El máximo jefe militar de Estados Unidos, el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, aseguró que Israel tomó «medidas extraordinarias» para evitar bajas entre los civiles durante el operativo «Margen Protector» en Gaza, que se extendió durante casi dos meses.
Dempsey agregó que las muertes de palestinos no combatientes son «trágicas», pero añadió que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) «hicieron todo lo que pudieron y más» para evitarlas durante la guerra de 50 días, que terminó con una tregua en agosto.
Respondiendo a una pregunta de la audiencia durante un foro realizado en el Consejo Carnegie para la ética en los asuntos internacionales en Nueva York, Dempsey declaró que él piensa que Israel tomó cuidado para «limitar los daños colaterales y las bajas civiles».
Los comentarios del general se dan luego que un reporte divulgado por Amnistía Internacional informó que Israel llevó a cabo «un número sin precedente de ataques a casas deshabitadas», provocando una «abrumadora» cantidad de muerte y destrucción.
El reporte de Amnistía culpó a Israel y a Hamás de cometer serias violaciones a los derechos humanos, pero se enfoca en los bombardeos israelíes de edificios habitados en Gaza y afirma que Israel no tomó las precauciones necesarias para asegurarse que los ataques no dañarían a civiles.
AI acusó a las FDI de «cruel indiferencia» hacia los civiles palestinos en una serie de ataques dirigidos contra viviendas en Gaza que en algunos casos podrían ser catalogados como «crímenes de guerra».
Asimismo, imputó también a Hamás y al resto de facciones armadas palestinas de «crímenes de guerra por lanzar indiscriminadamente decenas de miles de cohetes sobre Israel».
«Las FDI vulneraron abiertamente las leyes de la guerra al llevar a cabo una serie de ataques contra viviendas civiles mostrando una cruel indiferencia ante las matanzas que con ello provocaban», denunció el director del Programa Regional para Oriente Medioo y el Norte de África de AI, Philip Luther.
«Los grupos armados palestinos también perpetraron crímenes de guerra, lanzando indiscriminadamente miles de cohetes sobre Israel y matando a seis civiles, cinco adultos y un niño», añadió Luther desde Londres.
Israel rechazó rotundamente las acusaciones afirmando que los ataques efectuados fueron precedidos de avisos a la población y tenían como objetivo «depósitos de armas y terroristas que usaron instalaciones civiles para protegerse y atacar a los ciudadanos israelíes».
«AI ignora crímenes de guerra documentados que cometió Hamás, entre ellos la utilización de escudos humanos», replicó Emmanuel Najshón, portavoz del Ministerio de Exteriores en Jerusalén que denunció a Hamás de haber usado casas, escuelas, mezquitas y hospitales para el lanzamiento de proyectiles y cohetes contra localidades israelíes.
«Ahora lo fundamental es que se rindan cuentas de todas las violaciones del derecho internacional humanitario que se cometieron. Las autoridades israelíes y palestinas deben dar respuestas. La comunidad internacional debe tomar medidas urgentes para poner fin al perpetuo círculo vicioso de graves violaciones y total impunidad», resumió Luther y llamó a dirigentes de Israel y Hamás a que permitan «al Tribunal Penal Internacional que investigue los hechos».
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