El grupo yihadista Estado Islámico (EI) obliga a sus prisioneros a donar sangre, como condición para su liberación, con el fin de tratar a sus heridos en la provincia de Deir al-Zur, en el noreste de Siria, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La ONG, que cita a activistas en la zona, precisó que los yihadistas alegan que los prisioneros deben donar sangre para «tratar a los hermanos muyahidines (guerreros santos) sunitas, que defienden los frentes de batalla de los enemigos de Alá».
Sin embargo, esta «donación» no es condición suficiente para recuperar la libertad. Todos los prisioneros del EI son juzgados por tribunales de la «sharía» (ley islámica) que deciden su futuro.
Según el Observatorio, la sangre es transportada a los hospitales de campaña del EI en la ciudad de Deir al-Zur y en su periferia oriental y occidental.
La organización pro derechos humanos destacó que el número de heridos entre los yihadistas aumentó por los bombardeos de la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, y de la aviación militar del régimen de Bashar al-Assad, así como por los choques contra los efectivos gubernamentales en esa localidad.
El Observatorio señaló que al menos 40 miembros del EI perecieron entre ayer y hoy en combates y ataque aéreos en el enclave kurdo sirio de Kobani y en Deir al-Zur.
A estos muertos se suman diez yihadistas que murieron el pasado domingo por un bombardeo de la coalición internacional contra Al Raqa, bastión principal del EI en Siria.
El grupo extremista proclamó a finales de junio un califato en Siria e Irak, países donde se apoderó de zonas del norte y el centro.
El pasado día 13, el EI emitió una grabación atribuida a su líder, Abu Bakr al-Bagdadi, en la que anunció la expansión del califato a los países del Golfo Pérsico y el norte de África, donde otras organizaciones yihadistas le juraron lealtad.
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