Estados Unidos atribuyó el fracaso de las tratativas en Oriente Medio a que ni Israel ni la Autoridad Palestina (AP) sienten «urgencia» por alcanzar la paz, al tiempo que advirtió al Gobierno israelí de que si no cesa en la construcción de asentamientos estará «condenado irreversiblemente a ser un Estado binacional».
Así lo expresó en Washington el mediador estadounidense para las negociaciones entre israelíes y palestinos concluidas hace dos semanas, Martin Indyk, en su discurso más extenso y revelador tras el fin de casi nueve meses de diálogo.
«Un problema que quedó patente en estos meses es que las partes, aunque mostraron cierta flexibilidad en las negociaciones, no sienten la presión necesaria para hacer los compromisos dolorosos requeridos para alcanzar un acuerdo», afirmó en una conferencia en el Washington Intitute.
«Es más fácil para los palestinos firmar convenciones y apelar a los organismos internacionales por su supuesta búsqueda de la 'justicia' y sus 'derechos', un proceso que, por definición, no requiere compromiso», señaló.
«También es más fácil para los políticos israelíes evitar la tensión en la coalición de Gobierno, y para el pueblo de Israel mantener el actual y cómodo status quo», agregó.
«Si Estados Unidos es la única parte que tiene ese sentido urgencia - por alcanzar la paz -, entonces las negociaciones nunca tendrán éxito», aseveró.
No obstante, Indyk se esforzó en remarcar que, aunque las tratativas se suspendieron, el proceso no puede darse por terminado de ningún modo.
En este sentido, señaló a los asentamientos israelíes en Cisjordania como uno de los mayores obstáculos para que se pueda reanudar el diálogo en el futuro.
«Si los asentamientos continúan, esto podría herir de muerte la idea de Israel como un Estado judío, lo que sería una tragedia de proporciones históricas», advirtió.
«Los asentamientos podrían llevar a Israel a una irreversible realidad binacional», añadió.
El mediador estadounidense procuró ser ecuánime en el reparto de culpas durante todo su discurso y reprochó a la Autoridad Palestina que, con las negociaciones en curso, solicitara adherirse a decenas de tratados y convenciones internacionales.
Asimismo, señaló que el golpe de gracia que acabó definitivamente con el reciente intento negociador fue el acuerdo de última hora con la organización terrorista Hamás para formar un Gobierno de unidad que ponga fin a la división política y administrativa entre Cisjordania y Gaza.
Indyk pronunció este repaso del colapso de las negociaciones en medio de rumores sobre su intención de dimitir tras el fracaso de un proceso impulsado por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
El diario «Haaretz» informó hace unos días de que el mediador habría adoptado la decisión ante la intención del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de suspender la mediación norteamericana, de acuerdo a funcionarios israelíes conocedores del proceso.
Se cree además que Indyk es la destacada fuente estadounidense citada de forma anónima por el rotativo «Yediot Aharonot» que responsabilizó a Israel del fracaso de las negociaciones.
De acuerdo a esa información divulgada a principios de este mes, la destacada fuente dijo que «el principal perjuicio para las tratativas procede de los asentamientos», y que durante la negociación, el primer ministro israelí, Binyamín «Netanyahu no se movió ni una milésima de sus posiciones».
Sin hacer alusión a esas especulaciones, Indyk aseguró que aunque las negociaciones fueron «visiblemente difíciles para Netanyahu», el mandatario terminó por «mostrar flexibilidad».
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