguayo Old Christian's (octubre de 1972) y en Robben Island, la prisión donde el ex presidente de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela, permaneció recluido durante 18 años en tiempos del Apartheid.
El argentino Juan Bautista Segonds, presidente de la ONG, comentó que palestinos e israelíes, inmersos en un conflicto bélico, bautizaron a los miembros de su fundación como «los locos de la paz».
En la previa del partido de rugby, Segonds dijo que «Desde que llegamos a Israel estamos reconstruyendo lo que nos llevó ocho meses de trabajo, pues todos los permisos que habíamos conseguido para que los chicos judíos y árabes se pudieran encontrar en un lugar neutral se cayeron».
Para graficar un poco más los contratiempos y dificultades, el ex rugbier de Pueyrredón resaltó: «Todos los interlocutores israelíes con los que hablábamos hasta hace una semana se sumaron a las filas del Ejército, así que tuvimos que tender redes nuevas».
Segonds no está solo en este viaje a Oriente Medio, ya que viajó junto a los ex rugbiers Gerardo Carro (Belgrano Day School), Martín Chielli (Albatros), Ricardo Villar (Old Georgian), Juan Filtrin (Zenta Rugby de Salta), el camarógrafo Gerardo Merello (Pueyrredón) y el fotógrafo Gonzalo Prados (CASI), en tanto que Mario Saucedo se tuvo que quedar en Argentina porque sufrió una fractura de tibia y peroné de una pierna.
«Acá la gente nos llama los locos de la paz. No pueden creer que vinimos por nuestros propios medios, pagando todo de nuestro bolsillo, desde los pasajes, hotel, comida y ropa, sólo para que chicos judíos y árabes jueguen juntos al rugby. La verdad nos sentimos un poco embajadores de todos los locos que quieren la paz en el mundo», explicó Segonds.
«Como la iniciativa no se podía llevar a cabo en una zona neutral, la misma se realizó en una plaza céntrica de Jerusalén, donde conviven todas las culturas de la zona; aunque estuvimos haciendo campaña en Ramallah, Belén y otras ciudades», agregó.
«Desplegamos en Jerusalén un cartel de 4 metros por 2, escrito en árabe, hebreo, español e inglés, donde convocamos a todos a sumarse y pujar por la paz en un scrum gigante», explicó Segonds.
Les dijimos a los padres que vengan con sus hijos, para que los vean disfrutar y divertirse sin importarles religión o raza. Los chicos no pueden creer que alguien venga desde tan lejos para darles una pelota de rugby para que ellos puedan jugar y compartir con sus supuestos enemigos», añadió.
El titular de la ONG relató que nunca meditó la chance de cancelar o postergar su sueño de armar un scrum gigante junto con chicos palestinos e israelíes, pese a la escalada de violencia que se desató hace días en la región.
«Por algo pasó esto en este momento. Cuando elegimos hacer este encuentro acá fue hace ocho meses y las cosas no estaban tan mal como ahora. Cuanto más oscuridad más resplandece la luz, por eso, no vamos a bajar los brazos para que este sueño se concrete», apuntó el ex deportista, que agregó: «Tenemos claro que hay que ser locos para estar acá».