El 23/8/2006 pasará a la historia como el día en que nos avergonzó ver en nuestra ciudad la brigada de esquiroles, lumpenproletarios y provocadores a sueldo de los servicios de inteligencia llamada Quebracho blandiendo garrotes para impedir la libre expresión de jóvenes judíos independientes que están hartos de las amenazas de genocidio que provienen de Irán. Estado éste que niega la Shoah pero promete un nuevo exterminio, mientras una claque de descerebrados formada por islamistas radicales, nazionalistas y “marxistas” aplaude alborozada.
Esta fuerza de choque fascista que ha quedado en evidencia en las calles de Buenos Aires, ha mostrado ser una caterva de mercenarios (hoy) a sueldo del régimen heredero de Adolf Hitler (el Irán de Ahmadinejad); como tal ha expresado en los hechos sus aspiraciones de ser digno hijo del Tercer Reich y su “Solución Final” continuando la tarea nazi. Pero no hay que llamarse a engaños, no hay que sobreestimarlos, no son más que una horda de lumpenreaccionarios, muestra más que patética de la bancarrota moral de una “izquierda” reaccionaria y de su retrógrada ideología; sus “armas de reflexión y de expresión” son los garrotes, al igual que los cavernícolas al tiempo que muestran poseer el mismo potencial de gutural “raciocinio”.
Asumieron el mismo porte “bravío” de patovicas en las puertas de las disco (y tienen su misma capacidad de discernimiento en sus termocéfalas cavidades craneanas) cuando se plantan “valientemente” ante adolescentes desarmados sobre los cuales descargan todas sus frustraciones y miserias, son “épicos” en patota y contra manifestaciones pacíficas. Muestran cuan “revolucionarios” son defendiendo a regímenes dónde se persigue a los opositores, se asesina a homosexuales, se mutila a los ladrones, se lapida a las adúlteras, se permite la pedofilia legalmente (la edad mínima de una mujer para casarse es de 9 años), se asesina al otro, aunque ese otro también sea musulmán y le rece al mismo Allah, etc., etc., se sienten muy cómodos defendiendo dictaduras teocráticas pues ellos aspiran construir en nuestra sociedad una dictadura intolerante y totalitaria como se desprende de su perenne apelación a la violencia y a su carencia de diálogo; no nos engañemos, Quebracho es a la política lo que los “barras bravas” son al fútbol.
Detrás de tan gallarda y “valiente” barrera de lúmpenes se hallaba la primera línea de defensa del integrismo islámico de Argentina; estos impresentables islamonazis son mentirosos y provocadores profesionales y que lo único que saben hacer (y lo hacen muy bien) es salir públicamente a vomitar las “verdades” aprendidas en las catacumbas goebbelsianas de Irán, Siria, Arabia Saudita y otras maravillosos “imperios” de las libertades individuales.
Esa noche hicieron un despliegue de nazis armados para la guerra para “defenderse” de la amenaza de un grupo de jóvenes judíos que pretendían ejercer su democrático derecho de protesta ante la Embajada de un país cuyo Presidente está desafiando al mundo entero con el fin de obtener armas nucleares que le permitan realizar su sueño de acabar con Israel y asesinar a todos los judíos del mundo, una nación que está sospechada por la justicia argentina de haber planificado y dado apoyo logístico a los perpetradores de los dos atentados antijudíos llevados a cabo en nuestro país
Su violenta reacción es expresión del horror que sienten ante la idea que la opinión pública tenga acceso a información fidedigna pues sus posturas no resisten el menor contraste, son una sarta de incoherentes balbuceos consignísticos; en cuanto a las noticias que emanan de sus “defendidos”, ya hemos visto sobradas pruebas de la manipulación informativa que son capaces de montar, durante el último conflicto en Medio Oriente hemos visto elaborados fraudes como las fotos de la Agencia de Noticias Reuters acerca de las “ruinas humeantes” de Beirut, o el muerto de Qaná que milagrosamente resucitó en la tapa del Washington Post.
Coinciden en su profundo totalitarismo y en su judeofobia visceral, los “quebrachos”, así como sus antecesores de Tacuara (otro “Movimiento Patriótico”) no son izquierda sino un nazionalfascismo con fraseología de izquierda. Sus violentos métodos patoteriles son un claro indicador de su falta de propuestas y de su escasa capacidad de simbolización (como no pueden expresarse coherentemente, evitan mediante la violencia que los demás se expresen), sus métodos son los mismos que utiliza la burocracia sindical peronista para eternizarse en el poder, acallar a la oposición mediante la violencia.
Hace unos días podíamos apreciar a esta alianza neonazi en todo su esplendor: representantes del islamofascismo, junto con representantes del nazionalfascismo (Quebracho) de la mano con los representantes del marxofascismo (PO, MST, PCR, PTS, MAS, PC, etc.); todos juntos expresándose contra los judíos y su estado. Ahora, cuando jóvenes judíos, hartos de esta basura goebbelsiana intentan expresarse públicamente estos neonazis se lo impiden (esto debería bastarnos para no volver a optar nunca más por una de estas alternativas políticas en elecciones democráticas, imaginemos sólo por un momento que pasaría con las libertades democráticas en caso de su ascenso al poder).
Por lo expuesto queda claramente delimitado quien está en cada bando, de un lado, una pandilla de fascistas y nazis de toda laya que hacen ostentación de métodos violentos, provocan y agreden asesinando a mansalva para luego llorar ante las cámaras y transvestirse de víctimas; en tanto que del otro lado se alinean las fuerzas democráticas que pretenden expresarse libremente y que son cohersionadas por la amenaza del uso de la violencia. De un lado están los terroristas de Hizballah y sus representantes locales los delincuentes de Quebracho, mientras que del otro están las víctimas del terrorismo que deben ejercer su derecho a existir pero se les impide protestar. De un lado los violentos expansionistas y guerreristas y del otro lado Israel.
No nos dejemos engañar por su propaganda, ellos dicen claramente que no están “en contra” de los judíos sino que están “en contra” del sionismo, lo que deliberadamente ocultan es cómo piensan acabar con el sionismo sin acabar con los sionistas, esto es, cómo van a eliminar al sionismo sin eliminar a los judíos sionistas (los cuales representan más del 90% de los judíos del mundo). Y mientras trabajan para la demonización de Israel, lo que creará las condiciones para poder implementar un nuevo genocidio de judíos cómo tan desembozadamente (y descaradamente) plantea el dictador iraní.